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Sheila Jordan: un libro y un disco… o mejor varios


José Santiago Lardón 'Santi' - 23 abril, 2019 - 0 comments

Around the books and the jazz and the celebrations

Vivimos en un mundo, o en una sociedad, ahíta de lo ceremonial hasta el extremo que y desde hace años las celebraciones han ido creciendo hasta límites insospechados. Hay un día para todo, para cada una de las cosas más inimaginables, unas con profundo fundamento, otras más banales o, tal vez, menos hondas, pero igualmente honorables…

A ojo de buen cubero podría  decirse que el año anda corto de días para dar cabida a tanto y tan alborozado regocijo: día de la tierra, día de la danza, día de la poesía, de la educación, del braille, contra el cáncer, de la tolerancia cero, de la mujer, de la lengua materna, de la vida silvestre, de la felicidad… e incluso también y con la vitola de lo internacional existen los días de las legumbres o del chocolate…

Y bien está, celebrar que es rememorar y meditar y reflexionar y sacar conclusiones sobre todos estos, y otros muchos, temas para luego, actuar en consecuencia.

A book and one jazz album

Y es voluntad del abultado y casi infinito libro de efémerides que en este mes de abril tengan lugar dos que me son muy queridas e intuyo que también —estoy convencido— a muchas otras personas. Dos fechas para celebrar con la lectura y la música, ¡jazz!…

Y a modo de juego con el que celebrar dichos fastos —Día Internacional del libro y Día Internacional del Jazz— les propongo el reto de que durante unas horas permanezcan encerrados con un solo juguete —parodía del título de una espléndida novela de Juan Marsé—. El juguete, y excusas por la osadía, no es otro que la extraordinaria cantante Sheila Jordan y las variantes del juego la lectura de su biografía escrita por la también cantante y profesora Ellen Johnson Jazz Child: A Portrait of Sheila Jordan (Rowman & Littlefield, 2014), coincidiendo con el 86 aniversario de Jordan. Obra minuciosa y documentada y de lectura cautivadora que interesará no solo a los seguidores de la cantante sino a todo el interesado en penetrar en la historia del nacimiento del be bop. Con pasión y conocimiento la autora ha sabido captar la apasionante personalidad de Sheila y su ardua lucha de supervivencia desde su infancia hasta la actualidad superada gracias a su profundo e irreductible amor a la música.

Y como complemento ideal una escucha atenta y emocionada de cualquiera de su grabaciones, desde la que marcó su debut Portrait of Sheila (Blue Note, 1962) o otras muy recomendables como Confirmation (East Wind, 1975), las registradas a dúo con contrabajistas como Cameron Brown, Arild Andersen o Harvie Swartz, o con el trío con el pianista Steve Khun, o sus más recientes The Crossing (Blackhawk, 1984), Jazz Child (HighNote, 1998), Little Song (HighNote, 2002), Winter Sunshine (Justin Time, 2008), Sheila Jordan and Harvie S: Yesterdays (HighNote, 2012), Lucky to Be Me (Abeat, 2018) o la que en fechas próximas vera la luz en el sello de Clasijazz y grabado a trío en 2018 en la Fundación Valparaiso de Mójacar junto al pianista José Carra y el contrabajista Bori Albero.

La música, el jazz, es una expresión que cobra vida en directo, es una comunión entre el mensajero y el espectador ahíto de emociones… Por eso, otra recomendación, también en la onda de encerrados con un solo juguete: escuchar como se dice en vivo y en directo a la legendaria cantante —ella prefiere mensajera del jazz— el día 2 de mayo en Clasijazz, si aún les quedan energía y ganas tras tanta celebrations.

© José Santiago Lardón ‘Santi’ (Abril, 2019)

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