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Conciertos a la Puesta del Sol – Bigbandarax


pietroAdmin - 2 agosto, 2025 - 0 comments

El 24 de julio, fue el turno de la banda juvenil Big Bandarax en el ciclo de conciertos del Cable Inglés. Una vez más, comprendí la fuerza de la música y cuánto puede levantarte el ánimo un buen concierto… Ese día regresaba de un viaje. Todo el día en autobuses, con calor, prisas y cansancio. Aun así, quería — aunque solo un rato — escuchar a esta banda de la que había oído cosas tan buenas… Así que, ignorando el cansancio, fui. ¡Y en solo unos minutos, como por arte de magia, el mal humor desapareció!

Desafiando el viento y las nubes que revolvían sus partituras, veinte jóvenes tocaban con el alma. Invitaban al público a compartir su alegría y disfrutar con ellos. A bailar al ritmo del jazz, rápido, lento, nostálgico, desenfrenado, pero sobre todo… ¡mágico!

Lo que más destacó en este concierto — y seguro que no fui la única en notarlo — fue el diálogo entre los instrumentos. Comenzaban como grupo, tocando en armonía y con un solo ritmo, pero enseguida el piano quería decir lo suyo, con las manos del pianista deslizándose como si bailaran sobre las teclas, y el resto de los instrumentos callando, como en señal de respeto. Y entonces… ¡bam! Los instrumentos de percusión tomaban el relevo con un solo impactante. Luego otra vez el piano, después la percusión, luego un solo de trompeta o saxofón… y al final toda la orquesta tocando unida.

Este juego musical —esta especie de “intercambio de argumentos musicales” que percibí en muchas piezas— fue lo que me mantuvo completamente atenta, como si estuviera viendo una película con final inesperado. Me preguntaba constantemente, junto con el resto del público: “¿Y ahora qué va a pasar?”. A través de esta interpretación casi teatral, el espectador viajaba emocionalmente del mundo de la tristeza y la nostalgia al de la alegría, la diversión, e incluso el misterio.

Por supuesto, quien se llevó la ovación fue el guitarrista, un joven con la guitarra eléctrica que parecía vivir cada acorde con pasión. También el clarinete, con su solo dulce pero firme, y el clarinetista expresando su música no solo con las notas, sino con todo su cuerpo. Y finalmente las cantantes, cuyos juegos vocales durante “Sunny” lograban una armonía entre melodía, timbre y emoción, que me hizo admirar las ganas de crear de la juventud.

Y no solo yo disfruté del concierto — el público entero estalló en aplausos apenas terminó la última nota, ovacionando a la banda con todo su entusiasmo.

¡Felicidades a Big Bandarax por su magnífica actuación llena de energía juvenil!

Crítica de Zoi Michailidou

Fotos de Emilia Studnicka 

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