Clasijazz Sax Quintet. Arntonio González (saxo alto) Tete Leal (saxo alto) Ramón Cardo (saxo tenor) Enrique Oliver (saxo tenor) Sergio Albacete (saxo barítono). Pablo Mazuecos (piano) Bori Albero (contrabajo) José Luis Gómez ‘Polaco’ (batería). Clasijazz, 21 de febrero de 2015. 22:30 H
El paseante ocioso y distraído lee: Clasijazz Sax Quintet plays Supersax, Benny Carter, Ramón Cardo & others… ¡Cita increible con el jazz más vertiginoso¡ Parece que la cosa va de viento, piensa, se decide y paga la entrada… Y mientras baja las escaleras le viene a la memoria que Supersax es un banda creada en 1972 por el saxofonista Med Flory y el contrabajista Buddy Clark, en homenaje al saxo icono del bebop Charlie Parker, que osó arreglar sus trepidantes improvisaciones para sección de saxos —típica sección de big band: 2 altos, 2 tenores y barítono— más sección rítmica (piano, contrabajo y batería) y un instrumento de viento (trompeta o trombón), y por cuyas filas pasaron infinidad de solistas (Blue Mitchel, Conte Candoli, Don Menza, Frank Rosolino, Warne Marsh… que entre 1972 y 2012 grabaron una larga docena de álbumes para sellos como Capitol, MPS o Columbia y ganaron un Grammy en 1974 al Mejor Grupo…
Y recuerda que Benny Carter (1907-2003) fue otro viento, multintrumentista (trompeta, clarinete, trombón, piano), compositor, director de orquesta, arreglista, docente y sobre todo quizás el mejor saxo alto de la historia, King como lo bautizó Ellington, y que rayando los 90 años y jubilado gustaba de aparecer en público como lo hizo en 1983 en un memorable concierto en las Jornadas de Jazz de Madrid, y cuyo historial que daría para horas pero de quien recuerda haber leído que fue el responsable de que una jovencísima aspirante a bailarina llegase a ser quien conocemos como Ella Fitzgerald, y cuyos arreglos para la sección de 5 saxos de big band mantienen su validez hoy día, según quienes de esto entienden, amén de ser cordial caballero de enciclopédica erudición.
Y otro viento huracán es Ramón Cardo, valenciano de Godella que casi parece almeriense, a quien conocéis de sobra, saxo, compositor, arreglista, director de big band —Sí, de la Clasijazz—, con la que puso en marcha numerosos proyectos: Stan Kenton o el último sobre Bill Holman, y cuyo perfil también daría para el tiempo del que ahora carecemos, enganchado al saxo desde los 15 años y a quien conociéndole desde el siglo pasado lleva tiempo esperando oírle “tocar la serpiente de metal”, y que al fin parece decidido, según leyó el ocioso distraído declarar a la revista digital Jazz TK (2013): «En estos momentos mi mayor intención es reactivar mi carrera como solista que por el hecho de haber estado vinculado a la docencia y haberme embarcado en proyectos de big band han hecho que descuide un tanto esta faceta».
Y el ocioso distraído cae en la cuenta de que faltan vientos, porque en el cartel dice Sax Quintet, echa cuentas, faltan cuatro…
Falta Enrique Oliver, no hay mejor carta de presentación que las palabras que su colega viento Ernesto Aurignac escribió en su página web: “¿Es John Coltrane, Stan Getz, Hank Mobley…? No, es Enrique Oliver, mi tenor favorito. Son dos metros de libertad, de búsqueda constante, de genialidad, de fantasía, de locura, de frenesí, de sinceridad. Su saxo y él son UNO y es pura inspiración para todos los músicos cuando lo oímos tocar, siempre es un viaje sublime oír su música porque es penetrar en su corazón”.
Y falta Antonio González tenor, mitad granaino, mitad almeriense, oficiante de la Clasijazz, con un extenso bagaje a sus espaldas, como su participación con el pianista Vince Benedetti en la Escuela Municipal de Música de Roquetas de Mar, o con el Antonio Ximénez Quintet en el VIII Festival JazzBegote Carboneras (18.10.2014).
Y falta el saxo de Tete Leal, de la Asociación Jazz Málaga, que ha asistido a numerosos seminarios, profesor de música de la Escuela Municipal de Música de Alhaurín de la Torre, miembro de la big band Clasijazz en las grandes ocasiones, y que en 2012 osó transcribir instrumento por instrumento el hermoso disco Fiddler on the roof (Capitol, 1964) reinterpretación jazzística del maestro del saxo alto Julian ‘Cannonball’ Adderley del musical de Broadway El violinista sobre el tejado.
Y falta el barítono Sergio Albacete, pero también soprano y tenor, profesor que ha participado en cursos y seminarios con Pat Metheny, Perico Sambeat, Aaron Goldberg, Pedro Iturralde, colaborador en un sinfín de orquestas (Orquesta Sinfónica de Madrid, de RTVE…) y big band (Granada Big Band, Sonora Big Band, y Clasijazz Big Band… ) que transita con igual destreza y convicción entre la tradición y la vanguardia, entre estilos como clásica, contemporánea, jazz, blues, rock, flamenco, funk, electrónica, bolero, tango…, ahora embarcado en el interesante proyecto Parkerland Nonet, tributo musical a Charlie Parker. Quizás porque “la verdad está en un solo de Parker” palabras del saxofonista Tim Berne que el ocioso acaba de leer y que a estas horas toca con su cuarteto en el Auditorio Nacional Madrid.
