Martirio y Chano Domínguez – 22/8/2025
Una noche de flamenco, copla, tango y amor hoy, 22/8, con el excelente pianista Chano Domínguez y la expresiva cantante Martirio. Las estrellas en el cielo completamente negro, como destellos brillantes que parecen acompañar a los artistas en su obra.
Las piezas que el pianista toca sin acompañamiento… tienen su propia personalidad… Al principio… domina la tristeza y la soledad. Y luego… el tono se vuelve dulce y un poco misterioso. Crea una expectativa y un entusiasmo juguetón. Se nota en las melodías que evolucionan gradualmente como si la pieza en manos del hábil pianista tomara forma, cobrara vida. Los glissando y trémolo de nota en nota en los puntos fuertes le dan un carácter diferente. En una sola pieza, el estilo pasa de melancólico a alegre, luego a rítmico y casi infantil al mismo tiempo.
Luego, la cantante sube al escenario con un largo vestido rojo brillante, un collar negro y sus característicos anteojos de sol. Comienza a cantar sobre el amor… sobre sus dificultades… sobre la separación, el rechazo, el amor no correspondido… y cuanto más canta, más pasión pone en las letras.
Antes de cada pieza, comenta brevemente. Esta alternancia de un comentario divertido a melodías que expresan dolor real es lo que me impresionó. Un momento bromea con el público sobre el contenido de las canciones, y al siguiente… se transforma en una mujer enamorada… en una mujer dolida… en una mujer que anhela expresar su amor a un admirador invisible… Su característico vibrato y las notas graves de su voz le dan una vitalidad especial.
Además, en cada pieza utiliza sus manos para realzar la expresión mediante sus movimientos. En cada verso que se refiere al amor y al romance, las manos se mueven automáticamente hacia el corazón, emocionando, o forman movimientos de baile jugando con los pliegues del vestido de la cantante (Drume negrita). Ella, en algunas piezas, usa un gran abanico rojo con detalles dorados. Lo abre y cierra misteriosamente y juega con él al ritmo. En momentos más teatrales, deja de cantar y su voz se convierte en discurso rítmico o susurro melódico.
Las letras de las piezas, estas breves relatos musicales, revelan el anhelo humano de unirse con el amor de su vida, enfatizan el dolor del rechazo y exploran los efectos de la duda de una persona enamorada en su psicología. La canción “Tatuaje” me impresionó, que contaba la historia de alguien que se había tatuado el nombre de una chica cuyos rastros perdió a lo largo de su vida… Martirio utiliza una frase para describir los celos, un sentimiento que caracteriza muchas canciones de la música copla. “Los celos son como un perro que muerde el corazón.” Y de hecho… escuchando las canciones de este concierto, con esta cantante… puedes sentirlo. Este contraste entre letra y música (como en la pieza Alma mia) es lo que creo que hace que cada pieza de este género sea única… Las letras pueden referirse a la separación, a amores no correspondidos, al dolor del alma humana… pero la música es alegre, bailable y optimista.
Una pieza antes del final, el pianista y la cantante colaboran en un juego de Pregunta-Respuesta muy especial. Parece como si la cantante “preguntara” algo, y el piano “respondiera” tocando sus propios ritmos. El mismo pianista toca como si realmente el piano “hablara”, cambiando de estilo en su interpretación según lo que quiera expresar cada vez. A veces staccato, a veces legato.
A medida que avanza el concierto, el público deja claro que no quiere que termine, pidiendo más. El público se ha levantado de sus asientos gritando “¡Olé!”, “¡Bravo!” y los nombres de Chano y Martirio. Los aplausos se hacen cada vez más fuertes. La noche termina con las mejores impresiones y con las últimas piezas, súplicas desesperadas del público para que la magia de esta experiencia encantadora no se detenga.
Crítica de Zoi Michailidou
Fotos de Emilia Studnicka
