Cecile McLorin Salvant & Sullivan Fortner

40 € NS / 30 € S

Sala Principal

Bueno, bueno, bueno… Pero qué ganas de que este ocurriera en Clasijazz.

Cecile McLorin Salvant & Sullivan Fortner
29 de Mayo (Lunes) a las 21:00

La cantante más increíble del momento en el mundo, casi imposible que pudiera venir a Clasijazz, pero ha sido todo un milagro poder conseguirlo ya que está ahora mismo en lo más alto y más valorado tocando en grandísimos Festivales de Jazz Internacionales.

Y encima con el gran pianista Sullivan Fortner, para muchos, el más increíble pianista de la actualidad.

Un lujazo que no te puedes perder. Las personas que asisten a sus conciertos hablan de experiencias únicas e irrepetibles.
Son impresionantes.

Cécile McLorin Salvant
Canción fantasma
Los fantasmas que interpretan los papeles principales en la rapsódica Canción de fantasmas de Cécile McLorin Salvant no son del tipo de Hollywood. Ellos son más cercano temperamentalmente a las presencias fugaces y esquivas que Emily Dickenson celebró en verso:
Uno no necesita ser una cámara para ser embrujado.
Uno no necesita ser una casa.
El cerebro tiene corredores que superan el lugar material.

Ghost Song, el debut en Nonesuch de Salvant, explora las (muchas) formas en que las personas pueden ser perseguidas: recuerdos persistentes, caminos no tomados, fantasmas reales e imaginarios. Sus canciones intensas e inquietantemente evocadoras siguen a las almas vivientes mientras se enfrentan a los tormentos de la ausencia: algunos personajes lamentan que sus seres queridos se hayan ido demasiado pronto, otros están preocupados por los restos del romance desaparecido, otros están paralizados por la sensación del tiempo que pasa al galope.

Es un trabajo conceptual impresionante y completamente realizado de un artista cuya trayectoria se ha movido a la velocidad de la luz. Nacido en Miami, Florida en 1989, Salvant estudió piano a los cinco años, cantó en un coro de niños a los ocho y luego comenzó a recibir lecciones de canto clásico. Siguió dos caminos como estudiante universitaria en Francia (su madre es francesa, su padre haitiano): estudió derecho francés en una universidad mientras asistía al Conservatorio Darius Milhaud para estudiar música barroca y jazz. Aunque en ese momento no tenía la intención de cantar profesionalmente, participó en la competencia Thelonious Monk en 2010 y la ganó.
Eso condujo a una serie de cinco lanzamientos aclamados, cada uno más atrevido que el anterior. Sin embargo, nada de lo que ha hecho Salvant puede preparar a los oyentes para la intensidad visceral, la escritura concisa pero prismática y las atmósferas que borran el género de Ghost Song. El trabajo se basa en las herramientas que este vocalista, compositor, ganador de múltiples premios Grammy y MacArthur Fellow ha utilizado en el pasado, pero de formas nuevas y desgarradoras. Es, en el sentido menos simplista posible, la rara partida que también es una llegada.

