Clasijazz Big Band Profesional. IV. La música de Toni Vaquer. Trompetas: Pep Garau, Bruno Calvo, Félix Rossy, David Galera. Trombones: Tomeu Garcías, Fernando Brox, José Diego Sarabia. Saxofones: Víctor Jiménez, Tete Leal, Enrique Oliver, Dani Torres, Carlos Ligero. Piano: Daahoud Salim. Guitarra: Peter Connolly. Contrabajo: Bori Albero. Batería: Andreu Pitarch. Dirección, composición y arreglos: Toni Vaquer.
Asejazz. Espacio Turina. Sevilla, jueves 11 de febrero de 2021. 16:00 H
Clasijazz. Almería, viernes, 12 de febrero de 2021. 19:00 H. Concierto on line
Demiurgo del estremecimiento sonoro
«Intento componer algo que produzca trempera a los músicos que me acompañan». Toni Vaquer.
Y qué si no ha de generar la música, sino hacernos vibrar, sentir, emocionarnos o, incluso, cómo no, trempar, esa atávica conmoción tan humana, tan animal… —y me viene a la memoria el inefable quinteto Trempera! del que Bruno Calvo es miembro y ahora y aquí ocupa atril en la apocalíptica sección de trompetas—, porque en el lenguaje musical coexisten en armonía —o desarmonía— lo evidente y plasmado en el papel pautado y lo invisible y oscuro, las tinieblas de las sensaciones y los apetitos, la reflexión humana y la incontenible visceralidad animal.
Cuando uno escucha, por ejemplo, las aceradas diatribas de Mingus, las dubitativas teclas de Monk, el grito anunciando el futuro de Parker o el lamento doloso de Coltrane, pero también el júbilo inicial de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la cruda intensidad expresionista de la Quinta Sinfonía de Shostakóvich o el inquietante sosiego de los Nocturnos de Chopin, nuestra mente y nuestro cuerpo —incluidas esas indecibles partes— se precipitan en un abismo sin fin de sensaciones… Las mismas que genera cualquiera de las representaciones de Toni Vaquer.
Recuerdo con emoción la expectación y éxito que provocó su primera visita a Clasijazz —hace dos años, enero de 2019— durante la anterior residencia artística de la Clasijazz Big Band, entonces bajo la tutela de Mike Gibbs, y con el pianista Albert Bover como pianista invitado. Un nuevo y complejo desafío para la banda y una cita que deparó sorpresas, pasión, desgarro y emoción.
Lo obvio es afirmar que Toni Vaquer ocupa un lugar cimero en la élite de composición y arreglos para grandes formaciones —sean big bands o grandes ensembles—, es todo eso y aún más.
Músico —en el amplio sentido del término— vocacional que se entrega o sume con una devoción pasional en el instante fugaz pero firme del acto creativo, como un demiurgo creador de un universo sonoro sorprendente, inimaginable, personal.
Su música —propia o arreglada— teñida por una paleta cuasi infinita de colores denota una especial sabiduría de escritura con una fuerza poco común y en la que late una vasta y compleja nómina de influencias, concepciones y lenguajes musicales: desde la rica tradición del jazz al rock esencial de Led Zeppelin o Jimi Hendrix —no en vano llamó a su banda Voodoo Children, en alusión a la célebre canción del guitarrista zurdo—, desde la cultura clásica contemporánea, Messiaen, Shostakóvich o Schulhoff a lo latino de un mambo, o p.. o Stevie Wonder..
Se ha comparado su manera de escribir con las de Stan Kenton —por el uso de los metales—, Gunter Schuller —por el peculiar papel atribuido a los instrumentos de lengüeta— y con el pianista, arreglista, compositor y director inglés Mike Westbrook por su capacidad de crear excitantes paisajes sonoros.
Toni Vaquer es una suerte de golem cuya materia prima no es barro ni arcilla, sino un lenguaje expresivo libre de etiquetas y amasado con un abigarrado y diverso cúmulo de lenguajes musicales con un toque rock, de nuevo Hendrix, pero sin obviar en ningún momento el sincopado y pleno balanceo del swing, a su manera, a mood Vaquer, diríamos. Un modo caracterizado por un uso del tempo ingenioso que obvia las prescripciones al uso, que juega con la tímbrica de los instrumentos hasta el límite del quebranto para arrancarles sonoridades insospechadas.
