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Clasijazz Quintet plays Benny Golson. El sinuoso susurro de los mil ‘standards’


José Santiago Lardón 'Santi' - 9 noviembre, 2018 - 0 comments

Clasijazz Quintet plays Benny Golson. José Carlos Hernández (trompeta) Antonio González (saxo alto y tenor) Pablo Mazuecos (piano) Edgar Carrillo (contrabajo) Miguel Canale (batería) Clasijazz, viernes, 9 de noviembre de 2018. 19:00 y 21:00 H.

El sinuoso susurro de los mil standards

«La gratificación del propio artista deber se lo primero. La música que interpreta ha de ser un reflejo real de sí mismo, una expresión de lo que siente y de lo que quiere hacer». Benny Golson.

Pudiera suceder —y ha sucedido— que  a la salida de un concierto de Benny Golson alguien comente con algo de extrañeza y mucho de ignorancia “¡pero si sólo ha tocado standards!”. Y en efecto, así es, Benny Golson los toca una y otra vez, decenas de ellos, cada vez de una forma distinta como corresponde al gran improvisador que en su extensa carrera ha demostrado ser.

Es lugar común hablar del maestro y a partes iguales como excelente saxo tenor, compositor y arreglista. Su obra grabada como lider o colíder abarca el medio centenar de excelentes álbumes y su corpus creativo no le va a la zaga. Autor de infinidad de piezas que no tardaron en convertirse en clásicos de obligado cumplimiento para cualquier saxofonista o músico de jazz, incluidos vocalistas. Y lo siguen siendo. Temas como “Stablemates”, “Alone Came Betty”, “Blues March”, “Are You Real?”, “Five Spot After Dark”, “Park Avenue Petite”, “Whisper Not”, “Killer Joe”, “I Remember Clifford”, “Turning Point”, “Out of the Past” o los más recientes “L’Adieu”, arreglo del vals de de Chopin o “Verdi’s Voice” sobre la música de Verdi, entre otros muchos, dan fe de ello. A lo que cabría añadir sus arreglos o sus colaboraciones con otras destacadas figuras del jazz que en muchos casos registraron sus composiones antes que él.

En el mundo del jazz, como en tantos otros, es también lugar común el manido y tedioso hábito de las comparaciones e influencias y no lo es menos en el infinito vívero de saxos que desde sus orígenes han dado su vida y alma al jazz. A Golson se le ha cotejado con frecuencia con Rollins y con Coltrane, dos de sus coetáneos, a veces con diagnóstico desfavorable, achacándole dolencias del tipo de “no tiene el fuego del uno” o “no asume los riesgos de aventura del otro”. Sin embargo, descendiendo todos ellos de los mismos padres —Lester Young, Coleman Hawkins, Charlie Parker como trino referencial, pero también muchos otros, como por ejemplo Earl Bostic por quien tanto Golson como Coltrane sentían auténtica devoción, sólo por citar saxofonista y omitir otros instrumentistas— lo lógico es que emergieran al mundo con esa herencia pero no al modo de gemelos, sino con personalidades propias aquilatadas con tesón, estudio, esfuerzo, la experiencia y gusto a lo largo de sus respectivas carreras.

Con el Coltrane de los primero tiempos—amigos íntimos desde la juventud y mantenida hasta la muerte de Coltrane, ambos inspirados en la revolución musical de Dizzy Gillespie y Charlie  Parker— al principio mantuvo una sonoridad sorprendente cercana en esa suerte de poderoso gruñido vocal con el que ambos se expresan, algo que ha pasado bastante desapercibido como señala Jim Monod en la autobigrafía de Golson. Luego el temperamente de Coltrane le llevó cada vez más a la experimentación de vanguardia y Golson se mantuvo fiel a las estructuras melódicas y narrativas tradicionales construyendo una voz propia y distintiva, el sonido golson, que a lo largo de los años fue madurando hasta encarnarse en una sonoridad más seductora y atractiva con un afilado y contundente acento pleno de audaces intuiciones líricas perfectamente pronuciadas.