Y el ocioso distraído descubre que no es Quinteto, sino Octeto, porque falta la sección rítmica, timoneles encargados de que el vendaval ataque a barlovento y la nave siga su derrota sin derivas innecesarias, viento en popa… Y ya asoma el pianista Pablo Mazuecos, al que todos ustedes deben conocer…, activista infatigable, aficionado desde ni se sabe, quizás schubertiano o schumaniano, o evansiano o jarretiano, que en cuanto puede huye a territorios nórdicos y a quien el ocioso lleva días pidiéndole un ‘perfil’ sin obtener otra respuesta que largas, quizás acuciado por las mismas prisas que al Conejo Blanco de Alicia en el país de las maravillas, capaz de embarcar al mismísimo diablo a misa de doce… Y abrazado al armario viene Bori Albero, gironés afincado en Almería, conservatorio, estudios con Javier Colina, Horacio Fumero, Mario Rossy, que oficia, como no, en Clasijazz y en la sección rítmica de esta sala midiéndose con figuras como Barry Harris, Dado Moroni, o por ejemplo, la última, en memorable trío con Olivier Antunes, los dedos hábiles en las jarcias, la sonrisa a punto, la mirada absorta… y marcando el ritmo en el timón-batería está José Luis Gómez ‘Polaco’, conservatorio, estudios en talleres y seminarios (Jordi Rossy, Jerry Bergonzi, Tony Reedus, Peter Zak…), beca en Berklee College of Music de Boston… Ha formado parte de la Big Band del Conservatoiro de Málaga, Ciudad de Málaga, y de Adamuz de la que fue cofundador, y compartido escenario con Liane Carroll, Arturo Serra, Perico Sambeat, Alan Skidmore, Enrique Oliver, Francis Posé y Jorge Pardo.
Todos ellos remeros del ahora y del mañana del jazz, y de quienes dicen las malas lenguas que han estado estudiando como locos para este osado proyecto ¡Pobres!
Y suspira aliviado el ocioso curioso de que se trate sólo de mero Quintet, perdón Octet, y no de una big band, o una sinfónica…
© José Santiago Lardón (Febero, 2015)
Clasijazz Sax Quintet. Arntonio González (saxo alto) Tete Leal (saxo alto) Ramón Cardo (saxo tenor) Enrique Oliver (saxo tenor) Sergio Albacete (saxo barítono). Pablo Mazuecos (piano) Bori Albero (contrabajo) José Luis Gómez ‘Polaco’ (batería). Clasijazz, 21 de febrero de 2015. 22:30 H
El paseante ocioso y distraído lee: Clasijazz Sax Quintet plays Supersax, Benny Carter, Ramón Cardo & others… ¡Cita increible con el jazz más vertiginoso¡ Parece que la cosa va de viento, piensa, se decide y paga la entrada… Y mientras baja las escaleras le viene a la memoria que Supersax es un banda creada en 1972 por el saxofonista Med Flory y el contrabajista Buddy Clark, en homenaje al saxo icono del bebop Charlie Parker, que osó arreglar sus trepidantes improvisaciones para sección de saxos —típica sección de big band: 2 altos, 2 tenores y barítono— más sección rítmica (piano, contrabajo y batería) y un instrumento de viento (trompeta o trombón), y por cuyas filas pasaron infinidad de solistas (Blue Mitchel, Conte Candoli, Don Menza, Frank Rosolino, Warne Marsh… que entre 1972 y 2012 grabaron una larga docena de álbumes para sellos como Capitol, MPS o Columbia y ganaron un Grammy en 1974 al Mejor Grupo…
Y recuerda que Benny Carter (1907-2003) fue otro viento, multintrumentista (trompeta, clarinete, trombón, piano), compositor, director de orquesta, arreglista, docente y sobre todo quizás el mejor saxo alto de la historia, King como lo bautizó Ellington, y que rayando los 90 años y jubilado gustaba de aparecer en público como lo hizo en 1983 en un memorable concierto en las Jornadas de Jazz de Madrid, y cuyo historial que daría para horas pero de quien recuerda haber leído que fue el responsable de que una jovencísima aspirante a bailarina llegase a ser quien conocemos como Ella Fitzgerald, y cuyos arreglos para la sección de 5 saxos de big band mantienen su validez hoy día, según quienes de esto entienden, amén de ser cordial caballero de enciclopédica erudición.