Alma y cuerpo hechos uno, un instrumento único que a lo largo de la representación se suma al festín de la orquesta, compartiendo la bona nova de un lenguaje que se crea y renace a medida que se interpreta, que comparte la dirección, que invita a quienes le acompañan a expresarse de manera no idiomática e incitando al regocijo, a ese trempar del que hablamos.
Alma y cuerpo aunados en una incesante danza de manos, brazos, pies, miradas, gestos y palabras como medio de comunicación con cada uno de los intérpretes, apuntando tempo, dinámica, intensidad, entradas y salidas…, para crear una música que escapa del pentagrama, la música que bulle en su mente.
Prometió obsequiarnos con nuevos mensajes y cumplió. El estado de confinamiento me impidió asistir al concierto del jueves 11 de febrero celebrado en el Espacio Turina de Sevilla, pero he seguido on line parte de los ensayos realizados en la sala de Clasijazz y puedo asegurar lo dicho.
Valgan algunos ejemplos:
- Versión y arreglo del VI movimiento (Danse de la fureur, pour les septs trompettes) del Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messeain.
- Versión y arreglo del tema “Joy Rider” de Wayne Shorter incluido en el álbum Beyond the Sound Barrier (Verve, 2005).
- “Music Box”, composición original inspirada en la música del guitarrista Bill Frissell.
- “Post Apocaliptic World”, composición original estrenada el pasado 10 de diciembre al frente del Gran Ensemble del Liceo como parte del repertorio Zero Gravity Family Live y en el marco de Festival de Jazz de Barcelona.
Y mucho más, entre otras cosas, intuí una suerte de mambo desestructurado que al cabo mudó en libre improvisación.
La música como horizonte
Toni Vaquer (Felanitx, Mallorca, 1986). Compositor, arreglista y pianista. Se formó en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, donde se licenció en piano moderno en 2012, a la par que completó su bagaje con clases magistrales impartidas, entre otros, por Joan Albert Amargós, Sergi Vergés, Bill McHenry, Eddie Gómez, Jorge Rossy, Joe Martin, Bruce Barth, Dave Kikoski, Steve Grossman, Peter Bernstein o Dave Frank.
En 2013 recibió una beca del prestigioso Berklee College of Music de Boston (Global Jazz Institute) para realizar un máster en composición y arreglos bajo la tutela y enseñanzas de eminentes profesores.
En Boston y mientras completaba su formación fundó la Berklee Global Jazz Orchestra, así como la big band Toni Vaquer & The Voodoo Children Collective —denominación de resonancias hendrixianas, una entre sus muchas y bien variadas querencias musicales—, para las que escribió numerosos arreglos y composiciones y realizó diversas giras.
Músico vocacional, uno de los más destacados del panorama nacional, se ha enfrentado a numerosos y diversos desafíos desde que volvió Boston: montar una big band —The Voodoo Children—, escribir los arreglos del Tributo a Salvador Font Mantequilla para la Glissando Big Band, plasmar su visión a través de arreglos para big band del Cuarteto para el fin de los tiempos del compositor francés Olivier Messiaen, una de las obras más sorprendentes e inquietantes de la música de cámara del siglo XX o poner en escena ese monumental repertorio que bajo el título de Zero Gravity Family Live y al frente del Gran Ensemble del Lice barcelonés se estrenó en diciembre de 2020.
Además ha escrito arreglos para formaciones de variada estética estilística, entre otras, para la big band que montó el Petit de Cal Eril, para los videos de you tube con la Voodoo Children de Berklee, para el noneto liderado por el trombonista Víctor Correa D.O. New Ensemble, —álbum The Next Generation (Youkaly, 2013)—, la Berklee Jazz Orchestra de Greg Hopkins o para el grupo liderado por Joan Chamorro y Andrea Motis
Como pianista ha colaborado en diversas álbumes para otros artistas como el citado U del Slow Quartet liderado por David Mengual, Sakura (UnderPool, 2014) de la trompetista Natsuko Sugao Group o Reallity Shaw de Voro García Quintet (Sedajazz, 2015) y a su nombre álbumes como 20.10.2010 & Blues de Toni Vaquer Trio (Berklee Jazz Revelation Records Vol.1).
