Sheila Jordan Trio. Sheila Jordan (voz) José Carra (piano) Bori Albero (contrabajo). Clasijazz, jueves, 2 de mayo de 2019. 22:00 H.
Sheila Loves Clasijazz
Con el incendiario destello de un sueño o la esperanzada revelación de una utopía centelleó en el horizonte y ahondó en el espíritu de los aficionados la presencia de la legendaria cantante Sheila Jordan en Clasijazz. Entonces —inolvidables 15 y 16 de septiembre de 2017— la mensajera del jazz impartió dos talleres y sendos conciertos con la emocionada compañía del pianista malagueño, pero casí almeriense, José Carra, el contrabajista gironés almeriense Bori Albero y el uruguayo y también almeriense Miguel Canale a la batería. Los ecos de
su voz aún siguen resonando en la memoria y debieron volar a lomos del poniente y llegar a los oídos de la cantante Silvia Pérez Cruz quien, rauda y ágil como su voz, montó a lomos del céfiro y se personó a saludar, y cantar, a quien conoció 16 años antes de forma casual en Sevilla. Vino “a escucharla de nuevo y a cantarle…”, alentada por una frase que le escuchó entonces y que nunca olvidó: «Las canciones no son feas, tú las haces feas».
Volvió de nuevo el 10 de noviembre de 2018 dias antes de cumplir 90 años que como le
gusta recordar con acerada ironía en “Sheila’s Blues”: «Nací el mismo día que Mickey Mouse, el 18 de noviembre». Vino en compañía del legendario contrabajista Cameron Brown, en esa íntima compañía que le es tan querida, a doble voz de cuerdas vocales y de las del contrabajo que ha frecuentado en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera junto a grandes maestros del instrumento —el propio Cameron Brown, Arild Andersen o Harvie Swartz—, un formato del que se considera precursora y por el que siente especial querencia, acaso porque, como suele decir: «Creo que en una vida anterior pude haber sido una contrabajista».
Y aún tuvo tiempo, unos días antes, de grabar junto a José Carra, Bori Albero y Miguel Canale en la Fundación Valparaiso de Mojácar algunas de sus canciones preferidas y que pronto verán la luz en un excelente álbum del sello Clasijazz.
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Derramando vida a raudales y, sobre todo, arropada por un infinito amor a la música esta trovadora del jazz o legítima mensajera del jazz nos visita de nuevo para contagiarnos con esas sobrecogedoras y emotivas canciones a las que solo ella sabe insuflar tanto poderío, tanta inteligencia y tan personal estilo.
Cada uno de sus conciertos es un derroche de elegancia y saber hacer, pero sobre todo un singular encuentro con el público al que no siente el menor reparo en relatar mucho de lo que fue y es su vida —forma parte indisoluble de su mensaje—, con canciones de su autoría donde da muestras de su gran talento creativo, sea sobre su origen nativo americano —“Queen Aliquippa”, dedicada a la reina de la tribu de los seneca o “Little Song”, también de origen folclórico nativo—, sea remembranza de su amigo y fuente constante de inspiración Charlie Parker —“The Bird” o “Confirmation”—, o de Miles Davis —“Ballad for Miles”—, sus dúos con el contrabajo en un diálogo que inventó ella, el conmovedor “The Crossing”, o piezas donde nos muestra su alma en compás musical como “Sheila’s Blues” o Worhshop Blues”, pero también su visión de cruda desnudez de temas del cancionero estadounidense como en “Oh Lady Be Good”, “Autumn In New York”, “Falling In Love With Love” o “Willow Weep For Me”, por ejemplo.
Sheila Jordan: el mensaje del jazz
«Mi madre me dijo que cuando salí de su vientre, no lloré. Canté». Sheila Jordan


En plena adolescencia, con 14 años, regresó a Detroit, se reencontró con su madre y descubrió el jazz. En Detroit
«Un día escuché en la jukebox “Now’s the Time” de Charlie Parker & The Reboppers y aquello cambió mi vida».
Entonces no podía imaginar que Parker, el padre del bebop, la vería actuar en un club de Detroit junto a otras dos muchachas con las que saciaba sus inquietudes artísticas.Bird subió al escenario, las acompañó y —sostiene Sheila— «Cuando terminamos me dijo: “Chica, tienes un oído de un millón de dólares”». Más que cualquier cantante fue Parker su gran influencia, cantaba y se ensayaba con sus discos, «quería cantar lo que él tocaba».
