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Jim Rotondi o Los clarines del jazz


José Santiago Lardón 'Santi' - 5 abril, 2016 - 0 comments

 

Jim Rotondi

Los clarines del jazz

«Parece que el pajarito mandón más conocido por Dios sopló en el flanco del primer hombre para animarlo y darle espíritu. Si en vez del pajarito hubiera estado ahí Louis Armstrong para soplar, el hombre habría salido mucho mejor». Julio Cortázar.

trompeta juicio final

«Habló Yahveh a Moisés y le dijo ‘Hazte dos trompetas, las harás de plata maciza’». Biblia (Números, 10,1) Y luego añadió que tocasen a clamoreo, y hubo clamor y destrucción y cayeron las murallas de Jericó ante el fragor trompetero, y auguran que lo habrá y grande cuando al cabo del apocalipsis llegué el terribilis día del juicio final al que seremos convocados por una big band de seráficos ángeles y arcángeles armados de colosales trompetas naturales tal como quiso soñar Miguel Ángel en los techos de la Capilla Sixtina… Y desde entonces la trompeta fue preludio de guerra y catástrofes, instrumento reservado para dar nuevas y órdenes y cuyo código se mantuvo en secreto y sus intérpretes gozaron de alta consideración hasta que llegó Monteverdi y la usó dicen que por vez primera en su ópera Orfeo (1607) y de seguido recurrieron a su brillantez broncínea Bach, Lully, Purcell, Händel, Teleman y más adelante Berlioz, Wagner, Stravinsky, Mahler en su Quinta Sinfonía, sin olvidar “La Marcha Triunfal” (“Marcha de las trompetas) de la ópera Aida (Verdi, 1871), incluso obras específicas compuestas para trompeta solista como Sonata para trompeta y piano (Paul Hindemith, 1947), Sonatina para trompeta y piano (Bertold Hummel, 1950), Fantasía para trompeta (Malcolm Arnold, 1969) o Concierto para trompeta y orquesta (John Williams, 1996), entre un largo etcétera de ese mundo musical hermano que nos obstinamos en llamar clásico.

trompeta buddy boldenNo era de plata, ni de material precioso, sino de tosco latón la corneta que encontró un niño allá en la lejana Louisina en medio de un campo de batalla, entre cadáveres, caos y destrucción y que llevándosela a la boca sopló queriendo expresar el triste lamento que corroía su alma pero sólo brotó un estridente graznido que puso los pelos de punta a quienes estaban aún a veinte leguas. cuenta otra leyenda tan certera como lo son todas que aquel niño era Charles ‘Buddy’ Bolden (1877-1931) quien junto a Bunk Johnson (1879-1949), que sólo grabó al final de su vida, fueron los primeros solistas de lo que convino llamarse jazz. Y el niño Buddy Bolden regresó a su cabaña apocado pero deslumbrado por el hallazgo, algo abollado pero desde luego más aparente que los pitos de caña, cuerno o fémur de doncella fenecida de muerte no natural con los que sus ancestros daban rienda suelta a sus instintos en las noches de luna llena alrededor de la fogata. Y aplicose con ahínco y tesón, hasta el punto de ganarse alguna colleja por desatender asuntos más terrenales, por sacar de aquel latón algo que le satisficiera y más acorde con sus sentimientos y cuando al fin lo consiguió, abandonó el hogar, se echó a los caminos y vino a dar a Nueva Orleans donde su fama creció hasta el extremo de ganarse los sobrenombres de The First Man of the Jazz o The King, aunque jamás grabara tema alguno y sólo se conserve una foto suya, el ensayo de Donald Marquis, In Search of Buddy Bolden (1978) y la novela El blues de Buddy Bolden (1999) de Michael Ondaajte.

tromepta king oliverEl título de King lo heredó Joe Oliver (1885-1938), quien junto a Freddie Keppard fueron los primeros maestros grabados. Y asevera la leyenda que Oliver fue de los primeros en tocar coros improvisados con una concepción puramente jazzística, y fuente de inspiración de todos los trompetistas de la época y que de él bebió Louis Armstrong (1898-1971), a quienes el azar unió en 1922 en Chicago y luego formó sus Hot Five y Hot Seven, junto a su mujer Lil Hardin, y se convirtió en el innovador más importante del jazz y, según los entendidos, sin su genio melódico, su fraseo y sus abundantes sugerencias armónicas el jazz no habría evolucionado como lo ha hecho, o vaya usted a saber qué derroteros hubiese tomado.

trompeta louis armstrongArmstrong, o Pops, o Satcho (boca de hucha), niño errante de las calles como cuenta en su emocionada autobiografía Mi vida en Nueva Orleans (1956), poseía una sonoridad de una belleza solar y un volumen impresionante y formuló la regla de oro del jazz: “soplar no es tocar” y de él dijo ni más ni menos que Miles Davis “En cuanto te pones a soplar un instrumento, sabes que de ahí no podrá salir nada que Louis no haya hecho ya”. Popularizó además un modo de cantar, scat, instrumental sin letra, reflejando en sílabas sin significado la garra incisiva del metal. Y en Nueva Orleans y luego en todo el orbe su influencia fue ineludible.

