PLANTILLA
Trompetas: Jose Carlos Hernández, David Pérez, Antonio Manuel Berenguel, Nacho Loring
Trombones: Victor Colomer, José Diego Sarabia, Héctor
Saxos: Juan de Dios Marín, José Almazan, José Álamo, Aurelio Muñoz, Joaquín Romero
Piano: Pablo Mazuecos
Guitarra: Pablo Sánchez
Contrabajo: Bori Albero
Batería y percusión: Ángel Pérez, Jose Carlos, Álvaro Sánchez.
Dirección: Bori Albero y Pablo Mazuecos
Vocalista: Sara Marcos
REPERTORIO
En su repertorio hay espacio para una variada panoplia de estilos como el swing, el blues, el bebop el hard, el latin o el funk, así como arreglos maravillosos de temas como Mary’s Idea de Mary Lou Williams, o los que hiciera el gran Sam Nestico de Splany o de Jumpin´At The Woodside, así como Sussudio tema que ya es casi marca de la casa de la Phill Collins Big Band.
Pero además interpretarán temas emblemáticos del jazz clásico como Basin Street Blues, Sant Louis Blues, Strike At The Band, Against Add Old o Sing, Sing, Sing (Goodman, Álamo, cl) compuesta por Louis Prima e interpretada por Benny Goodman, con José Álamo al clarinete, amén del tema de presentación o “cortina” Artistry in Ryhthm de Stan Kenton.
Cada concierto suele ser una “fiesta en blanco y negro” donde los diferentes estilos del jazz impregnaran la sala. Este primer concierto de la temporada estará dedicado a grandes temas de swing, con un bloque especial para jóvenes con mucho ritmo.
Y por supuesto también habrá música para que todos los bailarines de swing de Almería, participantes de los talleres, pongan su acento danzarín en lo que será una auténtica celebración.
SOBRE LA CLASIJAZZ BIG BAND SWING & FUNK
La Big Band Clasijazz Swing & Funk, conocida familiarmente entre la afición como la de los jóvenes, o la de los benjamines, constituye un fenómeno digno de la mayor de las consideraciones. Surgida tras la consolidación y éxito de su “hermana mayor” —Big Band Clasijazz, fundada en 2010—, o sea, con aún escaso tiempo de rodaje, goza ya de una entidad más que considerable, como lo han demostado en su ya varias apariciones en público, como por ejemplo la presentación de su nuevo repertorio que tuvo lugar en la sala de conciertos de Clasijazz el 7 de febrero, o su participación junto a Christina Dahl & Sophisticated Ladies el 15 de marzo, o junto a Juan Galiardo Trío el 11 de abril, o en la maratoniana sesión del 9 de mayo junto a sus “colegas” Big Band AJM de Málaga y Big Band One de Jaén Jazzy.
Integrada por jóvenes estudiantes que dividen su tiempo entre la formación académica habitual con los estudios musicales, asistencia a talleres y seminarios, master class y otras actividades, a veces con el auxilio de miembros de la “hermana mayor”, constituye, valga el término futbolístico, una auténtica cantera, amén de una segura apuesta de futuro, tiempo siempre importante en una música que desde sus orígenes ha sido revolucionaria, integradora, fagocitadora de mil y un estilo.
Quienes asistan a este concierto tendrán ocasión sobrada de comprobar —si es que no lo hicieron antes— de lo mucho y lo bien que tocan. Además de asistir a sorpresas en cuanto a la composición de su plantilla, novedades en el repertorio así como la más que probable actuación de músicos invitados.
Una larga veintena de músicos sobre el escenario entre los que cabe contar músicos experimentados como Pablo Mazuecos, Bori Albero, Pepe Álamo, grandes y jóvenes improvisadores que ya intervienen en jam sessions, como el guitarrista Pablo Sánchez, imparten talleres como José Diego Sarabia o José Carlos Hernández, o desarrollan proyectos de sumo interés como es el caso de la reciente Bingbandarx integrada por jóvenes estudiantes de los talleres de música de Gádor y Alhama de Almería y cuyos responsables son el trompetista José Carlos Hernández y el saxo tenor Aurelio Muñoz.
Además la Clasijazz Bing Band Swing & Funk participa en el programa Ilusionar con el Jazz, iniciativa de la Diputación Provincial de Almería, que ya cumple cuatro años y con el que se ha llegado a cientos de niños de diferentes municipios almerienses. El programa incluye un taller de un día seguido de un concierto de la big band. Para esta temporada 2015-2016 hay prevista una gira de 6 conciertos por los pueblos de Almería. ¡Toda una fiesta!
LA GRANDEZA DE UNA BIG BAND
«Hay un sinfín de bandas en los colegios y universidades con jóvenes muy preparados que se aplican y quieren convertirse en músicos profesionales, del mismo modo que hay muchísimos músicos muy buenos que se dedican a la enseñanza de esos jóvenes». Duke Ellington, La música es mi amante: memorias (1973, 2009).
Una big band es mucho más que una gran orquesta, es grande no sólo por el número de intérpretes que la integran, sino por su estructura en secciones —madera, metal, rítmica, incluso cuerdas—, por la existencia de un repertorio que le da sentido y unidad, por sus arreglos, cobrando la figura del arreglista un papel fundamental, junto al director, en muchas ocasiones encarnando esta faceta.