A Golson se le suele preguntar cuestiones del tenor de si cuándo toca piensa en la composición o viceversa. E invariablemente la respuesta, es catogórica: «¡No!». Son dos facetas disoaciadas. Cuando Benny compone, el saxofonista no existe y cuando toca el saxo el compositor-arreglista no existe. Y así lo cuenta en su autobiografía y escribió en el texto de su álbum Free (Argo, 1962):

«Soy compositor y arreglista, pero solo cuando tengo un bolígrafo en la mano. Cuando toco el saxo por mi mente pasa algo más. No existe en absoluto matrimonio alguno entre ambas facetas. Sé que el elemento emocional básico en el jazz es sentir, no cuán precisa es la interpretación, sino cuánto hay de sentimiento real. Digo real porque algunos compositores intentan escribir sentimientos en su música a través de la notación. Por supuesto, este enfoque es erróneo y ridículo. El sentimiento real viene del artista».

A la hora de componer su mente actua armando una suerte de mecano en el que va insertando elementos cuya génesis puede tener su origenes diversos, un recuerdo, una emoción, una ensoñación, el resultado de una experiencia, incluso imaginativas y delirantes travesuras o el sentido homenaje por la trágica pérdida de un amigo —caso de “I Remember Clifford”— y que fue perfeccionando a lo largo de los años.

Sobre “Whisper Not” cuenta que «lo escribí en 20 minutos en el club Storyville de Boston cuando estaba en la banda de Dizzy Gillespie». Al tardar tan poco tiempo dudó de su valia, pero cuando Gillespie la escuchó quiso tocarla con su banda y otros músicos no tardaron en fijarse y ella. Antes de que Golson tuviera ocasión de grabarla con su propio grupo Lee Morgan fue el primero en grabarla, luego Tadd Jones y otros muchos como Gillespie, Art Blakey o Keith Jarret. Leonard Father le puso letra y con ella la grabaron vocalistas como Ella Fitzgerald o Anita O’Day. Golson la incluyó en 1957 en su album debut y después en una decena más. Está tan asociada a su nombre que medio siglo después de escribirla la usó de reclamo de su gira mundial “Whisper Not Tour”.

“Killer Joe” surgió del sórdido entorno de prostitutas y macarras al que se enfrentó recién llegado a Nueva York y es la historia de un proxeneta que explota a su chica y se queda con el dinero.

Halló inspiración en la literatura y la volcó en “Shades of Stein” inspirada aen la obra de la escritora Gertrude Stein de quien era admirador: «La titulé así debido a su similitud con su estilo de repetición».

Y el delirio y la ensoñación, incluso de cierta afilada travesia, están en el origen de “Gypsy Jingle Jangle” que imaginó mientras veía de madrugada y por décima vez en televisión la pelicula Frankestein. Su relato está cargado de ironia:

«En una de las secuencias una banda de gitanos bailaba alrededor de una fogata en las afueras de la ciudad, acompañándose de violín, acordeón, panderetas, rítmicas palmas y gritos alegres. Las mujeres bailaban con frenesí, girando y saltando como si estuvieran poseídas por una fuerza desconocida, mientras que sus tobilleras y brazaletes emitían un constante tintineo (jingling, jangland), por cierto, un ruido rítmico muy moderno… Mi cabeza oscilaba de un lado a otro al compás de la música y justo cuando ésta coincidió con el compas de la danza me vino a la mente un pensamiento casi obsceno. Imagenemos, pensé, que desde la oscuridad del bosque cercano surgue una banda de renombrados músicos de jazz con los instrumentos en mano, se acercan al calor del fuego del campamento y preguntan con timidez, ¿Podemos sentarnos? El resultado, pensé, sería algo así como “Gyspsy Jingle-Jangle”».