Y a mil leguas de Nueva Orleans la trompeta de jazz sonó alto y claro para mayor gloria del Chicago de la prohibición y del New York de la Harlem Renaissance. Entre ambas, una avenida suntuosa que arrancando de Oliver y Armstrong nos lleva a Tommy Ladnier, Jabbo Smith, Joe Smith, y sobre todo Henry Red Allen (1908-1967), quien siguió paso a paso el itinerario de Armstrong, desde su New Orleans natal a Chicago y New York, de King Oliver a Fletcher Henderson, para finalmente entrar en la orquesta de Satchmo (1937). Su asombroso virtuosismo, la diversidad de su estilo y su modernismo rítmico le permitió grabar con los más grandes de su época.

trompeta bix beiderbeckeDel lado blanco, la segregación musical aún era total, el legendario Bix Beiderbecke (1903-1931), pianista, cornetista y compositor, añadió fuego a la leyenda. Por su ejecución de sonoridad dulce y plena de swing, y por sus modos refinados exentos de los acentos rústicos del blues original, se le considera presagio del jazz cool de los años cuarenta. En su música recorre un paisaje armonioso en el que suenan acordes de Debussy o Ravel, música impresionista que estudió e interpretó al piano desde muy joven. Su figura inspiró la novela de Dorothy Baker, Young Man with a Horn (1938) —El chico de la trompeta (2013), considerada la primera novela de jazz, y su versión cinematográfica homónima, dirigida en 1950 por Michael Curtiz e interpretada por Kirk Douglas, doblado a la trompeta por Harry James. Y en la misma línea cabría encuadrar a Bunny Berigan.

Con el auge de las grandes orquestas a partir de los años 30 los trompetistas prestaron su brillo a la banda y se especializaron en variados lenguajes y timbres sonoros en función de su tono, habilidad con las sordinas, o registro agudo en roles bien definidos. De la banda de Ellington, taller de bruñido y cincelado de metales, saldrán estilistas como Rex Stewart, Cootie Williams (uno de los grandes expertos en el uso de la sordina, o de efectos wa wa), Cat Anderson (impenitente escalador del sobreagudo) o Clark Terry (uno de los más virtuosos y polifacéticos trompetistas de todos los tiempos) y en la de Count Basie, de acusado acento blues al modo de Kansas City y demoledor swing, radiaron la genialidad de Buck Clayton y Harry ‘Sweets’ Edison, de estilo ágil y preciso y de recogida dulzura en las baladas. Las big bands eran feraces semilleros de músicos y de ellas brotaron insignes intérpretes, baste recordar las portentosas orquestas dirigidas por Woody Herman, Fletcher Henderson, Stan Kenton, Artie Shaw o Gene Krupa.

trompeta roy eldridgePosición angular ocupa Roy Eldridge, (1911-1989) apodado ‘Little Jazz’, no tanto por su corta envergadura sino por ser un compendio abreviado de la historia del jazz o como si dijeramos una enciclopedia de bolsillo, y sobre todo porque tendió un puente de oro entre el clasicismo swing de Armstrong y la pirotecnia del bebop, amén de excelente estilista, de lenguaje personal efervescente y gusto por el brío y la velocidad desafiando las leyes de la técnica y pasmosa agilidad para pasar del registro grave al agudo, era incapaz de resistir la tentación de lanzarse a peligrosos fuegos de artificio o a duelos con otros músicos, en especial con los boopers, de los que siempre salía victorioso. Maestro idolatrado de Gillespie quien afirmó que durante sus años de formación “era mi ídolo”, y Roy le aconsejó “toca sin vibrato, ya tendrás tiempo cuando seas viejo”, y cuya vida y obra recogió John Chilton en Roy Eldridge: Little Jazz Giant (2002).

A partir de Eldridge comenzó una etapa de virtuosismo caracterizada por la velocidad sincronizada de cerebro y dedos y por la constante búsqueda de lenguajes expresivos propios. De Gillespie a Marsalis, pasando por Clifford Brown, Lee Morgan, Freddie Hubbard o el innovador Miles Davis, la trompeta abrió un camino recorrido luego por los demás instrumentos, en una inmensa nómina de genios adscritos al be bop, hard bop, funk, neobop, free o fusión.

trompeta dizzy gillespiePero aún resta trayecto, estamos en los umbrales del jazz moderno o del bendito advenimiento del bebop con Dizzy Gillespie (1917-1993) al frente junto a Parker. Dizzy supuso una de las primeras renovaciones a fondo del lenguaje de la trompeta. Con su peculiar trompeta erecta, aportó una originalidad de fraseo que marcó a coetáneos y a un largo séquito de herederos. Maestro de maestros, “elevó la ejecución del solo de trompeta a un nivel desconocido en el jazz hasta entonces”, escribió el historiador André Hodeir, introdujo ritmos afrocubanos al incorporar percusionistas como el cubano Chano Pozo, compuso temas hoy clásicos como “Night in Tunisia” o “Groovin’High”. Figura sin par, humorista afilado y cantante de comicidad delirante en sus scats a veces hasta el límite del delirio verbal y de una acusada racial que le llevó a negarse a ejercer de “tío Tom”. De todo esto, y mucho más, se extiende en su apasionado To be or not to bop: memorias de Dizzy Gillespie (2010) escrito en colaboración con el profesor Al Fraser.