Mientras tanto soportó la presión social por sus relaciones con músicos afroamericanos lo que le comportó severas amonestaciones y visitas al departamento de policia, una afinidad también clave en su formación:
«No estaría cantando la clase de música que cantó hoy si no hubiese sido por lo que aprendí de los afroamericanos y sus creencias».
Al fin, hastiada de los prejuicios sociales y, sobre todo, para estar cerca de Charlie Parker se trasladó a Nueva York a principios de 1950. Recién llegada alquiló un loft en la calle 26 que pronto se convirtió en lugar de encuentro de los músicos más importantes de la ciudad y donde se celebraban jams casi todas las noches. «Un día llegó Parker y se quedó siete meses en casa». Con Parker entabló una intensa amistad: acudían a conciertos, escuchaban discos juntos y estuvo a su lado en la época de decadencia y muerte del saxofonista. De hecho su domicilio fue un refugio seguro para Parker. «No había nada romántico entre nosotros. Sólo le quería y amaba su música», son las palabras con las que Sheila definió su relación.
Dos años después se casó con Duke Jordan, quien fuera pianista de Parker en las célebres sesiones del sello Dial y comenzó a aparecer en público en diversos locales de la ciudad, frecuentando a veces los after hours o las jam sessions del club Minton’s Playhouse subiendo al escenario junto a Parker, Kenny Dorham entre otros destacados jazzmen. Fue la época en la que conoció a Charles Mingus quien le aconsejó que estudiara con el pianista y compositor Lennie Tristano. Con Tristano aprendió durante dos años cruciales (1951-1952) teoría, armonía, a cantar de oído y a leer a primera vista. Le ayudó a mejorar su fraseo escuchando los solos no solo de Parker sino también de Lester Young y según Sheila a «aceptar el hecho de que vocalmente era un poco extravagante… Me enseñó a desarrollar mi estilo sin prejuicios y me dio una solvencia armónica que no tenía entonces».
Pero fue Parker quien le enseñó a ser ella misma, a marcar su propio camino, sin dejarse intimidar por las grandes vocalistas de la época.
«Cómo iba a cantar como Sarah Vaughn, ¿quién tiene una voz así? ¿Quién podía hacer scat como Ella Fitzgerald? ¿Quién podía apoderarse de las melodías como Billie Holiday? Nadie podía imitarlas».
Y ese fue, sigue siendo, el sendero y la luz que ha iluminado su vida y carrera artística.
El nacimiento de su hija Tracey en 1955 transformó su vida al tener que asumir el papel de padre y madre de la niña tras el abandono de Duke al poco de nacer la niña. Tuvo que trabajar en diversos empleos de mecanógrafa y de secretaria de día aunque de noche cantaba de forma intermitente en clubes del Greenwich Village, entre otros el Page Three donde actuó durante ocho años con acompañantes como el pianista Herbie Nichols y el bajista Steve Swallow. Y fue en este club donde la escuchó el pianista y compositor George Russell:
«Vino a verme a Pag Three, un club del Village donde actuaba junto al bajista Steve Swallow. Estaba cantando “You’re My Sunshine”. ‘¿De dónde vienes, de dónde has salido para cantar así?’, me preguntó. ‘Vengo del infierno’, le respondí. ¡De un lugar donde no había calefacción ni agua ni comida!’».


«La razón por la que solo me gusta un grupo pequeño es porque tengo muchas ideas en marcha una vez que empiezo a improvisar, y no puedo concentrarme en lo que escucho detrás de mí. Si escucho demasiado, si alguien toca cambios que no concuerdan con la forma en que siento la canción, mi invento comienza a desvanecerse».
Una preferencia que avanzaría los que serían sus futuros entornos, en especial los duetos con contrabajistas —con el noruego Arild Andersen, con Harvie Swartz, con Steve Swallow o con Cameron Brown—, o a trío con el pianista Steve Kuhn, o con los también pianistas Kenny Barron o Alan Broadbent o con el batería Billy Drumond.
Crecí acostumbrada al contrabajo


Debilidad o, mejor, devoción por el contrabajo que de seguro se remonta a una actuación junto al legendario Charle Mingus a principios de los años 50 en Toledo (Ohio). Mingus la invitó a cantar, en el escenario estaba también Lee Konitz, Sheila dijo «pero no hay piano», Mingus replicó «No necesitas piano» y ella cantó “Yesterdays” acompañada solo por el contrabajo, concentrada en el sonido, en el silencio, en la transparencia de las palabras, en la libertad de las palabras. Creo que fue el principio de su forma favorita de cantar.