Y otro viento huracán es Ramón Cardo, valenciano de Godella que casi parece almeriense, a quien conocéis de sobra, saxo, compositor, arreglista, director de big band —Sí, de la Clasijazz—, con la que puso en marcha numerosos proyectos: Stan Kenton o el último sobre Bill Holman, y cuyo perfil también daría para el tiempo del que ahora carecemos, enganchado al saxo desde los 15 años y a quien conociéndole desde el siglo pasado lleva tiempo esperando oírle “tocar la serpiente de metal”, y que al fin parece decidido, según leyó el ocioso distraído declarar a la revista digital Jazz TK (2013): «En estos momentos mi mayor intención es reactivar mi carrera como solista que por el hecho de haber estado vinculado a la docencia y haberme embarcado en proyectos de big band han hecho que descuide un tanto esta faceta».
Y el ocioso distraído cae en la cuenta de que faltan vientos, porque en el cartel dice Sax Quintet, echa cuentas, faltan cuatro…
Falta Enrique Oliver, no hay mejor carta de presentación que las palabras que su colega viento Ernesto Aurignac escribió en su página web: «¿Es John Coltrane, Stan Getz, Hank Mobley…? No, es Enrique Oliver, mi tenor favorito. Son dos metros de libertad, de búsqueda constante, de genialidad, de fantasía, de locura, de frenesí, de sinceridad. Su saxo y él son uno y es pura inspiración para todos los músicos cuando lo oímos tocar, siempre es un viaje sublime oír su música porque es penetrar en su corazón».
Y falta Antonio González tenor, mitad granaino, mitad almeriense, oficiante de la Clasijazz, con un extenso bagaje a sus espaldas, como su participación con el pianista Vince Benedetti en la Escuela Municipal de Música de Roquetas de Mar, o con el Antonio Ximénez Quintet en el VIII Festival JazzBegote Carboneras (18.10.2014).
Y falta el saxo de Tete Leal, de la Asociación Jazz Málaga, que ha asistido a numerosos seminarios, profesor de música de la Escuela Municipal de Música de Alhaurín de la Torre, miembro de la big band Clasijazz en las grandes ocasiones, y que en 2012 osó transcribir instrumento por instrumento el hermoso disco Fiddler on the roof (Capitol, 1964) reinterpretación jazzística del maestro del saxo alto Julian ‘Cannonball’ Adderley del musical de Broadway El violinista sobre el tejado.
Y falta el barítono Sergio Albacete, pero también soprano y tenor, profesor que ha participado en cursos y seminarios con Pat Metheny, Perico Sambeat, Aaron Goldberg, Pedro Iturralde, colaborador en un sinfín de orquestas (Orquesta Sinfónica de Madrid, de RTVE…) y big band (Granada Big Band, Sonora Big Band, y Clasijazz Big Band… ) que transita con igual destreza y convicción entre la tradición y la vanguardia, entre estilos como clásica, contemporánea, jazz, blues, rock, flamenco, funk, electrónica, bolero, tango…, ahora embarcado en el interesante proyecto Parkerland Nonet, tributo musical a Charlie Parker. Quizás porque “la verdad está en un solo de Parker” palabras del saxofonista Tim Berne que el ocioso acaba de leer y que a estas horas toca con su cuarteto en el Auditorio Nacional Madrid.
Y el ocioso distraído descubre que no es Quinteto, sino Octeto, porque falta la sección rítmica, timoneles encargados de que el vendaval ataque a barlovento y la nave siga su derrota sin derivas innecesarias, viento en popa… Y ya asoma el pianista Pablo Mazuecos, al que todos ustedes deben conocer…, activista infatigable, aficionado desde ni se sabe, quizás schubertiano o schumaniano, o evansiano o jarretiano, que en cuanto puede huye a territorios nórdicos y a quien el ocioso lleva días pidiéndole un ‘perfil’ sin obtener otra respuesta que largas, quizás acuciado por las mismas prisas que al Conejo Blanco de Alicia en el país de las maravillas, capaz de embarcar al mismísimo diablo a misa de doce… Y abrazado al armario viene Bori Albero, gironés afincado en Almería, conservatorio, estudios con Javier Colina, Horacio Fumero, Mario Rossy, que oficia, como no, en Clasijazz y en la sección rítmica de esta sala midiéndose con figuras como Barry Harris, Dado Moroni, o por ejemplo, la última, en memorable trío con Olivier Antunes, los dedos hábiles en las jarcias, la sonrisa a punto, la mirada absorta… y marcando el ritmo en el timón-batería está José Luis Gómez ‘Polaco’, conservatorio, estudios en talleres y seminarios (Jordi Rossy, Jerry Bergonzi, Tony Reedus, Peter Zak…), beca en Berklee College of Music de Boston… Ha formado parte de la Big Band del Conservatoiro de Málaga, Ciudad de Málaga, y de Adamuz de la que fue cofundador, y compartido escenario con Liane Carroll, Arturo Serra, Perico Sambeat, Alan Skidmore, Enrique Oliver, Francis Posé y Jorge Pardo.
Todos ellos remeros del ahora y del mañana del jazz, y de quienes dicen las malas lenguas que han estado estudiando como locos para este osado proyecto ¡Pobres!
Y suspira aliviado el ocioso curioso de que se trate sólo de mero Quintet, perdón Octet, y no de una big band, o una sinfónica… Con ellos les dejo… Un fuerte aplauso.
© José Santiago Lardón (Febero, 2015)