Caso especial es “I RememberClifford”, compuesta en memoria a su amigo íntimo y magnífico trompetista Clifford Brown muerto en accidente de tráfico en 1956. Golson estaba tocando con la banda de Lionel Hampton en el Apollo Theather de Harlem. Sintió tanto la pérdida que compuso la que a mi juicio es una de las más hermosas baladas de la historia del jazz. Ted Gioia en El canon del jazz. Los 250 temas imprescindibles (Madrid, Turner, 2013) escribe a propósito: «El compositor declararía años después que sufrió lo indecible para componer cada nota y que hubieron de transcurrir varias semanas hasta completar una canción que no solo fuese un tributo en condiciones, sino que, mejor aún, captase en cierta medida la personalidad musical de su difunto colega… El tema ingresó de forma casi instantánea en el repertorio estándar. Golson concibió la canción como número para trompeta (razón por la que tardó un tiempo en animarse a tocarla) y los trompetistas fueron los primeros en adoptarla». En 1957 la grabaron tres trompetistas: Donald Byrd, Lee Morgan y DizzyGillespie y desde entonces la han registrado Dizzy Gillespie, Kenny Dorham, Sonny Rollins, Bud Powell, Stan Getz, Roy Hargrove, Arturo Sandoval, Freddie Hubbard, Keith Jarrett, Andrew Hill, el Modern Jazz Quartet y vocalistas como Ella Fitzgerald, Hellen Merril, Carmen McRae, Dinah Washington, Nancy Wilson e incluso Ray Charles, entre otros muchos.

Para Golson es un gran placer y un gran honor escuchar su música interpretada por otros:

«Hace que me sienta muy honrado, sobre todo si pienso que podría no ser así. Que escriba una pieza no muy buena, y nadie quiera tocarla, ni siquiera yo. Lo que más me gusta es cuando alguien toca mi música de un modo totalmente diferente a como yo la concebí. Me siento como un padre cuyo hijo escapa a su control. Si toda mi música sonara siempre del mismo modo sería muy aburrido».

En Whisper Not: The Autobiography of Benny Golson (Temple University Press, 2016) escrita en colaboración con el profesor Jim Morod, amén del copioso e interesante cúmulo de reflexiones y recuerdos sobre su carrera musical, ahonda en detalles sobre su vida y el entorno social en el que vivió desde su infancia en Filadelfia, las privaciones e injusticias del alojamiento alquilado para familias negras en los años 30 que define como «una prolongación de las condiciones previas a la Guerra Civil… Los los propietarios negros rara vez eran más compasivos o serviciales que los blancos». Golson también reconoce la jerarquía racial también se extendía a las actitudes entre los propios negros, basándose en la relativa oscuridad o claridad de su piel.

Y sobre la situación actual de su tierra natal se manifiesta con especial acritud:

«Aunque amo a mi país, nadie ha de viajar lejos para presenciar condiciones similares a las del Tercer Mundo […] Las ciudades del interior de Estados Unidos están ahogadas por la desesperación y la necesidad».

El largo sendero de Benny Golson

«Sigo tocando en vivo porque la música es lo que más amo y me encanta transmir ese sentimiento al público». Benny Golson.

Benny Golson (Filadelfia, Pensylvania, 1929). Saxofonista, compositor y arreglista adscrito a los movimientos be bop y sobre todo hard bop. Alos 9 años comenzó a estudiar piano y a los 14 impresionado tras escuchar en la orquesta de Lionel Hampton al incendiario saxo tenor tejano Arnette Cobb (el salvaje del tenor) que convenció a sus padres para que le regalaran un saxo.

«Comencé a los nueve años con un piano vertical que había en casa. Mi madre daba clases de piano y pensaba que podía convertirme en un gran intérprete de Chopin o Rachmaninov, pero en mi vecindario solo oía blues y a los catorce años cambié de opinión y me decanté por el jazz y el saxo. Nada de piano ni música clásica. Mi madre se lo tomó con una gran traición».

