In memoriam Phil Woods (1931-2015
El pasado 29 de septiembre nos abandonaba Phil Woods, de quien se dice que fue el saxo alto más parkeriano de los discípulos de Parker. Era mucho más, su dimensión humana superaba su altura musical
Nos visitó en marzo de 1998, en el marco de las I Jornadas de Jazz. Tuve la ocasión de compartir unas horas con él, incluida prueba de sonido y almuerzo. Fue una de las más emotivas experiencias de mi vida.
Con tal motivo escribí una crónica del concierto que por azares de la vida no vio la luz, como algunas otras. Valga por ahora en sentido tributo a uno de los músicos que más he admirado
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I Jornadas de Jazz Almería 2005.
Phil Woods (saxo alto, clarinete) Mulgrew Miller (piano) Niels-Henning Ørsted Perdersen (contrabajo) Auditorio Municipal Maestro Padilla. Lunes 30 Marzo 1998
Certera sombra de pájaro
“El jazz mira hacia delante,
el verdadero creador no mira atrás
sino para buscar inspiración”.
Phil Woods
José. A. Santiago Lardón
De norte a sur —Terrasa, Almería— un pájaro de acero esculpe su trazo de sombra en la bruñida estela de espuma ribereña mediterránea, se posa sobre el viscoso asfalto de la pista y de su vientre presurizado emergen tres sombras errantes. Avanzan dubitativas y confusas, cegadas por el resplandor incendiario del mediodía, aguardan absortas, efigies pegadas al ventanal, la mirada atrapada por el reverbero del mar cercano, el contrabajo aguarda impasible llevado por los círculos obsesivos de la negra cinta transportadora.
Noche esmaltada por una lluvia de incandescencia irisada y otro pájaro —ahora recurso trino, experiencia y esencia del jazz, Bird o Parker— remonta el vuelo decisivo. ¿Sin batería? —pregunta alguien— unísono al brote de Willow weep for me, compendio de guiños, leve fraseo de All blues, advertencia de que todo es blues, oportuno Summertime, ofrenda a la hiriente luz almeriense, y al cabo, la voz interrogante y todos olvidamos la ausencia de polirritmia percusiva porque Ørsted pulsando las cuerdas del contrabajo con la severa ternura del hábil amante arrancaba un rumor de zureo denso y preciso, medido y redondo y las manos de Miller derramaban del manantial del piano una catarata de notas arpegias, la derecha el signo del tiempo y la izquierda la infinita tradición que no cesa, desde Art Tatum, piano trompeta, a McCoy Tyner, vaticino de futuro, esa misma tradición y futuro que afloró de la vehemencia parkeriana del saxo alto de Phil Woods, y de seguido How high the moon mudó en metáfora de la altura de los intérpretes concitados, altura de luna de plata pavonada, y lectura de otro “standards”, porque siendo noche propicia, quisieron volar al corazón mismo de la historia tocando con la amplificación justa para que las voces hubieran preciso eco, música de cámara recoleta y espacio adecuado para el imperio de las baladas que calan hondo, con la hondura de Sweet and Lovely o la no menos abismal de Samba petite interpretada en solitario por Ørsted que fue espejo hecho esquirlas reflejo de mil facetas: Orfeo negro, hojas de otoño, suite de Bach a la manera de Pau Casals… y reincidir luego, aunados en trinidad misteriosa, en las honduras abisales de How deep is the ocean y a la profundidad de inconmensurable calado que brilló en Now´s the time, exaltado tributo al maestro Parker y alegato de fe, porque realmente era tiempo de libertad, punto de llegada y de partida, búsqueda de oriente en época de crisis y confusión pero de ebullición y esperanza siempre que se afronte con libre afán responsable porque para Phil Woods, “la libertad sin responsabilidad no significa nada”, certeza sabia y pareja a “el rigor es la libertad” precisamente expuesta por André Breton.
Hondura última y último gran concierto de estas I Jornadas de Jazz que fue remembranza verdadera y mirada creativa a los orígenes del futuro incierto.
Repertorio:
1.Willow weep for me 2.You sttep 3.How high teh moon 4. Sweet and lovely 5.My old flame 6.Samba petite 7.How deep is the ocean 8. Star eyes 9. Now´s the time