«Mi forma favorita de cantar es con el contrabajo. De hecho, creo que en una vida anterior pude haber sido una contrabajista».
«Me gusta el sonido de ese instrumento de cuerda. Me gusta la sensación de libertad que experimento mientras canto con el contrabajo. Siempre me ha gustado trabajar con ese sonido».


La música como oficio de vivir

«Ese largo período sin discos fue culpa mía. No me gusta el estudio, sino cantar en directo.Me considero una mensajera, no una diva. No estoy en eso».
Sin embargo mantuvo una regular agenda de conciertos, viajó a Europa a finales de la década de 1960 donde trabajó con destacadas figuras como el saxofonista Jan Garbarek, el bajista Arild Andersen o el bajista italiano Marcello Melis, colaborando además en grabaciones junto al citado Arild Andersen, en la ópera jazz de Carla Bley y Paul Hynes Escalator Over The Hill, el pianista Jack Reilly o el trombonista Roswell Rudd.
Circunstancias como el despido de su trabajo con 58 años con un año de indemnización, la liberación del cuidado de su hija, la concurrencia de condiciones musicales adecuadas pero, sobre todo, el ardor de su pasión por la música fueron determinantes en su decisión de dedicarse de manera exclusiva al jazz.



Hoy, cumplidos los 90 años, su vitalidad sigue siendo tan asombrosa que es capaz de recorrer medio mundo si las condiciones y el amor a la música lo requieren. El origen de esa energía lo revelaba durante una visita a Buenos Aires en julio de 2018: «La madre de mi abuela era cherokee, de ahí esta vitalidad y fortaleza que me acompañan».
Y cuando le preguntan cómo a sus años continua actuando a lo largo del mundo, suele responder que la edad es sólo cuestión de números y que lo que la mantiene viva y en pie es su amor por la música. Razones más que sobradas para recorrer medio mundo al modo que hacían los trovadores en el medievo, sembrando la semilla del jazz, esa música a la que tanto le debe y que tanto le debe a Sheila no solo por su contribución a la liberación del canto como por su compromiso en la formación de jóvenes vocalistas. Razones que la llevan a trabajar con 
Razones y empuje vital que la han traido hasta nuestra querida sala en tres ocasiones en una nueva gira con estadías en Madrid, Málaga, Algeciras o Sevilla.
Excelente y solicitada educadora ha impartido clases en centros como City College de Nueva York y en la Universidad Stanford y programado junto a la cantante Jay Clayton los programas del festival Jazz en Julio de la Universidad de Massachusetts e imparte seminarios y talleres internacionales. A sus estudiantes suele recomendarles:
«No temas arriesgarte… Esta música vivirá para siempre, pero si quieres mantenerla has de regalarla». Cantantes como la americana Judi Silvano ola alemana Sabine Kühlich son algunas de sus alumnas.

Y algunas de sus grabaciones han recibido excelentes críticas y premios de revistas especializadas, entre otros, el de Swing Journal a Confirmation como mejor álbum de jazz vocal del año 1975 o el de mejor álbum del año a Lost and Found otorgado por la publicación digital inglesa The Wire y apareció destacada una decena de veces como destacado valor en las encuestas de críticos de la prestigiosa revista Down Beat, la primera vez en 1963.
En 1995 el cineasta Cade Bursell realizó el documental Sheila Jordan: In the Voice of a Woman conmovedora narración que traza su vida desde su infancia en plena depresión en el entorno minero de Pensilvania, la desparación de su padre al nacer y el adverso entorno de alcoholismo familiar hasta su regreso a Detroit, su huida a Nueva York y la revelación y liberación que supuso el be bop de Charlie Parker.

La lucha por la vida
«Fue una vida difícil, pero aprendíque podría sobrevivir». Sheila Jordan.

«Voy a mantener a la música hasta que la música me mantega a mí».
Ahora, hace pocos años, reconocida y con el nihil obstat del esquinado mundo del mercado musical, confiesa con modestia pero con justo orgullo:
«Por fin estoy en un punto en el que puedo aceptar los fallos en una actuación porque eso forma parte de lo que soy. He aprendido a no ser tan dura conmigo. Está bien no ser perfecto. Sé que no importa lo que pase, incluso si nos desviamos del camino, todo saldrá bien».