Pero además es grande, de modo especial, por su proyección de futuro, de permanencia, porque una big band es un laboratorio de ideas, un espacio de encuentro y comunicación entre sus miembros, un lugar de aprendizaje y formación, y si me apuran una extensión educativa de la escuela porque la música es la más elevada de las llamadas bellas artes y el jazz una de las más importantes manifestaciones culturales surgidas en el siglo XX.
Desde su época dorada, la era del swing (Fletcher Henderson, Duke Ellintong, Count Basie), pero también después, con el advenimiento del jazz moderno, el bebop (Dizzy Gillespie, Jay McShan), el cool (Woody Herman, Stan Kenton), el hardbop (Oliver Nelson, Mel Lewis), con la llamada tercera vía o corriente (Gunther Schuller), con el free jazz más radical (George Russell, Sun Ra Arkestra), o en sus variantes más contemporáneas y de vanguardia (Vienna Art Orchestra, Carla Bley Jazz Composer`s Orchestra, Maria Schneider), las big bands han sido instrumentos o vehículos de expresión de las más fecundas creaciones músicales. Grandes compositores y arreglistas han escrito y trazado en las líneas del pentagrama auténticas joyas sonoras equiparables a las de otras grandes formaciones de llamada música culta —léase sinfónicas, ensembles en su apelación más contemporánea, o lo que venga en gana. Y un dato: en su era dorada, swing, la revista Metronome reseñó casi 300 big bands.
Desde Ellington a Bob Mintzer o Anthony Braxton, pasando por Glenn Miller, Benny Goodman, Shorty Rogers, o ese genio malhumorado a veces, entrañable tantas otras, con trazas de oso glotón, que es Charles Mingus, las big bands fueron la voz cantabile de los sueños de grandes creadores, además de fuente de gozo sin límites.
Con las big bands la gente bailaba, saltaba, zapateaba, claqueaba, repiqueteaba con los pies el suelo, porque mal asunto sería si “mientras tocamos la gente no mueve los pies” dijo en cierta ocasión Count Basie. Era también la época de ls batallas de orquestas y de los nuevos bailes de moda: big apple, black bottom, swing, suzy ‘Q’ o el famoso lindy hop, que ya conocerán y cuyas ejecutantes es harto probable que aparezcan por esta sala para jolgorio y desenfreno de todos.
La crisis, el cambio de moda, lo oneroso de su mantenimiento marcó el inicio de su progresivo declive, incluso Count Basie tuvo que renunciar por un tiempo a su aguerida tropa sonora. Y Duke Ellington, allá por la década de 1950, reconoció que perdía dinero.
Sin embargo, a partir de 1980 las big bands recuperan su papel motor en la vida del jazz, tanto como orquestas de repertorio como auténticas escuelas vivas para músicos de todas las edades y estilos. Por ejemplo, en Estados Unidos no existe una universidad que se precie que no tenga la suya, y quien haya paseado por algunos de sus inmensos campus o por sus auditorios habrá tenido ocasión de oir una algarabía de pitos y de seguido el saxo alto de Phil Woods, o el de Lee Konitz, de seguro impartiendo una master class, y sobre todo transmitiendo el copioso peso de la tradición.
En Europa también cundió el ejemplo, aunque no tan vinculadas al ámbito universitario, sino en algunos casos a los pertinentes departamentos del asunto cultural de lo público —ministerios, consejerías, áreas de cultura municipales— y en otros gracias al esfuerzo y tesón de asociaciones culturales y musicales, escuelas de música y otros colectivos. Caso singular es la Orquesta Nacional de Jazz francesa, los Loose Tubes londinenese (en su origen patrocinados por el sindicato de músicos), la Big Band de la Radio TV danesa. Y en España existe la Orquesta Nacional de Jazz (ONJAZZ), dirigida y creada por el baterista Ramón Ferrán en 1999, en torno a FONJAZZ (Fundación Orquesta Nacional de Jazz de España) y cuyo álbum inaugural Jaleos vio la luz en 2009 (Sony), y en 2011 Mujeres en el jazz de venta en la red de Paradores, con el fin de recaudar fondos en la lucha contra la violencia machista. Y son numerosas las localidades o ciudades del ámbito nacional que cuentan con una como la del Taller de Músics de Catalunya, Sedajazz (Sedaví, Valencia), por citar un par de casos entre una inabarcable infinidad.
En Andalucia también son habituales en numerososas localidades como la Asejazz Big Band de Sevilla, la Big Band One de Jaén Jazzy, la AJM de la Asociación de Músicos de Jazz de Málaga, la Ool-Ya-Koo (Granada), la Soberao Jazz (Dos Hermanas, Sevilla).
Y en Almería tuvimos la UAL Jazz Band creada en el curso 2000/2001 —auspiciada por el Aula de Jazz-Aula de Música. Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales de la Universidad de Almería— que grabó su primer álbum en el “Johnny” en 2002, integrada por 14 músicos, bajo la batuta de Pepe Viciana, con Isabel López como vocalista, y con el oriente de ser gérmen de una futura big band que no llegó a fructificar. Y hoy mismo, y bajo el amparo de Clasijazz, coexisten en hermoso hermanamiento dos big bands, la hermana mayor nacida en 2010 y recién cumplidos los 5 añitos el pasado mes de abril, y la menina, o formalmente Clasijazz Big Band Swing & Funk, a las que ahora viene a sumarse la recién nacida Bib Bandarax.
Clasijazz. Sábado, 19 septiembre de 2015. 23.00 H
José A. Santiago Lardón (Almería, 18.09.2015