Ha colaborado y grabado junto a los más destacados músicos del panorama nacional, así como internacionales, entre otros, Wayne Shorter, Danilo Pérez, John Patitucci, Ralph Paterson, Jason Palmer, el citado Mengual y Jorge Rossy
Ha sido miembro de grupos como el Slow Quartet de David Mengual, Félix Rossy Quintet y lidera sus propias formaciones, entre las más recientes, su trío junto a Mengual y Ramón Prats —en ocasiones bajo el apelativo de Sleep Koala Trío y con diferentes compañeros—, el dúo junto al guitarrista Jaume Llombart o su empática asociación con la joven cantante mallorquina Júlia Colom (1997) con un repertorio que se nutre de la música tradicional mallorquina y el jazz filtrado por las ideas musicales de ambos en un evidente guiño al acervo de sus raíces isleñas y a la música que les acompañó en su desarrollo artístico… y, por supuesto, el Toni Vaquer Sextet, también conocido como Kraken, de nuevo junto a habituales y queridos compañeros de escenario Joan Mas, Miguel ‘Pintxo’ Villar, David Mengual, Dani Pérez Jaume Llombart y Ramón Prats
Ha participado en numerosas giras internacionales y conciertos: Weekly Gig at Wally ‘s Jazz Club con Cosimo Boni Quintet (Boston, 2014-2016), Kennedy Center con Marco Pignataro (2015); Dusseldorf Jazz Rally (2008); Tallin Jazz Festival (2009); Festival Internacional de Barquisimeto (Venezuela, 2010) con Skunk Jazz Project; Dusseldorf Jazz Rally en 2011 con Santi Colomer Quartet; Festival de Percusión de Centroamérica (Panamá (2015); Global Jazz Institute con Danilo Pérez, Wayne Shorter y Marco Pignataro, Festival de Jazz de República Dominicana (2015); Global Jazz Institute con Marco Pignataro y John Patituchi; Bolivia Jazz Festival (2016) también Global Jazz Institute con Marco Pignataro, así como varios conciertos con la Berklee Concert Jazz Orchestra (2016).
A lo largo de su carrera ha recibido destacados premios, entre otros, primer premio en el I y IV Concurso de Jazz de Palma de Mallorca (2008 y 2011), mención de Honor del Conservatorio del Liceu (2012), Premio Duke Ellington de Composición Jazz por Berklee (2017) y el Dean’s List en la Berklee College of Music (2015-2017).
Desde 2018 es profesor del Departamento de Jazz y Música Moderna del Conservatori del Liceu.
Toni Vaquer & The Voodoo Children Collective
De regreso y con el rico bagaje adquirido en torno la tradición musical y los métodos de arreglo para big band de jazz propios de Berklee puso en marcha una big band réplica de la americana, convocando para tal fin a sus compañeros de antaño, los trompetistas Pep Garau, Julián Sánchez, Iván González, Pol Padrós, Natsuko Sugao y Félix Rossy; los trombonistas Vicent Pérez, Aram Montagut y Rita Payés, al tubista Amaiur González; los saxofonistas —algunos doblando a la flauta y clarinete— Joan Mas, Miguel ‘Pintxo’ Villar, Gorka Garay, Albert Cirera, Santi De la Rubia, Marcel.lí Bayer, Luís Rocha. Los pianistas Albert Bover y Marco Mezquida, el guitarrista Jaume Llombart, los contrabajistas Marc Cuevas y Pau Sala y los bateristas Ramón Prats y Roger Gutiérrez, y como invitados Jorge Rossy, Félix Rossy y Enrique Oliver.
La experiencia fue recogida en el álbum Toni Vaquer and The Woodoo Children Collective. Volume 1 (Fresh Sound New Talent, 2017), que incluye 9 originales firmados tanto por Vaquer como por miembros de la banda bajo la dirección y con arreglos del propio Vaquer: The Voodoo Kids (Toni Vaquer), Nosferatu (Albert Bover), Preludio (Natsuko Sugao), Not Just the Blues (Pau Sala), La hormiga y las mariposas (Jorge Rossy), Hora Fèrtil (Marco Mezquida), Cincuatres (Jaume Llombart), El mar está agitado (Amaiur González) y Doni Doni (Toni Vaquer).