Su madre fue la persona más importante en su vida no solo porque le inició en la música sino porque supo inculcarle un profundo sentido del deber y del esfuerzo, aspectos definitorios de su personalidad.

Durante los estudios secundarios en el instituto de Filadelfia solía tocar con numerosas futuras promesas, entre otras, John Coltrane —era como un hermano, solían ensayar juntos en la casa de Golson en Filadelfia—, los hermanos Heath (Jimmy y Percy), Red Garland, Philly Joe Jones y Red Rodney. Fue su primera escuela, un periodo de iniciacíon crucial en su carrera o una especial forma de prepararse para  el camino.

«No sé qué hubiera sido de mí de haber nacido en otra ciudad… Filadelfia era en los cuarenta un filón para el aficionado al jazz. Mis compañeros en la banda del instituto se llamaban John Coltrane, Red Garland, Jimmy Heath, Percy Heath, Philly Joe Jones… Así empecé yo: rodeado de la créme de la créme».

«Coltrane y yo eramos como hermanos. Empezamos a vernos todos los días, estudiabamos juntos absorbiendo los estilos de Coleman Hawkins, Lester Young, Don Byas y otros grandes saxofonistas, hasta que en 1945 Charlie Parker vino a un concierto en Filadelfia. El pionero del be bop cambió nuestras vidas para siempre».

Después de graduarse en música en 1950 en Howard College (Washington) entró en la banda de rhythm & blues del cantante y saxofonista Bull Moose Jackson de la formaba parte John el que fuera legendario compositor y pianista del be bop Tadd Dameron a quien Golson considera como una de sus influencias más importantes como compositor. Continuó trabajando con Tadd Dameron durante gran parte de la década de 1950 a la par que trabajaba con las formaciones de Lionel Hampton, Johnny Hodges, Dizzy Gillespíe, Earl Bostic y los Messengers de Art Blakey de los que fue director musical durante breve tiempo, escribió composiciones emblemáticas y participó en el histórico álbum Moanin’ (Blue Note, 1959). Además tocó con John Coltrane y Clifford Brown. Y fue precisamente mientras tocaba con la banda de Hampton en el Apolo cuando se enteró de la muerte de su amigo y brillante trompetista en accidente automovilístico en 1956 en cuyo honor compuso una de sus canciones más conocidas, y una de las baladas más hermosas e interpretadas de la historia del jazz “I Remember Clifford”.

Aparte de la influencia inicial de su madre, o de la fraternidad casi “patológica” con Coltrane, el hito más importante y de mayor impacto en Golson fue Art Blakey y así lo señalan Jim Morod y el propio Golson en Whisper Not. The Autobiograpy of Benny Golson, escrita al alimón. Peculiar simbiosis en la que Blakey aborbió gran parte de la madurez intelectual y personal de Golson y éste recibió poderosas lecciones de energía e impulso post bop. Así lo recuerda, emocionado, el saxofonista:

«Con Art no hubo una noche mala. Podía estar cansado o enfermo; podía no haber dormido en una semana… bastaba con ponerle detrás de la batería, y el cansancio, la enfermedad y el sueño quedaban desaparecían. “Un, dos, tres, adelante”… ya no se hacen músicos así».

Y preguntado en una entrevista para el diario italiano L’Expresso en 2016 por los músicos que más le influyeron, respondió:

«Art Blakey, no solo porque era el mejor baterista con el que tocaba, sino porque era una persona fantástica, no un intelectual, sino puro sentimiento, alguien que lo decía todo con el corazón abierto».

Pese a su breve estancia en los Messengers de Blakey sus composiciones aportaron refinamiento musical al grupo, su preocupación por una mayor profesionalidad —puntualidad con los horarios, vestimenta adecuada y uniforme— y por el control de los temas monetarios fueron decisivos en la futura fortuna de la banda.