trompeta miles davisCoetáneo de Dizzy, algo más joven, Miles Davis (1926-1991), tras darse a conocer como aventajado alumno bopero junto a Parker, desarrollo un estilo absolutamente personal en un vertiginoso sendero creador de continua inventiva, acuciado por un afán insondable como declaró en cierta ocasión: “jamás puedo volver atrás, ni escuchar de nuevo mis antiguos discos… Me daría la impresión de haber perdido un hijo”. Desde los años cuarenta, siempre en vanguardia, personificó y fue pionero de todas las metamorfosis del jazz, desde el bebop a la electrificación de la trompeta, pasando por el cool, el jazz modal, la fusión, el hip hop y otros estilos. Trompetista de estilo comedido, puntilllista, confidencial, de delicada serenidad y una sonoridad poco metálica, sin vibrato, su enigmática belleza ha sido la más copiada y sin embargo la menos imitable. A través de su obra puede seguirse toda la historia del jazz moderno hasta nuestras días. Quiso dejar testimonio de su paso por este mundo en Miles Davis: la autobiografía (1991) escrita con el auxilio de Quincey Troupe, y de sumo interés es, entre otros muchos estudios, la monumental obra de Ian Carr, Miles Davis: la biografía definitiva (2005).

trompeta chet bakerFigura singular y atípica, Chet Baker (1929-1988), asociado al cool en sus diálogos con el saxo barítono Gerry Mulligam, abrazó como en tantos casos la trompeta siendo niño y desarrolló una sonoridad inconfundible, que rezuma delicadeza y fragilidad, de gran riqueza melódica y exenta de cualquier efecto, cliché o paráfrasis. Con aparente sencillez y soltura traza largas frases en especial en el difícil registro grave con enorme precisión, tan semejante a la voz desnuda y desesperada como un susurro con la que en tantas ocasiones conversaba con la trompeta. De su vida, continuo descenso a los infiernos, dio cuenta en Como si tuviera alas: las memorias perdidas (1999) con introducción de Carol Baker, preciso análisis de su figura y obra es Deep in a dream: la larga noche de Chet Baker (1999) de James Gavin, y muy recomendable es el documental sobre su turbulenta vida y carrera Let’s Get Lost (1988) escrito y dirigido por Bruce Weber. De su personalidad se dijo que era la suma trina de James Dean, Sinatra y Bix Beiderbecke.

El gran prestigio y genialidad creadora de Gillespie y Davis, justificado por su creatividad conceptual y papel histórico en el desarrollo del jazz moderno, no debiera dejar en el olvido a toda una larga nómina de titanes que no les fueron a la zaga en cuanto a destreza instrumental y contribución a la configuración del lenguaje moderno del instrumento y que, junto a ellos y desde 1945, formaron la más extraordinaria generación de trompetistas después de los años veinte, entre los que se incluyen adeptos al bop, postbop, hard bop o a estilos derivados o sucesivos como el free, neoclacismo y a modificaciones sonoras y expresivas como fue la electrificación y sintetización de la trompeta iniciada por Don Ellis (1934-1979) y a la que Jim Rotondi no es ajeno.

trompeta clifford brownDe todos ellos brillan con luz propia Howard McGhee por su complejo fraseo y su facilidad en el registro agudo, Fats Navarro de sonoridad precisa y ácida y fraseo tocado a velocidad de vértigo. Clifford Brown quien a partir de la síntesis precoz de todas las innovaciones del bop sentó las bases del hard bop y cuya influencia fue tan importante como la de Miles o Dizzy para las siguientes generaciones, la sonoridad afieltrada y fraseo elegante de Art Farmer. Kenny Dorham aportó el sonido de acento blues de su tejana tierra natal y su predilección por las baladas y la bossa nova de la que fue el mayor intérprete a la trompeta. Lee Morgan, auténtico prestidigitador, maestro de las referencias y las citas sin caer en clichés, pionero de esa vuelta a las raíces que fue el hard bop y autor de “The Sidewinder” uno de los mayores éxitos jazzísticos. Booker Little por cuyo lenguaje cargado de disonancias se le considera uno de los eslabones enre el hard bop y el free jazz, amén de Blue Mitchell, Randy Brecker y tantos otros.

trompeta freddie hubbardFreddie Hubbard (1938-2008), para muchos el técnico más espectacular de la historia del jazz, osciló entre el clasicismo creativo y el vanguardismo en una línea que le acercó a la fusión y al free, no en vano participó en el inaugural Free Jazz de Ornette Coleman. En perpetua transformación sus ataques son de un vigor y talento inconmensurable y aún años después de su muerte sigue siendo un “modelo de escuela” para muchos trompetistas contemporáneos. De gran empuje, velocidad y sonoridad de una redondez y amplitud exepcional y dueño de una amplia gama de recursos técnicos, el más personal y espectacular un trino muy rápido ejecutado solo con la columna de aire sin ayuda de los pistones.