Su repertorio es un caleidoscopio de estados de ánimo mudables según el momento, el entusiamo o la situación de modo que en cada una de sus interpretaciones, en cada una de sus improvisaciones encarnan un amplio abanico de expresiones sea de aparente fragilidad, de burla alegre o lúdica, de ironía salpicada de agudeza, del dolor de una herida, de sutil timidez infantil o de la profunidad del blues pero siempre con un oído infalible —de un millón de dólares—, una exacta dicción, una encomiable precisión dinámica y rítmica y un poderío emocional que pone el vello de punta.


Y “Sheila’s Blues” es su sucinta pero precisa autobiografía en clave de blues cargado de verdad e ironía:
«It started with the blues, yeah.
I know you all are gonna pay some dues.
Hey, síngers! Hey, swingers! It started with the blues.
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah.
You gotta sing your song.
Lemme tell ya. I’m here to help ya, as you go along».
Firmeza moral, tenacidad cargada de esperanza, creer en lo que canta, multiplicidad al afrontar cada actuación, elaboración de un auténtico lenguaje be bop con una vocalización más instrumental que vocal y el tinte autobiográfico vertido en sus interpretaciones son claves con las que ha sabido forjar un estilo personal y único a lo largo de su ya extensa carrera.
Reseñas críticas
«Sus inflexiones y ornamentaciones son más intrumentales que vocales sin caer nunca en meros ejercicios de virtuosismo técnico». Don Heckman, DownBeat (Portrait of Sheila).
«Sheila es una música y una improvisadora completa que no ahorra riesgos. Si su scat —que suele emplear en el repertorio parkerisano con gran seguridad rítmica— es muy original, aún lo es más la forma en que reimagina las canciones con considerable gusto y riqueza armónica (algo común en los discípulos de Tristano), con un timbre muy vibrado». Jorge García y Federico García Herraiz, Ellos y ellas. Las grandes voces del jazz, Valencia, La Máscara, 1994.
«Sheila Jordan tiene una significación especial. Ha “emancipado” el canto de canciones allanando así el camino a todas las vocalistas del free jazz posteriores. Sheila se dio a conocer por su labor con George Russell, sobre todo, en la grandiosa y satírica “You Are My Sunshine”, una broma llena de cinismo». Joachim E. Berendt, El jazz. De Nueva Orleans al jazz rock, Madrid, FCE, 1986.
«Sheila Jordan combinó la gran carga emocional de la canción del jazz con la cruda honestidad de las revelaciones íntimas, evitando las lecturas convencionales de los standards en beneficio de una actitud más profundamente personal, que se puede observar con claridad en sus colaboraciones con el pianista Steve Kuhn y el bajista Harvie Swartz». Ted Gioia, Historia del jazz, Madrid, Turner, FCE, 2002.
«Sheila, cantante de implosión, se dedica a una conversación de despojamiento en la que la extrema atención a la dicción sólo ocupara el lugar del artificio. Deja morir las palabras de una púdica figuración de desorden, del dominio del sentido. Su versión de “Don’t Explain” es la única que puede pretender ser comparada con la que creó Billie Holiday, su mayor influencia junto a Parker y Lester Young». Phillipe Carles, André Clergeat, Jean-Louis Comolli, Diccionario del jazz, Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1995.
Discografía
Como líder o colíder
- Portrait of Sheila (Blue Note, 1962). Sheila Jordan (v) Barry Galbraith (g) Steve Swallow (b) Denzil Best (d).
- Confirmation (East Wind, 1975 / Tate of Time, 2005). Sheila Jordan (v) Norman Marrell (st) Alan Pasqua (p) Cameron Brown (b) Beaver Harris (d).
- Sheila Jordan and Arild Andersen: Sheila(SteepleChase, 1977). Sheila Jordan (v) Arild Andersen (b).
- Playground (ECM, 1979).Sheila Jordan (v) Steve Kuhn (p) Harvie Swartz (b) Bob Moses (d).
- Steve Kuhn and Sheila Jordan: A Intervies with Steve Kuhn & Sheila Jordan (ECM, 1980). Sheila Jordan (v) Steve Kuhn (v). Conversación.