Poderosa experiencia a modo de presentación y declaración de principios, cuyo principal objetivo era explorar en profundidad de las posibilidades sonoras de una big band, de forma colectiva y con un amplio abanico de influencias, buscando inspiración en lenguajes musicales ajenos al jazz —Jimi Hendrix, Led Zeppelin, música de cámara, vanguardias del siglo XX… — y buscando que cada pieza narrase una pequeña historia.
Free Spirits Big Band de David Mengual
Pero la faceta de Vaquer como compositor es anterior a su paso por Berklee y en este sentido conviene señalar el titánico proyecto que llevó a cabo en 2010, escribir una pieza diaria a lo largo del año, generando una obra de 365 temas y 52 variaciones danzadas que más adelante darían forma a las 6 suites que integran el doble álbum Vertebrats (Bebyne, 2014) de la Free Spirits Big Band del bajista David Mengual, de la que Vaquer es habitual arreglista. Armado a partir de composiciones originales —tanto de Vaquer, como de Mengual— y de creativas versiones de originales de Led Zeppelin, Jimi Hendrix o Lennon-McCartney, el proyecto es un fértil viaje musical y, sobre todo, una innovadora propuesta de cómo debiera sonar una big band actual que, además, en sus presentaciones en directo contó con la danza y coreografía de la francesa Juliette Louste. Una entente con Mengual que se remonta a Menta, Diar Sonor (Bebyne, 2012), anterior disco de la banda para la que realizó el arreglo de “Le dice el niño”, y manifiesta además en la participación de Vaquer como intérprete en grabaciones de Mengual como, por ejemplo, en el álbum U (Bebyne, 2013) del Slow Quartet.
Toni Vaquer Sextet. Noninó
El origen del proyecto Kraken tuvo lugar a raíz de la invitación que recibió para participar en el Estival de Jazz de Igualada de 2015, con el aliciente de la concesión de la Carta Blanca —distintiva e imaginativa característica del festival, equivalente a un cheque en blanco o libertad total para crear un proyecto y presentarlo en concierto—. Al principio pensó en un trío pero por diversas circunstancias acabó en sexteto, según explicó el propio Vaquer, en una entrevista para una publicación del festival en 2015:
«Tenía en mente hacer un trío con Martin Leiton y Ramón Prats, porque me gusta mucho como suena la combinación de estos dos músicos. Pero hace un mes Martin me dijo que no podía y tuve que replantear todo el proyecto… Serán algunos temas que tenía pensados para el trío pero adaptados para un sexteto, además de música nueva escrita este último mes en Mallorca».
Y en cuanto a la elección de músicos y desarrollo del proyecto, lo explica en la mencionada entrevista:
«Con Joan Mas siempre habíamos querido montar un grupo bien jazzero, pero con toques de rock, aunque poner etiquetas me molesta…Sería como mezclar Bad Plus [célebre trío integrado por el pianista Ethan Iverson, el bajista Reid Anderson y el baterista Dave King] con Slow Quartet. Intento componer algo que haga trempar a los músicos que me acompañan… El sexteto es una formación que siempre tuve ganas de hacer. No sé aún que dará, pero pensé que sería una muy interesante y creativa combinación la combinación de David Mengual con Ramón Prats. Tenía ganas de poner a Mengual tocando mi música, más intensa y lejana de su concepto de Slow. Y también me hacía mucha ilusión hacer cosas con Ramón Prats. Por otra parte, me encanta la combinación de los dos saxos juntos, Joan Mas en el alto y ‘Pintxo’ en el soprano y tenor. Para la guitarra pensé originariamente en Jaume Llombart, pero no pudo ser, y se me ocurrió Dani Pérez, con quien conseguiríamos un buen resultado. Aún no sé cómo sonará, ¡pero confió mucho en ellos!».
La experiencia se recogió en directo y se publicó como Noninó (UnderPool, 2016), con 7 temas originales e inéditos de Vaquer —The Kraken Arises, Le Pintx per un camp de vinagrella, Ramón, Teràpia nº 5-Wainting Games, Dani, Sisan Sisan, y Vou Verinou—, escritos exprofeso y teniendo en mente a los músicos que le acompañarían y así “Le Pintx per un camp de vinagrella” es una irónica alusión al saxofonista Miguel ‘Pintxo’ Villar, como lo son “Ramón” o “Dani” al baterista y guitarrista. Un sexteto que reunía a la creme del jazz de la escena catalana —Toni Vaquer (piano y composición), Joan Mas (saxo alto), Miguel ‘Pintxo’ Villar (saxo soprano y tenor), Dani Pérez (guitarra), David Mengual (contrabajo) y Ramón Prats (batería) y una música con la fuerza y la coherencia de los grandes talentos.