Ghost Song sitúa los originales ricos en imágenes de Salvant junto con reimaginaciones radicales de canciones de Kate Bush, Gregory Porter, Sting, Harold Arlen y Kurt Weill. Cada una de las piezas describe un tipo diferente de compromiso con espíritus inquietos, y cada una habita dentro de una atmósfera musical detallada y muy específica. El rango estilístico es asombroso: melancólicas canciones de antorchas en clave menor se sientan junto a diálogos argumentativos de teatro musical al estilo de Sondheim, se sientan junto a antiguas melodías populares y se sientan junto a meditaciones de jazz tentadoramente espaciosas (y armónicamente complejas).
Salvant concibió Ghost Song durante el período inicial de la pandemia y la grabó en la forma necesariamente fragmentada en que los proyectos creativos sucedían bajo encierro. Hacer el trabajo fue, recuerda, a la vez frustrante y terapéutico. Pero no la preparó para el desafío al que se enfrentó cuando terminó el seguimiento: descubrir la mejor manera de levantar el telón de un ciclo de canciones dedicado a los fantasmas, las necesidades emocionales de las presencias de fantasmas y la naturaleza misma de la comunicación con los espíritus.
Una elección lógica fue una canción llamada «I Lost My Mind», un encantamiento en la voz robótica independiente de Salvant, con armonías interiores tensas al estilo de un vocoder realzadas por las cuidadosas voces de Aaron Diehl en el órgano de tubos.
A Salvant le gustó la sinceridad de la revelación completa. “Empezar de esa manera es básicamente decir ‘Oye, sé que esto es diferente’. Porque una vez que dices ‘Me he vuelto loco’, te permite hacer lo que sea. Después de eso, no puede haber expectativas de lo que va a ser”.
La canción inmortaliza un momento de bloqueo de punto de inflexión. Salvant recuerda estar en su departamento de Brooklyn, caminando y paseando, a veces simplemente tratando de comprender su estado emocional. “Fue una de esas noches en las que solo quería gritar pero no podía entender por qué. ¿Estoy ansioso? ¿O emocionado? ¿Me estoy sintiendo encerrado? Ya ni siquiera sabía para qué era el grito… Eventualmente sentí que estaba bien seguir con la cosa completamente loca y no preocuparme si la gente piensa que te has vuelto loco por hacerlo”.

A pesar de lo acertada que era esa canción, Salvant quería que el álbum abriera con algo más íntimo: solo su voz, envuelta en la reverberación natural de una iglesia. Antes de determinar qué pista comenzaría Ghost Song, Salvant dice que sabía que sería una tarde en la iglesia de St. Malachy en Nueva York cuando se acercaba una tormenta de nieve. Ella recuerda haber tenido puesto el abrigo y los guantes todo el tiempo.
“Hay algo tan, tan reconfortante y edificante cantando en ese vasto espacio y sintiendo ese apoyo del espacio. Se siente como si aquí es donde estamos destinados a cantar… Escuchas las piedras rebotar tu sonido hacia ti. Son estas cosas antiguas con las que nos conectamos”.