- Steve Kuhn / Sheila Jordan Band: Last Year’s Waltz.(ECM, 1981). Sheila Jordan (v) Steve Kuhn (p) Harvie Swartz (b) Bob Moses (d).
- Sheila Jordan and Harvie Swartz: Old Time Feeling(Palo Alto / Muse, 1982). Sheila Jordan (v) Harvie Swartz (b).
- The Crossing (Blackhawk, 1984). Sheila Jordan (v) Tom Harrel (fis) Kenny Barron (p) Harvie Swartz (b) Ben Riley (d).
- Body and Soul (CBS/Sony 1986). Sheila Jordan (v) Frank Wess (st) Kenny Barron (p) Harvie Swartz (b) Ben Riley (d).
- Sheila Jordan and Harvie Swartz: The Very Throught of Two (MA, 1988). Sheila Jordan (v) Harvie Swartz (b).
- Sheila Jordan and Harvie Swartz: Song from Within (MA, 1989). Sheila Jordan (v) Harvie Swartz (b).
- Lost and Found (Muse 1989). Sheila Jordan (v) Kenny Barron (p) Harvie Swartz (b) Ben Riley (d).
- Sheila Jordan and Mark Murphy: One for Junior (Muse 1991) Sheila Jordan (v) Mark Murphy (v) Kenny Barron (p) Bill Mays (sint) Harvie Swartz (b) Ben Riley (d).
- Heart Strings (Muse 1993). Sheila Jordan (v) Alan Broadbent (p) Harvie Swartz (b) Marvin ‘Smitty’ Smith (d) Hiraga String Quartet.
- Sheila Jordan and Cameron Brown: I’ve Grown Accustomed to the Bass (HighNote, 1997). Sheila Jordan (v) Cameron Brown (b).
- Jazz Child (HighNote, 1998). Sheila Jordan (v) Steve Kuhn (p) Dave Finck (b) Billy Drummond (d). Teo Bleckmann (v).
- Sheila Jordan and E.S.P. Trio: Sheila’s Back In Town (Splasch), 1999). Sheila Jordan (v) Ricardo Parruci (fl) Roberto Cipelli (p) Gloria Merani (vl) Alessandro Franconi (viola) Filippo Burchietti (cello).
- From the Heart (32 Jazz, 2000). Sheila Jordan (v) Kenny Barron (p) Harvie Swartz (b) Ben Riley (d) Alan Broadbent (p) Marvin ‘Simitty’ Smith (d) Hiraga String Quartet.
- Little Song (HighNote, 2002). Sheila Jordan (v). Tom Harrell (tp, fis) Steve Kuhn (p) David Finck (b) Billy Drummond (d).
- Sheila Jordan Live with Serge Forté Trio: Believe in Jazz (Ella Productions, 2003). Sheila Jordan (v) Serge Fronté (p) Gary Brunton (b) Karl Jannuska (d).
- Sheila Jordan and E.S.P.Trio: Straight Ahead (Splasch), 2004). Sheila Jordan (v) Paolo Fresu (tp) Roberto Capelli (pp) Attillio Zanchi (b) Gianni Cazzola (d).
- Sheila Jordan & Cameron Brown: Celebration. Live at the Triad, (HighNote, 2005). Sheila Jordan (v) Cameron Brown (b) Jay Clayton (v).
- Winter Sunshine (Justin Time, 2008). Sheila Jordan (v) Steve Amirault (p) Kieran Overs (b) André White (d).
- Sheila Jordan and Harvie S: Yesterdays (HighNote, 2012). Sheila Jordan (v) Harvie Swartz (b). Concierto ca 1990.
- Lucky to Be Me (Abeat, 2018). Sheila Jordan (v) Roberto Cipelli (p) Attilio Zanchi (b) Tommy Bradascio (d).
Como invitada (selección)
- Peter Ind: Looking Out (Wave, 1960).
- George Russell: The Outer View (Riverside, 1962).
- Jack Reilly: Masks (Unichrom, 1968).
- Carla Bley& Paul Hynes:Escalator over the Hill (JCOA, 1968-1971).
- Roswell Rudd & the Jazz Composer’s Orchestra: Numatik Swing Band (JCOA, 1973).
- Roswell Rudd, Flexible Flyer(Arista/Freedom 1974).
- Marcello Melis & Mario Schiano, Perdas de Fogu (RCA, 1974)
- Rossell Rudd, Bone (Phillips, 1976).