Homenaje a Salvador Font ‘Mantequilla’ (2017)
Existe jazz en l’lles Balears, lo hay y bueno y desde antiguo pese a su condición isleña. Un ejemplo notorio es el saxofonista y luego violinista Salvador Font alias Mantequilla, referencia histórica del jazz nacional y que, aunque nacido en Barcelona, se instaló en Mallorca a finales de la década de los sesenta, convirtiéndose en alma mater de todo cuanto desde entonces se tiñese de jazz. Y en la actualidad hay buen jazz y excelentes músicos en las islas, como el pianista Marco Mezquida, aunque sea menorquín, y en Mallorca habita una cumplida nómina de distinguidos intérpretes como Toni Vaquer, el batería Salvador Font —hijo de Mantequilla— o, por citar solo a dos que forman parte de la Clasijazz Big Band Profesional, el trompetista Pep Garau y el trombonista Tomeu Garcías, que además ocupan atril en la Glisando Big Band, única formación de estas características estable allende el Mediterráneo.
Nacida en 2011 al amparo de un puñado de músicos mallorquines —entre ellos el percusionista Miguel Amengual, su hermano el trombonista Joan y el batería Salvador Font junior— la Glisando se rige por la estructura en secciones clásica característica de este tipo de formaciones y con la destacada vocalista Cecilia Giménez —alias La Fada Despistada— y pone en escena sugestivos repertorios que ahondan en la historia del jazz. Lo lógico y evidente era rememorar, y recuperar, la música de quien sembró la semilla jazzística en aquellas tierras. El objetivo, grabar un disco con la música de ‘Mantequilla’, ambicioso y complejo proyecto cuyo cometido recayó en Toni Vaquer. Así lo confesó Miguel Amengual:
«Cuando decidimos que teníamos que grabar un disco ya pensamos en él como única opción. Conocíamos su historia y sabíamos que posee un talento enorme. Progression plasma la progresión de la big band desde sus inicios hasta ahora… Combinar esa evolución con el reto de arreglar para big band la música de ‘Mantequilla’ solo podía ser obra de Toni Vaquer, todos sus arreglos tienen algo especial”.
El proyecto se estrenó en sendos conciertos celebrados en el Teatre Xesc Forteza de Palma de Mallorca y en el Teatre de Manacor los días 12 y 13 de mayo de 2018.
El álbum, Progression (Temps Records, 2018), recoge 8 temas originales de Salvador Font —“Blues”, “Jamboree”, “What Makes a Love Like Mine”, “Whisky Jazz”, “Nancy I”, “Nancy II”, “Progression” y “Escata i Espina”—, con arreglos y bajo la dirección de Toni Vaquer. Música intensa, fresca y con un acentuado aire mediterráneo.
La fi del temps (2018)
Ambicioso, y apocalíptico, proyecto el que afrontó con su personal y sorprendente visión en clave jazzística para big band del Cuarteto para el fin de los tiempos (Quatuor pour la fin du temps, inquietante y hermosa de cámara que el compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992) escribió durante la durante la Segunda Guerra Mundial en el campo de prisioneros de guerra alemán de Görlitz y estrenada en dicho campo en 1942 y ante uno cinco mil reclusos.
Estructurada en 8 movimientos al igual que el original, la obra se estrenó el 22 de marzo de 2018 en la sala Oriol Martorell del Auditorio de Barcelona. Con arreglos y dirección del propio Toni Vaquer, la plantilla es la misma que la de sus queridos Woodoo Children Collective: los trompetistas Pep Garau, Pol Padrós, Iván González, Natsuko Sugao y Oscar Latorre; los trombonistas Vicent Pérez, Rita Payés, Tomeu Garcías y Amaiur González; los saxofonistas Fernando Brox, Joan Mas, Miguel ‘Pintxo’ Villar, Santi de la Rubia, Albert Cirera y Marcel·lí Bayer; el guitarrista Jaume Llombart, el contrabajista Marc Cuevas y el baterista Ramón Prats.