Woody Shaw (1944-1989) ubicado en el post-hardbop, es el trompetista de la plenitud y la suavidad, del dominio de todos los tiempos y de una libertad rítmica excepcional para articular una expresividad en la que huye del sobreagudo y un gran maestro de las baladas.

trompeta lester bowieCon la aparición del free jazz surgirían dos trompetistas de gran importancia, a quienes cabría adjetivar de modernos o iconoclastas, Don Cherry y Lester Bowie, figuras revolucionarias y permanentemente abiertas a la exploración de nuevos universos musicales. Lester Bowie (1941-1999), director del Art Ensemble of Chicago, aventurero de sonoridades inauditas y de fraseo oscilante entre el estruendo y la calma, lo estridente y la confidencia, fue uno de tantos que ahondó en las raíces del jazz para elaborar un discurso nuevo. Acerado crítico de la conservadora forma de aproximación a la tradición del jazz del también trompetista Wyton Marsalis (Nueva Orleans, 1961), intérprete de depurada técnica, que realizó incursiones en la otra orilla de lo clásico, teórico y educador, amén de director de la Lincoln Center Jazz Orchestra, una de las más prestigiosas big band de la actualidad, y autor de los recomendables textos El jazz en el agridulce blues de la vida (2002) y Jazz. Cómo la música puede cambiar tu vida (2009) escritos en colaboración con los escritores Carl Vigeland y Geoffrey C. Ward respectivamente.

trompeta don cherryDon Cherry (1936-1995) colega de aventuras de Coltrane, Rollins, Archie Shepp, y en especial de Ornette Coleman con quien dio paso a la avant-garde y al free jazz. Su fraseo con la trompeta de bolsillo, o la corneta, está hilvanado de frases breves y violentas a menudo llevadas al registro sobreagudo, depurando al máximo de adherencias la melodía, en muchos casos con la sencillez del canto primitivo. Pionero de la world music persiguió con afán la infinitud de sonidos del planeta como en la formación Codona, armada junto a Colin Walcot y el percusionista brasileño Nana Vasconcelos, fallecido este mismo año. Afincado en Málaga, buscó inspiración en el flamenco con el guitarrista El Habichuela. Para él la música iba más allá de su estricta órbita, o como declaró en 1982 “Soy partidario convencido de la danza, de una forma de ballet-jazz donde la creación surja entre bailarines y músicos… Tengo la impresión de que gran parte de las frustaciones actules residen en el hecho de que la gente no baila ni ríe lo suficiente: el jazz se ha hecho demasiado intelectual”.

Las últimas décadas, presididas por la glorificada figura del multilaureado Wynton Marsalis y una babel de estilos y tendencias, han contado también con trompetistas de relieve como Lew Soloff o Tom Harrell, y más recientemente con grandes valores como Terence Blanchard, Roy Hargrove, Nicolas Payton, el joven Christian Scott, el innovador de los sonidos de la trompeta John Hassell, admirador incondicional de Miles Davis, el israelí Avisahi Cohen (1978) —no confundir con el contrabajista de igual nombre— los italianos Enrico Rava y Paolo Fresu, el cubano Arturo Sandoval, el argentino Claudio Roditi, el ahora aflamencado Jerry González y una infinidad difícil de afrontar en este espacio.

trompeta juilan sanchezEn España hay magníficos trompetistas como el alemán, aunque afincado en España desde hace décadas, Markus Breuss que desde su free colemaniano inicial evolucionó a la libertad absoluta de la libre improvisación actual, los asimismo adoptados David Defries y Dave Harrigton, el polifacético granaino Julián Sánchez, también queriente de esa libertad encasillada entre las rejas del llamado free, los valencianos David Pastor y el consumado baladista Voro García, el joven catalán Félix Rossy, hijo de Jorge a quien también tentó la trompeta, los miembros de la Clasijazz Big Band David Pérez y David Martínez, y los de su hermana menor, José Carlos Hernández, Manuel Contreras o Antonio Manuel Berenguel, y en la novísima Bigbandarax ya despuntan jóvenes como Lourdes López, José Cristóbal Valverde o Antonio Abad.

¿Y qué hay de la mujer? ¿No hubo mujeres trompetistas? Aún pervive ese viejo y deplorable prejuicio de que en el mundo del jazz están los músicos, las cantantes y los baterías. Y cuando se habla del tema lo primero que viene a la memoria son las vocalistas —la Bessie Smith, la Billie, la Ella, la Sarah…— y alguna instrumentista, sobre todo pianistas como las pioneras Lil Hardin, Lovie Austin, Edna Thomas, y luego Mary Lou Williams y un largo etcétera. En parte prejuicio pero sobre todo fueron factores sociales e históricos los responsables de tan doloroso vacío, tales como que los instrumentos de viento se reservaban a los hombres y los de cuerda, sobre todo el violín —el piano también tiene cuerdas—, a las señoritas, el temor de los hombres a perder una ocupación destinada solo a ellos, así como que el ambiente poco recomendable de los clubes de jazz de antaño alejaban no sólo al público femenino sino a cualquier mujer deseosa de abrirse camino en un mundo de machos.