En 1957 debutó como líder con el álbum Bennie Golson’s New York Scene (Contemporary) con el trompetista Art Farmer con quien mantuvo una especial afinidad y fundaría tres años después el célebre  Jazztet. Le siguieron excelentes álbumes publicados en los últimos años de la década como The Modern Touch (Riverside, 1958), —que contó que con J.J. Johnson, Wynton Kelly, Kenny Dorham, Paul Chambers y Max Roach—, y otros junto a destacadas figuras como el trombonista Curtis Fuller —The Other Side of Benny Carter (Riverside, 1958) y Gone with Golson (New Jazz, 1959)—, o el trompetista Lee Morgan —Benny Golson and The Phíladelphians (United Artists, 1958). Y compartió su liderazgo con el vibrafonista Lem Wínchester en Winchester Special (New Jazz, 1959), uno de los pocos álbumes que el vihrafonista grabó como líder antes de su trágica muerte en un accidente con arma de fuego en 1961.

Benny Golson aparece en la célebre fotografía A Great Day in Harlem tomada el 12 de agosto de 1958 tomada por Art Kane en la calle 17 East 126 y en la que aparecen 57 destacados jazzmen. En la actualidad solo sobreviven Benny Golson y Sonny Rollins.

Inició la década de 1960 con dos de sus álbumes más curiosos y espectaculares, el primero, Take a Number from 1 to 10 (Argo, 1961), en el que un número creciente de músicos participa en cada tema, desde su solo de saxo en el tema inicial hasta el interpretado con una banda de 10 miembros en el último.

Pop + Jazz = Swing (Audio Fidelity, 1962) es aún más inusual, con un grupo de jazz en el canal derecho y una orquesta pop de 11 miembros en el izquierdo. Ambos grupos interpretan simultáneamente las mismas piezas o piezas complementarias en diferentes estilos para crear una combinación única muy diferente a cualquier otra cosa disponible en ese momento. Con la participación de Curtis Fuller, Bill Evans, Ron Carter, Paul Chambers, Jimmy Cobb, Eric Dolphy, Freddie Hubbard y Wayne Shorter y Golson como arreglista y directo, la grabación sigue siendo en la actualidad uno de los uno de los grandes hitos creativos del jazz. Y ese mismo año aparecieron otros dos álbumes magistrales, ambos en formato de cuarteto: Turning Point (Mercury) y Free (Argo).

Y en 1960 fundó junto al trompetista y fiscornista Art Farmer el célebre Jazztet uno de los grupos más destacados de hard bop con un sonido dulce y refinado y que compitió con los Jazz Messengers de Blakey y que permaneció activo hasta 1962, aunque en los años 80 posteridad volvieron a reunirse. El primer pianista fue un joven llamado McCoy Tyner que luego pasó al cuarteto de Coltrane: “era su lugar adecuado”, dijo Golson tras la pèrdida de su amigo. El Jazztet, en esta primera fase publicó excelentes álbumes —Meet the Jazztet (Argo, 1960), Big City Sounds (Argo, 1960), The Jazztet and John Lewis (Argo, 1961), The Jazztet at Birdhouse (Argo, 1961), Here and Now (Mercury, 1962) o Another Git Together (Mercury, 1962)—, y otros tantos en la década de los ochenta y que veremos con más detalle en la sesión del Ciclo Monográficos dedicada a Art Farmer en febrero de 2019. La banda se disolvió por diversas razones, entre otras, por el excesivo tiempo dedicado a los ensayos, porque Golson prefería quedarse en Nueva York componiendo y trabajando en otros proyectos a ir de gira y porque los contratos no eran ni lo cuantiosos ni lo satisfactorios que debieran.