- Marcello Menis, Free to Dance (Black Saint, 1978
- Steve Swallow, Home (ECM, 1979).
- Bob Moses, When Elephants Dream Of Music(Rykodisc 1982).
- Aki Takase, ABC (Union Jazz, 1982)
- George Gruntz, Theatre (ECM, 1983).
- Egil Kapstad, Epilog (NOPA, 1984).
- George Gruntz, Happening Now! (Hat Art, 1987).
- Bill Kirchner Nonet & Sheila Jordan, One Starry Nignt (Jazz Heads, 1987).
- Karlheinz Miklin, Looking Back (SOS Music, 1988).
- Goetz Tangerding Trio, Jazztracks (Bhakti, 1990).
- George Grunt / Allen Ginsberg, Cosmopolitan Greetings (MGB, 1982).
- Lee Konitz, Raphsody II (Paddle Wheel, 1993).
- Jane Bunnett, The Water Is Wide (1994).
- Cameron Brown, Here and How! Vol. 1 (OmniTone,1997, 2003).
- Roswell Budd, Bird Strokes (KFW, 1999).
- Christian Stock, Straght Ahead (YVP Music, 1999).
- Frank Mantooth, Ladies Sing for Lovers (MCG Jazz, 2004)
- Sabien Kühlich featuring Sheila Jordan, Fly Away (Aocustic Music, 2006).
- Sheila Jordan & Sabine Kühlich, Two Generations of Singers (Digiland, 2006).
- Ellen Johnson, These Days (Vocal Visions, 2006).
- Peter Yelling, How Long Has This Been Going On? (Jazzed Media, 2007).
José Carra (piano)

Entre 2010 y 2013 formó trío con el contrabajista Dee JayFoster y el batería Ramón Prats participando en importantes festivales y clubes nacionales —Girona, Madrid, Bilbao, Barcelona, Alicante, Albacete,Sevilla, Málaga, Almería o Granada—, así como en el Festival Internacional deJazz de Barquisimeto (Venezuela), colaborando además en varias ocasiones con lascantantes americanas Roberta Gambarini y Deborah Carter. En octubre de 2012 apareció Ewig (Newsteps),álbum debut del trío con el que realizaron numerosos conciertos de presentación.
En 2013 creó la banda The Wild Bunch, junto al saxofonista Enrique Oliver, Félix Rossy a la trompeta y los portugueses Romeu Tristão al contrabajo y João Lopes Pereira a la batería. La banda editó el álbum Sexy Drugs (BCN Track Artists, 2014) cuya presentación les llevó a numerosos conciertos por España y Portugal y recibió la Mención Mención Especial del Concurso Internacional de Jazz de Talavera de la Reina.
Además de liderar sus proyectos, ha tocado y grabado conmúsicos de jazz de gran prestigio como Sheila Jordan, Eric Alexander,Chris Cheek, Stanley Jordan, Gareth Lokrane, Perico Sambeat, Javier Colina, RobertaGambarini o Deborah Carter y del mundo del flamenco como la cantaora Argentina,Jorge Pardo o Carles Benavent. Ha grabado para señalados sellos discográficos como Sony Music, Blanco y Negro Music, Fresh Sound o Newsteps. Músico de los más solicitados del panorama nacional, en la actualidad colabora habitualmente con los saxofonistas Ernesto Aurignac y Enrique Oliver, el cantante Luis Regidor y el vibrafonista Arturo Serra con quienes ha colaborado en la grabación de numerosos álbumes. Y destacable y muy creativa es su labor como animador cinematográfico improvisando en directo sobre la proyección de entrañables películas de principios de siglo como dejó patente en el exitoso ciclo Cine mudo desarrollado en Clasijazz la pasada temporada.
Fértil e imaginativo compositor ha escrito música —amén de la publicada en sus álbumes como líder— para cine y teatro, así como composiciones y arreglos para diferentes orquestas sinfónicas, entre otras, la banda sonora Coleccionista Premiodel Festival de Cine Fantástico de la UMA, el arreglo y orquestación de Huelva suena diferente del álbum de la cantaora flamenca Argentina (Sony Music) y orquestaciones para el disco de los Chicos del Coro de Saint Marc Sing The Beatles (Blanco y Negro).
Persona comprometida con la cultura fundó en 2011junto a otros músicos malagueños la Asociación de Jazz de Málaga, colectivo que ha supuesto un significado revulsivo cultural y un renacimiento del jazz sin precedentes en la ciudad, además de contribuir al fomento y desarrollo jazzístico en otras ciudades.