Hubo, y hay, mujeres instrumentistas desde bateristas hasta trombonistas, sin olvidar guitarristas, organistas o contrabajistas de muy alto nivel, incluso orquestas o combos integramente femeninos. Y por supuesto hubo, y hay, mujeres trompetistas, aunque a muchas se les ignore o figuren en letra menuda en los tratados y enciclopedias de jazz. Valgan unos nombres en este apresurado repaso para dar fe y rendir merecido homenaje.

trompeta valaida showValaida Snow (1903-1956) fue además bailarina, cantante, hermana de dos cantantes e intérprete avezada de contrabajo, cello, clarinete y saxo. Su celebridad le valió el apodo de “Little Louis”. La muerte le sorprendió en los camerinos del Palace Theater de New York, en el curso de una de sus actuaciones. Sobre ella la escritora y activista norteamericana Candence Allen escribió la novela Valaida (London, Virago, 2004) de la que no existe versión española. Clora Bryant (1927) mantuvo estrecha amistad con quien fuera su mentor Gillespie, formó un sexteto femenino y fue la única mujer que tocó con Charlie Paker en el Lighthouse Cafe (Hermosa Beach, California) y que se mantuvo en activo hasta que un ataque al corazón la retiró de los escenarios en 1995.  La holandesa Maite Hontele decantada por la salsa y la música latina, Laurie Frink (1951-2013) que formó parte de orquestas tan prestigiosas como las de Benny Goodman, Gerry Mulligan o Maria Schneider y fue reputada profesora.

trompeta ingrid jensenLa extraordinaria y ya consagrada canadiense Ingrid Jensen (Vancouver, 1966), de quien la pianista Marian McParland escribió “toca la trompeta y el fliscorno con toda la brillantez y el brío de un verdadero virtuoso siguiendo su propia inspiración… poderosa, sensible, excitante y absolutamente honesta”, con una docena de álbumes editados a su nombre y un centenar de colaboraciones midiéndose con colegas como Gary Bartz, Steve Wilson, Jeff ‘Tain’ Watts, Lonnie Smith, Bob Berg, Bill Stewart, Terri Lyne Carrington, Billy Hart, Chris Connor, Victor Lewis, Clark Terry, Frank Wess o Billy Taylor. La japonesa afincada en Barcelona Natsuko Sugao o la jovencísima Andrea Motis (Barcelona, 1995) que además es cantante y saxofonista, entre otras muchas.

Dilatada y vivaz leyenda de héroes y heroínas de la trompeta —o de su variantes hermanas, fliscorno, pocket trumpet o corneta de pistones— esforzados en una constante búsqueda que, como siempre hizo el jazz y toda expresión artística, vuelven sin cesar a los orígenes para hilvanar un vívido mensaje nuevo, para expresar lo inexpresable, aquello que late en el fondo del alma.

La trompeta por su aptitud incomparable para modular las blue notes y para hacerle la competencia, pero sin imitarla, a esa matriz de toda música que es la voz humana, estuvo desde el principio a la cabeza de las innovaciones del jazz, rol oscurecido en parte o compartido de mil amores con el saxo tras la marejada que supuso la puesta en escena de Charlie Parker.

Me gustan las leyendas, anteriores a la historia y en tantos casos más acordes y apegadas a la realidad. Y aún más creer en la hermosa leyenda de un niño, o una niña, con la trompeta en los labios frente al tocadiscos y un montón de discos de los grandes maestros, o siguiendo sus huellas en el ineludible Spotify, soñando su propio futuro, como seguro lo soñó Jim Rotondi aquel día no tan lejano cuando escuchó el crudo quejío de Clifford Brown y en su mente amaneció un prometedor horizonte.

¿Y por qué no libros? Con el 23 de abril a la vuelta de la esquina, efemérides del Día Internacional del Libro, quisiera recomendarles —amén del vistazo definitivo al Ingenioso Hidalgo Don Quijote que siempre se deja para mañana, a la Biblia que es suma de muchos libros, o a Jazz, novela de la nobel Toni Morrison—, que se hagan con alguna de las obras aquí citadas, o varias o todas, acompañadas de algún que otro disco, convencido de que pasarán amenos e instructivos ratos. En todos los casos he citado, de existir, el título y fecha de su edición española.

Jim Rotondi  Quartet Programa

Jim Rotondi (trompeta, fliscorno)

trompeta jim rotondiJames Robert Rotondi (Butte, Montana, 1962) Trompetista, profesor y director, es una presencia clave de la escena jazzística neoyorquina e internacional durante más de dos décadas. Su sonido, feeling y sentido del swing le han convertido en líder y solicitado sideman. Creció en un entorno familiar musical, a los 8 años tocaba el piano, a los 12 cambió a la trompeta y a los 14 un álbum de Clifford Brown orientó su futuro. Alumno del prestigioso programa de música de Universiy of North Texas, ganó el primer premio en el International Trumpet Competition de 1984.

Desde que se instaló en Nueva York en 1987 ha tocado y grabado con grandes del jazz como las orquestas de Ray Charles, Lionel Hampton, Bob Mintzer o con la Toshiko Akiyoshi Jazz Orchestra, así como con los combos de Charles Earland, Lou Donaldson, Curtis Fuller, George Coleman o Joe Chambers, entre otros.

Dirige sus propias formaciones como el quinteto junto al gran vibrafonista Joe Locke, el grupo eléctrico Full House del que forma parte el pianista David Hazeltine, y donde utiliza la trompeta eléctrica y diversos instrumentos electrónicos. Es miembro fundador del sexteto colectivo One For All, del que forman parte el saxofonista Eric Alexander, el trombonista Steve Davis, el citado Hazeltine, el bajista John Webber y el batería Joe Farnsworth, formación de estrellas a la que la prestigiosa revista Jazztimes dedicó amplia y elogiosa reseña en el número de junio de 2009.