A partir de 1963 y durante más de una década su producción discográfica disminuyó, centrándose cada vez más en el trabajo orquestal, de arreglista de estudio para cantantes como de jazz como Peggy Lee o Lou Rawl o incluso para el álbum Eric is Here  (1967) del cantante inglés de blues y rock y líder de Animals Eric Burdon. Compuso música para series y peliculas famosas, entre otras, M*A*S*H, The Partridge Family, Mission Impossible o The Six Million Dollar Man. Sin embargo continuó grabando a su nombre publicando destacados álbumes para sellos como Audio Fidelity, Jazzland, Prestige o Verve entre otros Stockholm Sojourn (Prestige, 1964) o Tune In, Turn On (Verve, 1967).

La década de los 80 —o más bien desde finales de los 70— marcó su regreso al jazz: formó sus propios grupos, utilizó a veces el saxo soprano, grabó para sellos como Timeless, Arkadia Jazz, Concord o HighNote, realizando giras y conciertos a lo largo de todo el mundo en una línea continua y regular que aún mantiene en la actualidad, a punto de cumplir 90 años.

En los años 80 reconstruyó el Jazztet que se mantuvo durante toda la década, de nuevo con Art Farmer y músicos como Curtis Fuller, Mike Tucker, Buster Williams, Ray Drummon o Albert Heat, publicando media docena de álbumes. Volvió a tocar en 1983 con Art Blakey con el seno de una formación especial, los All Stars Jazz Messengers.

Durante las últimas décadas ha realizado numerosas giras internacionales, actuando en prestigiosos festivales con destacadas figuras, entre las más recientes, con el trompetista Terence Blanchard. Es frecuente verle en festivales europeos y españoles, por citar casos cercanos, estuvo en Almería en el marco de las II Jornadas de Jazz Almería 2005, en concierto celebrado en el Auditorio Maestro Padilla el 1 de mayo de 1999. Le acompañaban Cyrus Chestnut (piano), Kengo Nakamra (contrabajo) y Neil Smith (batería). Más recientes son su actuaciones junto a Johnny Griffin en el festival Jazz en la Costa (Almuñecar, 19 de julio de 2007) o en el Festival de Madrid (22 de noviembre de 2007), o ya en la presente década y en cuarteto en clubes nacionales, incluido Clasijazz en noviembre de 2017.

A lo largo de las últimas décadas ha seguido grabando de manera regular, publicando como líder una larga veintena de de destacados álbumes: Are You Real? (CBS/Sony, 1977); Killer Joe (Columbia, 1977); I’m Always Dancin’ to the Music (Columbia, 1978); California Message (Baystate, 1980); One More Mem’ry (Timeless, 1981); This Is for You, John (Timeless, 1987); Up, Jumped Spring (LRC, 1990) ; Up Jumped Benny (Arkadia Jazz, 1997); That’s Funky (Arkadia Jazz, 2000); One Day Forever (Arkadia Jazz, 2001); Terminal 1 (Concord, 2004); The Masquerade Is Over (Azzurra Music, 2005); The Many Moods of Benny Golson (Arkadia Jazz, 2007); Three Little Words (Synergie OMG, 2007) y los últimos hasta la fecha, New Time, New ‘Tet (Concord, 2009) y Horizon Ahead (HighNote, 2016)

En 2004 apareció en un cameo como músico en la película de Steven Spilberg La terminal, drama romántico en el que el protragonista encarnado por Tom Hawks recorre medio mundo para conseguir su autógrafo y así cumplir la promesa hecha a su difunto padre de completar las firmas de quienes aparecian en la célebre fotografía A Great Day in Harlem. El encuentro tiene lugar en un bar mientras Golson y su grupo interpretan “Something in B Flat” que registró por primera para el álbum Benny Golson’s New York Scene. En la última escena suena el conocido “Killer Joe”. Al respecto declaró años despues: «Un día me llamó Spilberg para ofrecer el papel, me dijo que me había estado siguiendo desde la universidad y que su pieza favorita era mi “I Remember Clifford”. Fue un honor participar en esa gran película con un final tan romántico».