Complejo reto el de llevar a una gran banda una obra ideada originariamente para cuatro instrumentos —clarinete, violín, chelo y piano— y cuya génesis y otros aspectos comentó Vaquer, según recoge la revista digital Núvol.
«Una obra cargada de belleza, desesperación y emociones fuertes… En algunas partes seré fiel al original. Otras las iré transformando en función de la atmósfera de la banda… Es una obra muy espiritual, muy religiosa, el tema central es el apocalipsis, comienza con un amanecer brumoso y continúa con el ángel anunciador de la extinción del tiempo… Es una obra con diferentes colores, una emoción esperanzadora y calma y otra desesperada. Todos estos colores están muy presentes. Un color muy oscuro y otro mucho más nostálgico, de profunda belleza».
Sobre el desarrollo interpretativo señala que será dinámico y con frecuentes interacciones entre los músicos:
«En el banda hay subgrupos de músicos y haré que estos a dúo o trío asuman el protagonismo en determinados momentos, y también cederé la dirección durante un tiempo a los compañeros… Les encanta dirigir, la música libre. Se trata de una big band de carácter muy democrático…. Y habrá muchísima improvisación, hasta el punto de que el público más tradicional quedará sorprendido, pero le daremos la vuelta… Y si alguien piensa que hay demasiada libertad, que tenga en cuenta que este homenaje ya es una profunda muestra de respeto por el autor… y un deseo, poder grabar un buen disco».
Zero Gravity Family Live (2020)
Si con el anterior proyecto —La fi del temps— asumió un considerable riesgo, este nuevo supone una vuelta de tuerca en la carrera de Toni Vaquer, un salto ambicioso y desbordante y un estado de cuentas de su imaginario musical, de sus filias y afinidades electivas e incluso de sus inquietudes sociales.
Bajo la denominación de Zero Gravity Family Live y en el marco del Festival Internacional de Jazz de Barcelona (Auditori del Conservatori del Liceu, 10.12.2020) estrenó este nuevo proyecto al frente del Gran Ensemble Liceu, una agrupación de treinta y seis músicos —16 cuerdas, 15 vientos, 3 pianistas y 2 bateristas— más los cuatro jazzmen invitados —el saxo tenor Gorka Benítez, el flautista Fernando Brox, el guitarrista Dani Pérez y el baterista David Xirgu— que se unieron al final, a modo de colofón del concierto.
Para la ocasión recurrió a un repertorio a primera vista ecléctico y digo a primera vista porque cuando se trata de la música de Vaquer, —o más bien de sus arreglos—, las cosas discurren de otro modo, como el fluir coherente, orgánico y luminoso de un río, con sus calmos remansos, sus entretenidos meandros y la violencia desatada y súbita de sus saltos. La misma agua pero distinta en cada punto, diría el clásico Heráclito. Solo alguien con un alto grado de síntesis, de visión de conjunto y sabiduría musical puede ensamblar piezas tan dispares como “Nu Nu” del contrabajista Avishai Cohen con el juego de tonos de “Música Ricercata nº 7” del compositor György Ligeti, por citar solo un ejemplo.
El repertorio incluía además temas del propio Vaquer como “Post Apocalyptic World” —escrito durante el confinamiento a modo de distopía musical con evidente alusión a la pandemia que nos asola— y “Music Box”, inspirado en la música experimental e integradora del guitarrista Bill Frisell, así como la pieza “Volcano for Hire” escrita por Joe Zawinul para Weather Report. Completaban los siete temas de la sesión, “Infección” firmado por el saxo tenor Gorka Benítez y el vigoroso “Dada” del flautista Fernando Brox que clausuró el concierto con el flautista malagueño en el escenario.
Y todo con un fluir continuo —de nuevo la metáfora fluvial— que enhebraba en un todo lógico y fructífero semejante diversidad de concepciones y lenguajes musicales y, además, con una sonoridad marca Vaquer, esa a la que debieran sonar las big bands en la actualidad.
Éxito rotundo, la sala al completo, para un concierto considerado como «Una de las grandes propuestas de este funesto 2020» para el periodista Joan Cortés de la revista Tomajazz, y parabienes de la organización: «Bravo, Toni Vaquer, Gran Ensemble y Conservatori del Liceu. Nos demostrasteis, una vez más, que sois talento y que la música es vida, imaginación y placer».
© José Santiago Lardón ‘Santi’ (Febrero, 2021)