Ha grabado a su nombre 15 álbumes, para sellos como Criss Cross, Sharp Nine, y Posi-Tone, y como sideman 80, entre otros: octeto del saxofonista George Coleman, Charles Earland, Harold Mabern, sexteto del baterista Ray Appleton (Slide Hampton, Charles McPherson y John Hicks), así como con el saxo tenor Eric Alexander, con quien debutó en el álbum Straight Up (Delmark). Los álbumes Too Soon To Tell y Optimism (Sharp Nine) editados con la formación One For All recibieron críticas favorables de Cadence y The Detroit Free Press, al igual que las tuvieron los siguientes por parte de otras publicaciones especializadas.

De sus grabaciones recientes cabe señalar Blues For Brother Ray (Posi-tone), homenaje a Ray Charles, Excursions (Criss Cross, 2000), Destinations Up! (Sharp Nine, 2001), New Vistas (Criss Cross, 2004), 1000 Rainbows (Posi-Tone, 2010), Dark Blue (Smoke Sessions, 2016). Con One For All: Live At Smoke Vol. 1 ‎(Criss Cross, 2001), Killer Joe (Venues, 2005) y Alexis Cole with One For All, You’d Be So Nice To Come Home To . Y con Full House: Champagne Taste (Nagel Heyer 2005)

Reside y trabaja en el área de Nueva York, donde mantiene un denso plan de trabajo entre actuaciones, grabaciones, composición y ejercicio docente. Ha impartido clinics en la Emory University de Atlanta, en el Jamey Aebersold Summer Jazz Camp, talleres de jazz en Stanford University, y ejercido como profesor de trompeta de jazz en la Rutgers Unversity y es docente asociado de la State University of New York (Purchase). Fue profesor en University for Music and Dramatic Arts (Graz, Austria).

Considerado como uno de los mejores trompetistas de la escena mundial, de él se han vertido críticas del tenor de: «Sin duda, el mejor de la era post-Hubbard». Chris Hovan, allaboutjazz.com . «Sus solos son una amalgama perfecta de potencia, sutileza y lógica”. David A. Orthmann, allaboutjazz.com. «Posee la pasión y el don para encontrar nuevos senderos para la música del nuevo milenio». The New Yorker (enero, 2003). «Si tuviese que elegir un trompetista para la próxima década, sería Jim Rotondi». Don Berryman, www.jazzpolice.com (mayo, 2005 )o)

Fabio Miano (piano)

Miano FabioFabio Miano (Brindisi, Italia, 1956) Su familia emigró a Toronto (Canadá) siendo aún niño, donde empezó a estudiar piano en el Royal Toronto Conservatory a los 8 años. A los 12 años su familia se instaló en Bruselas donde estudió jazz con el pianista Paul Lambert. En 1975 regresó a Canadá para ultimar sus estudios musicales en Concordia University, licenciándose en 1979, a la par que tocó con formaciones locales y universitarias, como las big bands de las universidades de Concordia y MacGill. Actuó regularmente con el Colling Biggins Quintet en el Four Seasons Sheraton Hotel, además de acompañar con su trío músicos de paso por Montreal.

En 1979 vino a España actuando en diferentes clubes y festivales del país. En 1983 le ofrecieron una plaza de profesor en Bolonia (Italia). Entre 1983 y 1985 realizó giras por Italia, Portugal y España, tocando en festivales y clubes con sus propias formaciones y acompañando a figuras como Bruce Forman, Steve Lacy, Carl Burnett, Bobby Watson, Bob Mover, Pat LaBarbera, Massimo Urbani, Gary Bartz, Ricky Ford la cantante Jeanne Lee, y formando parte del grupo del saxofonista exmiembro de los Jazz Messengers, Dave Schnitter. En 1986 formó parte del sexteto Seis en Uno, Primer premio del concurso de jazz valenciano, editando un álbum subvencionado por la Diputación valenciana y Radio Nacional. Y entre 1987 y 1989 alternó su estancia entre España e Italia, tocando en festivales junto a Jorge Pardo, Sal Nistico o Boby Watson. En 1989 regresó de nuevo a Canadá, donde formó su propio sexteto, dio conciertos con su trío y acompañó a Bob Mover, Pat La Barbera, Dave Young o Steve Wallace.

Desde 1991 reside en Alicante y forma parte de la escena jazzística nacional, realizando giras con figuras nacionales e internacionales. En 1993 creó con Richie Ferrer y Carlos González ‘Sir Charles’, Milestones Trío que fue rítmica de artistas como Gary Bartz, Pedro Iturralde, Jeanne Lee o Grant Stewart. Después y con otras formaciones fue sideman de Eric Alexander, Jim Rotondi, Joe Magnarelli, entre otros.