Su carrera musical ha sido reconocida en numerosas ocasiones con importantes premios y distinciones, entre otros el prestigioso NEA Jazz Masters en 1995 y el Mellon Living Legend Legacy Award en 2007. También obtuvo el University of Pittsburgh International Academy of Jazz Outstandíng Lifetime Achievement Award y fue incluído en su Hall of Fame en 2009. En 1996 el programa Howard Studio Jazz Studíes de la Universidad de Howard instituyó el Benny Golson Jazz Master que se concede anualmente y han recibido, entre otros, Pharaoh Sanders, Clark Terry y Yusuf Lateef.

Reseñas críticas

“Gran especialista de baladas, confiere al tenor un sonido abierto y mullido mediante el uso de un amplio vibrato. Su fraseo sinuoso contrasta con el aspecto enérgico de sus temas, muy acompasados —es uno de los compositores más fecundos del periodo funky-hardbop—. A partir de su regreso en los 80, su estilo experimentó un profundo cambio: más áspero en el sonido, más logrado en la expresión, con frecuencia en forma modal: el ardor conservado por el saxo tenor abre su estilo hacia perspectivas más dramáticas”.- Philippe Carles, André Clergeat y Jean-Louis Comolli, Diccionario del jazz, Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1995.

“Fenómeno estilístico surgido a mediados de los 50 de la orquesta de Gillespie y que toca con todos los jóvenes jazzmen, pero en el estilo maduro y rico de la balada representado por Coleman Hawkins. Sus hermosas composiciones están cargadas de melancolia y de una lejana magia tanto en sus improvisaciones con el tenor como sus melodiosas composiciones”.- Joachim E. Berendt, El Jazz. De Nueva Orleans al jazz rock, 1986)

“Saxo tenor vehemente, de fraseo sinuoso y con un sonido amplio y sugerente, es también un maravilloso intérprete de melodiosas baladas llenas de melancolía (“I RememberClifford”).- Gérard Arnaud, Jacques Chesnel, Los grandes creadores del jazz, Madrid, Ediciones del Prado, 1993.

Discografía

Como líder

  • Benny Golson’s New York Scene (Contemporary, 1957)
  • The Modern Touch (Riverside, 1957)
  • The Other Side of Benny Golson (Riverside, 1958)
  • Benny Golson and the Philadelphians (United Artists, 1958)
  • Gone with Golson (New Jazz, 1959)
  • Groovin’ with Golson (New Jazz, 1959)
  • Gettin’ with It (New Jazz, 1959)
  • Winchester Special (New Jazz, 1959), con Lem Winchester
  • Take a Number from 1 to 10 (Argo, 1961)
  • Pop + Jazz = Swing (Audio Fidelity, 1962) reeditado como Just Jazz!
  • Turning Point (Mercury, 1962)
  • Free (Argo, 1962)
  • Stockholm Sojourn (Prestige, 1964)
  • Tune In, Turn On (Verve, 1967)
  • Are You Real (CBS/Sony, 1977)
  • Killer Joe (Columbia, 1977)
  • I’m Always Dancin’ to the Music (Columbia, 1978)
  • California Message (Baystate, 1980)
  • One More Mem’ry (Timeless, 1981)
  • This Is for You, John (Timeless, 1987)
  • Up, Jumped Spring (LRC, 1990)
  • Up Jumped Benny (Arkadia Jazz, 1997)
  • That’s Funky (Arkadia Jazz, 2000)
  • One Day Forever (Arkadia Jazz, 2001)
  • Terminal 1 (Concord, 2004)
  • The Masquerade Is Over (Azzurra Music, 2005)
  • The Many Moods of Benny Golson (Arkadia Jazz, 2007)
  • Three Little Words (Synergie OMG, 2007)
  • New Time, New ‘Tet (Concord, 2009)
  • Horizon Ahead (HighNote, 2016)