Ha impartido clases de composición e improvisación en numerosos conservatorios de música de Andalucía y su presencia como profesor es muy solicitada en masterclass y seminarios de jazz españoles: Sevilla, Almería, Badajoz o Melilla.
José Carra es sin duda uno de los pianistas y compositores más creativos de la nueva generación de jazzistas nacionales. Su música, profundamenteenraizada en la clásica y el jazz, no es ajena a expresiones estilísticas como el rock, el pop, la electrónica o la música popular, y en la que la poesía juega un papel fundamental, creando de este modo un universo muy personal y distintivo.
Como líder ha publicado los álbumes —con composiciones originales— Ewig (Newsteps, 2012), El Camino (Romero Music, 2014), Verso (Romero Music, 2016), Verso. Live at Jamboree (La Cúpula, 2017) y Diario de Vuelo (Taghrid, 2018) en los que han participado destacados músicos del panorama nacional. Y como sideman ha intervenido en la grabación de numerosos álbumes, entre otros, con Arturo Serra: Songs (Newsteps, 2011), Tramonto (Newsteps, 2014) y Locomotive (Newsteps, 2017); con Sergio Albacete: Ahora (Blue Asteroid, 2016); con Ernesto Aurignac Orchestra: Uno (Moskito, 2015); con The Wild Bunch: Sexy Drugs (BCN Track Artists, 2014); con Javier Navas, José Carra y el cuarteto Granada: The Beatles Songbook (Romero Music, 2014), con Gemma Abrié: Wondering (Temps Records, 2010), con María José Pérez: Trazos (Rosevil, 2017). Y además ha realizado lo arreglos del álbum de Argentina: La vida del artista (Sony Music, 2017) y orquestaciones en Les Petits Chanteurs de Saint Marc, Les Choristes: Sing The Beatles (Blanco y Negro Music, 2011).
Y de próxima aparición en el sello Clasijazz es el álbum grabado a trío en la Fundación Valparaiso de Mojácar en 2018 para la cantante Sheila Jordan y que contó además con la participación de Bori Albero.
Bori Albero (contrabajo)

De familia muy musical, su hermano Roc es trompetista tocando en diversas formaciones y dirigiendo su propio cuarteto, y Marina es multiinstrumentista, toca el piano (en su trío), vibráfono y el salterio (música étnica), del que es auténtica virtuosa, y Bori al que ya conocen, contrabajista de toda clase de música, y de quien se dice que la “música y él son la misma cosa”.
Junto a Roger Mas, Albert Cirera, Alfred Artigas y Juanma Nieto, formó el quinteto Proyecto Zero, con el que actuó de en festivals de jazz de España, ganando el Premio al mejor grupo en el Concurso Nacional de Jazz de Salamanca. Ha formado parte del trío Among 3 y ha colaborado con músicos como David Mengual, Jon Robles, etc. En la actualidad forma parte de relevantes formaciones de la escena jazzística nacional, entre otras, The Buildbuncher.
Se le puede escuchar en grabaciones con intérpretes reconocidos del panorama nacional como Roger Mas, Jaume Llombart, Julián Sánchez, Enrique Oliver, Marina Albero, Arturo Serra, Joan Monné, David Xirgu, José Carra y un largo etcétera.
En la actualidad reside en Almería, colabora con la asociación cultural La Guajira, es socio de Clasijazz, miembro de la Clasijazz Big Band, de la que es codirector y forma parte de la sección rítmica de la sala Clasijazz junto a Pablo Mazuecos y Miguel Canale.
Y como contrabajista sideman de primer nivel acompaña a figuras de la talla de Barry Harris, Dado Moroni, Olivier Antunes, Arturo Serra, Vince Benedetti, entre otros, contando entre sus últimas colaboraciones las realizadas con el saxo alto Lee Konitz con quien ha participado en la grabación de un álbum —junto a Ramón Prats y Marco Mezquida— para el sello Clasijazz Records de próxima edición, así como con la legendaria cantante Sheila Jordan con quien también ha grabado un álbum a trío junto al pianista José Carra en 2018 en la Fundación Valparaiso de Mojácar que pronto verá la luz en el sello Clasijazz.
©José Santiago Lardón ‘Santi’ (Mayo, 2019)