En 1997 publicó Reflections (Dahiz) junto al guitarrista Carlos Gonzálbez, hoy álbum legendario. De 1999 es Buen rollo junto al saxofonista Grant Stewart, y ya en el nuevo milenio Personally Speaking. Tribute to Duke Pearson (Xabia, 2002), sentido homenaje al gran pianista estadounidenese acompañado por un septeto de lujo: David Pastor, Perico Sambeat, Jesús Santandreu, Mario Rossy y Esteve Pi, álbum elegido por Cuadernos de Jazz como el mejor del año.

En 2009 vio la luz Fabio Miano New York Quintet (Blau Records, 2009) junto a Grant Stewart, Jim Rotondi, John Webber y Joe Farnsworth, álbum del que el crítico Jorge García escribió que era “el encuentro de unos viejos amigos que conocen el secreto del jazz y disfrutan compartiéndolo”.

Quien le haya escuchado, y le haya conocido, convendrá en que Fabio es un músico de alto voltaje, muy solicitado por figuras internacionales: Scott Hamilton, Joe Magnarelli, Kirk McDonald, Eric Alexander, Gary Bartz o James Moody y nacionales: Perico Sambeat, Horacio Fumero, Pedro Iturralde o Jorge Pardo, y su talla humana no le va a la saga, la supera. Su negro sentido del humor, socarrón, a tempo justo, es impagable. Su enciclopédica sabiduría es la precisa para revelar con destreza el inmenso legado de la tradición pianística: Art Tatum, Errol Gadner, Teddy Wilson y el de todos aquellos grandes cuyo lenguaje nutre su memoria para luego reescribir un mensaje nuevo, convencido de que a la tradición del mainstream aún le queda mucho camino, todo el futuro.

Hace tres décadas que visitó por vez primera el Georgia, en 1987 con Dave Schnitter, y luego con Milestones Trío, o con Jeanne Lee, Pedro Iturralde o Grant Stewart.Y cuando desapareció el Georgia, no dejó de venir porque ya estaba en marcha esta propuesta cultural sin precedentes que es Clasijazz, de nuevo con su trío o como sideman de grandísimas figuras.

De su discografía cabe destacar el álbum 6 en 1 (1986), su participación en Jordi Vilà i els seus Amics, Homenatge a Charles Mingus (Dahiz, EGT, 1992), Fabio Miano & Carlos Gonzálbez, Reflections (Dahiz, EGT, 1997), Grant Stewart Quartet, Buen rollo (Fresh Sound, 1999), Fabio Miano Septet, Personally Speaking. Tribute to Duke Pearson (Xabia, 2002), Fabio Miano New York Quintet (Blau Records, 2009), así como su participación en el colectivo Recordando Clasijazz. Vol. 1 (Clasijazz Live, 2012).

Ignasi González (contrabajo)

Gonzalez IgnasiIgnasi González (Lleida, 1969) Tras estudiar solfeo y guitarra clásica, se inició en el jazz con Alfons Enjuanes. Ingresó en el Taller de Músics de Barcelona cursando armonía, combo y bajo eléctrico con Eladio Reinón, José Luís Gámez, Manuel Vega y Acelino de Paula. Luego estudió contrabajo con Alexis Cuadrado, Mario Rossy y David Mengual, ampliando sus conocimientos de armonía y arreglos con Iñaki Askunze. En 1998 inició los estudios de contrabajo clásico en la Escuela de Música de Balaguer y en el Conservatorio Profesional de Lleida.

Ha trabajado como profesor de solfeo, armonía moderna, bajo eléctrico y contrabajo en varias escuelas de música como Escola de Músics de Lleida, Escola Municipal de Música de Tàrrega y en la del Principado de Andorra. En 1999 abrió en Lleida y con músicos locales el centro de enseñanza de música moderna Músics donde imparte clases en la actualidad.

En 1994 creó el cuarteto Swing Affair, publicando dos álbumes. Dos años después fundó el Ignasi González Trío como sección rítmica de los conciertos del club de jazz Antares de Lleida.

Su experiencia y ganas de afrontar nuevos retos y repertorios le han llevado a colaborar con músicos como Bob Sands, Perico Sambeat, Alfons Carrascosa, Mikel Andueza, Víctor de Diego, Iñaki Askunze, Juan Chamorro, Chris Kase, Benet Palet, Juan de Diego, José Luís Gámez, David Mitchell, Alfons Enjuanes, Joan Monné, Cristóbal Montesdeoca, David Xirgu, Esteve Pi, Jo Krause o Pau Bombardó, entre otros.

En 1998 formó el grupo Dexterity en homenaje al desaparecido Dexter Gordon, reinterpretando gran parte de su repertorio y editando el álbum Tribute to Dexter Gordon. (1999).

En los últimos años ha acompañado en gira a jazzmen de talla internacional como los saxofonistas Grant Stewart, Adam Kolker y Kirk Macdonald, los trompetistas Joe Magnarelli, John Swana y Scott Hamilton, al guitarrista Peter Bernstein o a la cantante Tricia Evy, entre otros.

Ha participado en numerosos festivales de jazz, entre otros, los de de Saint Gaudens i Angoustrine (Francia), Lleida, Torroella de Montgrí, Ciutat Vella, Noves Músiques de Tàrrega, Sabadell, y en prestigiosos clubes como Nova Jazz Cava de Terrassa, Pipa Club y Jamboree de Barcelona, Populart de Madrid o Clasijazz de Almería con Joe Magnarelli y Grant Stewart. Su último álbum editado es Hotel Orly con Xavier Monge Grupo (2002).