Con Jazztet

  • Meet the Jazztet (Argo, 1960)
  • Big City Sounds (Argo, 1960)
  • The Jazztet and John Lewis (Argo, 1961)
  • The Jazztet at Birdhouse (Argo, 1961)
  • Here and Now (Mercury, 1962)
  • Another Git Together (Mercury, 1962)
  • Voices All (East West, 1982)
  • Playboy Jazz Festival (Elektra/Musician, 1982)
  • Moment to Moment (Soul Note, 1983)
  • Nostalgia (Baystate, 1983)
  • Back to the City (Contemporary, 1986)
  • Real Time (Contemporary, 1986)

Como arreglista

  • Kenny Burrell, Both Feet on the Ground (Fantasy, 1973)
  • Jimmy Cleveland, Rhythm Crazy (EmArcy, 1959, 1964) e intérprete.
  • Art Farmer, Brass Shout (United Artists, 1959) y Baroque Sketches (Columbia, 1967).
  • Curtis Fuller, Sliding Easy (United Artists, 1959).
  • Red Holloway, Sax, Strings & Soul(Prestige, 1964).
  • Roland Kirk, The Roland Kirk Quartet Meets the Benny Golson Orchestra(Mercury, 1963)
  • Illinois Jacquet, Bosses of the Ballad (Argo, 1964).
  • Jack McDuff, Prelude (Prestige, 1963), Prelude (Prestige, 1963), The Dynamic Jack McDuff (Prestige, 1964), Walk On By(Prestige, 1966), The Midnight Sun (Prestige, 1969) y Steppin’ Out (Prestige, 1969).
  • Freda Payne, How Do You Say I Don’t Love You Anymore (MGM, 1966).
  • Sahib Shihab, Jazz Sahib (Savoy, 1957).
  • Jimmy Witherspoon, Some of My Best Friends Are the Blues (Prestige, 1964).

Como sideman

  • Art Blakey & The Jazz Messengers, Moanin’ (Blue Note, 1958), 1958 – Paris Olympia (Fontana, 1958), Des Femmes Disparaissent (banda sonora) (Fontana, 1958).
  • Jimmy Cleveland, Cleveland Style (EmArcy, 1958).
  • Cass Elliot, Cass Elliot (RCA, 1971).
  • Art Farmer, Modern Art (United Artists, 1958).
  • Curtis Fuller, Blues-ette (Savoy, 1959), The Curtis Fuller Jazztet (Savoy, 1959), Imagination (Savoy, 1959).
  • Dizzy Gillespie, Dizzy in Greece (Verve, 1957), Birks’ Works (Verve, 1957), Dizzy Gillespie at Newport (Verve, 1957), The Greatest Trumpet of Them All (Verve, 1957), Bird Songs: The Final Recordings (Telarc, 1992), To Bird with Love (Telarc, 1992).
  • Ernie Henry, Last Chorus (Riverside, 1957).
  • Milt Jackson, Bags’ Opus (United Artists, 1958).
  • Philly Joe Jones, Drums Around the World (Riverside, 1959).
  • Quincy Jones, The Birth of a Band!(Mercury, 1959).
  • John Lewis, The Wonderful World of Jazz (Atlantic, 1960) y Essence (Atlantic, 1962).
  • Abbey Lincoln, It’s Magic (Riverside, 1958).
  • Blue Mitchell, Out of the Blue (Blue Note, 1959).
  • Lee Morgan, Lee Morgan Vol, 3 (Blue Note, 1957).
  • Oscar Pettiford, The Oscar Pettiford Orchestra in Hi-Fi Volume Two(ABC-Paramount, 1957), además de compositor y arreglista.
  • Sarah Vaughan, Sassy Swings Again (1967).

© José Santiago Lardón ‘Santi’ (Noviembre, 2018)

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