Además de «I Lost My Mind», las canciones de la iglesia incluyeron «Cumbres Borrascosas» de Kate Bush, que comienza con la deslumbrante fantasía de Salvant en el verso, una transformación en el estilo muy adornado del canto a cappella irlandés sean nós. Ese día también grabó “Unquiet Grave” en solitario, con más improvisación de sean nós, haciendo sujetalibros de los dos temas.
“Para mí no existe la pista uno”, dice Salvant, riendo. “Quería que el álbum fuera un círculo. [Pero] necesitamos una pista uno en la vida… Solo quería que esas dos canciones se unieran. Así que es la primera pista, pero también es la última pista y también es la pista del medio. Lo que se relaciona con la forma en que escucho música, a menudo en repetición. Estoy caminando por mi barrio, estoy en un avión viajando a alguna parte; cuando empiezo, pongo cosas en repetición, y eso significa que eventualmente es un círculo. Para mí, este álbum es un álbum repetido”.
Hay otros elementos de diseño que gobiernan la secuencia de Ghost Song. El álbum abre y cierra con voz solista y luego avanza, paso a paso, en piezas que aumentan gradualmente en términos de densidad y tensión, requiriendo una instrumentación más elaborada. «I Lost My Mind», que es la pista seis, sirve como una especie de «bisagra»; las canciones que le siguen en la segunda mitad del álbum reflejan las configuraciones de la banda en la primera. Entre los talentos destacados se encuentran el pianista Diehl y Sullivan
Fortner, ambos colaboradores de Salvant desde hace mucho tiempo; Fortner también ayudó a producir el álbum y escribió muchos de los arreglos.
Incluso los temas siguen esa estructura, dice Salvant. “Las canciones están relacionadas entre sí. De alguna manera se combinan, son como gemelos. O como gemelos fraternales, o uno es el gemelo malvado del otro”. En términos generales, dice, el comienzo del álbum analiza cómo «yo, como vivo, soy visitado por el fantasma». En la segunda mitad, los papeles a veces se invierten. «Y luego yo, a mi vez, voy a visitar al fantasma… Estoy persiguiendo al fantasma y molesto al fantasma, que dice: ‘Sal de aquí y vete a vivir'».
El álbum es un punto de partida para Salvant en casi todos los sentidos. No se parece en nada al repertorio de jazz y estándares de sus últimos tres álbumes: The Window, Dreams and Daggers y For One to Love, cada uno de ellos reconocido con premios Grammy al Mejor Álbum Vocal de Jazz. Dos son álbumes dobles; la canción fantasma de cuarenta y seis minutos cabe en un solo disco de vinilo. Salvant dice que fue intencional.
“Estaba de humor para algo corto, porque quería hacer algo que reflejara cómo escucho. Mi capacidad de atención se ha ido al infierno, como la de todos, estoy seguro, debido a estos teléfonos … Y pienso mucho en eso. [Durante el encierro], como muchas personas, reflexioné sobre lo que hago y me di cuenta de que cuando estoy cantando habrá un poco de mi energía yendo a «¿Es esto aburrido? Todo el mundo está aburrido, ¿verdad? Darme cuenta de eso me hizo darme cuenta de la velocidad a la que han evolucionado las cosas, de cómo tal vez hemos perdido ese privilegio de aburrirnos, ahora la gente lleva sus teléfonos a la ducha. El teléfono es resistente al agua, ¿verdad? Literalmente puedes desplazarte y nunca aburrirte y estar siempre ansioso. Y al mismo tiempo, tenemos más personas meditando, disminuyendo la velocidad. Creo que esto es una buena señal, este deseo de estar un poco más asentado. Sentarse y escuchar música se convierte casi en una actividad meditativa. A veces te quedas dormido y otras veces te aburres. Pero qué regalo, aburrirse… Así que ahora, cuando veo a la gente retorciéndose en su asiento, pienso: ‘Qué regalo, que tengan ese momento’. Si estás aburrido, eres bienvenido. Te estoy dando un regalo.
Salvant remonta los orígenes de Ghost Song a su proyecto anterior, la Ogresse de formato largo, una fábula en forma de cantata que requería que ella cantara todos los personajes. Escribió la historia, la letra y la música, y colaboró con Darcy James Argue en los arreglos para una orquesta de trece piezas. El trabajo se está convirtiendo en un largometraje de animación.
“Esa fue completamente mi iniciativa de hacer. De antemano, siempre había seguido el ejemplo de cualquier sello en el que estuviera, pidiendo una nueva grabación. Este fue un proyecto de comisión, pero, en realidad, busqué comisionistas una vez que ya estaba escrito… ese fue el comienzo de mí siendo más activo y menos pasivo en el proceso de hacer música. [Y eso] se traslada a Ghost Song. Creo que vino directamente de la confianza que me dio hacer Ogresse”.
La naturaleza de Ghost Song, su unidad temática, sus escenas cuidadosamente representadas, ha llevado a Salvant a repensar la forma en que ella también actúa. En el pasado, llamaba melodías en el momento, según el estado de ánimo de la audiencia o la energía en el escenario. Este proyecto casi exige un enfoque diferente.
“Ahora tengo curiosidad por pensar en el proceso de hacer una gira de un álbum. Debo confesar que seguir con el mismo conjunto todas las noches me pone un poco nervioso… Es como pasar de usar ropa diferente todos los días a usar un uniforme. Así que hay algo liberador al respecto, porque no tienes que decidir… Me pregunto cómo sería si yo hiciera lo mismo.