Joe Krause (batería)

Krause JoeJoe Krause (Detmold, Alemania, 1963) Inició sus estudios musicales a muy temprana edad y a los 8 años le llamó la atención una batería desmontada en la casa de su profesora de piano. Desde entonces sólo pensó en tocarla, y animado por su hermano fue montando pieza a pieza hasta completar una curiosa batería. Empezó a recibir clases en 1973. Empezó a tocar con un grupo de dixieland con compañeros del instituto, con su hermano Martin al banjo, luego en uno de rock cuyas referencias eran los míticos Genesis,Yes o Frank Zappa.

Atraído por el jazz, en 1979 formó un trío de piano, luego sustituido por otro con su amigo el saxo Martin Classen, interpretando música muy influenciada por John Coltrane o Archie Shepp, realizando sus primeras grabaciones de estudio.

En 1980 formó el cuarteto Jo Krause’s Funkyfreebopers con estudiantes de la Escuela de Música de Detmold cuyo repertorio se basaba en la música de Paul Desmondo, Miles Davis u Ornette Coleman. El cuarteto original (saxo, piano, contrabajo y bateria) mudó a una instrumentación más inusual: chelo, guitarra, saxo y batería. En junio conoció al gran batería Art Taylor de quien recibió clases particulares.

Viajó a Holanda en 1981 para formalizar sus estudios de jazz en el Conservatorio de Hilversum, a la par que tocó con grandes del jazz holandés como Wim Overgauw, Ferdinand Povel, Victor Kaihatu, Frans Elsen y Rob Langereis. En 1986, concluidos sus estudios y tras meses tocando y dando clases en España, creó con el pianista Robert Vermeulen y el bajista Frans van der Hoeven el Amsterdam Jazz Trio, que acompañó a grandes solitas como Tom Harrell, Jim Snidero, Davis ‘Fathead’ Newman, Sal Nistico, Herb Geller, Phillippe Catherine o Jimmy Owens.

Entre sus colaboraciones cabe destacar el álbum de Georgie Fame A portret of Chet, los conciertos con el trío del pianista Cees Slinger como sección rítmica de Johnny Griffin, Woody Shaw, Red Mitchell, Teddy Edwards, John Eardly, Dave Pike, Scott Hamilton, Deborah Brown, la gira europea de 1988 con los guitaristas Herb Ellis, Barney Kessell y Charlie Byrd. Ha trabajado además con Benny Bailey, Steve Kuhn, George Cables, Sonny Fortune, Blossom Dearie, J.R Monterose, Vic Juris, Peter Leitch, Lesper Lundgard, Bart van Lier o Jesse van Rullery, y formado parte de los grupos Zut Alors!, Amsterdam Jazz Quintet, Tine Schneider Trio y Buschmusik.

Tras una estancia en Nueva York becado por el Stichting Podiumkunsten, y donde coincidió de nuevo con Art Taylor, se instaló en España donde reside desde 1993 en Premià de Mar (Barcelona). Desde entonces es parte activa de la escena jazzísitica nacional, colaborando con músicos como Perico Sambeat, José Luís Gámez, David Mengual, Gorka Benitez, Llibert Fortuny, Agustí Fernandez, Albert Bover, Ignasi Terraza, Jorge Rossy, Rai Ferrer, Dani Perez, Martí Serra. Es miembro de Jo Krause-Roger Mas Trio, formación que se amplia con Enrique Oliver, Jon Robles o Vicente Macian, Joaquin Chacon Trio, Agustí Fernández-Jo Krause Duo con quien editó en 2009 Draco, elegido como segundo mejor disco español del año por Cuadernos de jazz.

Desde hace años ejerce con dedicación y entusiasmo la enseñanza de la batería. Forma parte del profesorado de Musikene (Escuela Superior de Música del País Vasco) y de la Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc). Muchos de los grandes baterías nacionales de hoy fueron alumnos suyos.

Su músico preferido es Miles Davis, sobre todo el del quinteto con Wayne Shorter, Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams, al que con frecuencia vuelve para nutrirse.

De su extensa discografía destacan los álbumes con Agustí Fernández Loney Woman (2004) y Draco (2009) a dúo, Colores (2000) con Perico Sambeat así como los gabados con Bill McHenry, Too Roos, Benny Bailey, Gorka Benítez, Albert Sanz, Víctor de Diego, Thomas Fryland o Marco Kegel entre otros: Pardon My Bop (1989), Portret of Chet. (1989), Pie Dough.(1991), Copenhagen Sunset. (1992), Picturs of Amsterdam.(1995), Berlin Songbook. (1995), Angel Eyes (1996), Jazz Is Where You Find It. (1997), David Mengual Monkiana (1997), Free Sessions (1999), Trio & Jesse van Ruller.(2000), Devil May Care (2002) o Jo’s Delight (2011).

Jim Rotondi Quartet. Jim Rotondi (trompeta, fliscorno) Fabio Miano (piano) Ignasi González (contrabajo) Joe Krause (batería). Clasijazz, miércoles 6 de abril de 2016.

©José A. Santiago Lardón ‘Santi’ (5 de abril de 2016)

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