Clasijazz Big Band Swing & Funk plays Swing Era Classics. Al Swing y al Cabo. Coreografía y bailarines. Auditorio Maestro Padilla, domingo 22 de abril de 2018. 19:00 H.
¡Una ilusión! ¡Un cartel! ¡Una celebración!

…Pero no es necesario viajar a través del tiempo ni al espacio telúrico ateniense… Aquí, y ahora, brilla un olimpo no menos legendario amasado con terral del desierto y agua salobre del mar de Ulyses y fraguado por el inclemente ardor del sol, un olimpo terrenal erigido por otra casta de héroes, y heroínas hechos de nervuda carne y recio hueso, y sobre todo de ilusión, sueños, esfuerzo, tesón y orgullo. Un oasis cultural donde cohabitan con proverbial soltura y gracejo clásica, danza, teatro, cine, un maremágnum de talleres y jazz, mucho jazz, que es lo que ahora nos concita y celebramos…

Por último agradecer al público su presencia y al Ayuntamiento que nos representa su impagable colaboración
La era del swing
«Fue una era de milagros, una era de arte, una era de excesos y una era de sátira». Francis Scott Fitzgerald, Relatos de la era del jazz.


En la rutilante constelación del jazz brillaban entonces célebres orquestas como las de Tommy Dorsey, Fletcher Henderson, Benny Goodman, Glenn Miller, Erskine Hawkins, Jimmy Lunceford, Duke Ellington o Count Basie, o el duque y el conde como destacados miembros de una peculiar y vasta aristocracia por cuyas venas corría una sangre amasada de blue notes y swing, raudales de swing.
¡Swing, swing, swing!, sería fiel apelativo de una época que Francis Scott Fitzgerald llamó Jazz Age y presente en su narrativa —Suave es la noche, El gran Gatsby, A este lado del paraíso o la colección Relatos de la era del jazz—, y caracterizada como la quintaesencia de la música popular, del jazz como música de baile, explosión de ritmo y melodías, exquisitos arreglos y el aderezo de la mágica sal del swing servidos con mucho amor a un público entregado al baile.

¡Danzad, danzad, malditos!
«La danza es el lenguaje escondido del alma». Martha Graham (1894-1991)





Tras esta etapa dorada del lindy, devino un periodo de recesión como consecuencia, entre otras causas, del cambio de gustos tras el advenimiento del rock & roll, los elevados impuestos aplicados a salas y clubes que obligó a su cierre, la gradual desaparición de las grandes orquestas, o a la implantación de la ley seca que lejos de solucionar el problema originó otros más graves (gansters, tráfico ilegal, economía sumergida y, sin embargo, la gente siguió bebiendo).
Pero a partir de 1980, y de modo imparable hasta nuestros días, el lindy experimentó un creciente auge en países como Estados Unidos, Inglaterra o Francia, al que contribuyó en parte películas como El gran Gatsby, The Artist o Cotton Club, multiplicándose las salas donde ejercitarlo y las escuelas donde aprenderlo, generando a su vez un look de carácter revival y todo lo que ello conlleva: refinado estilismo, moda, peinado, complementos y una marabunta de boutiques especializadas
En España, con más tardanza, como casi todo, la ola lindy penetró vía Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades, cobrando un inusitado desarrollo hasta el punto que se cuenta por miles los seguidores y abundan escuelas de gran nivel como Zaraswing (Zaragoza), Swing Maniacs, Spank the Baby o Lindy Hop Cat (Barcelona), Swing Dance (Sevilla), Spirit of St. Louis (Valencia), o Big Mama Swing, En modo Swing o Blanco y Negro Studio en Madrid, por citar algunas.
Al Swing y al Cabo



En la actualidad el universo del swing es una realidad más que notoria en la ciudad. Sus bailarinas y bailarines, aunados en la comunidad Al Swing y al Cabo, desarrollan una intensa actividad sea bailando en los rincones de la ciudad, organizando encuentros o impartiendo exitosos talleres y clases a diferentes niveles de lindy hop, boogie woogie, collegiate shag y otros estilos en la sede de Clasijazz.

Para esta memorable celebración van a participar una treintena de alumnos del Taller Al Swing y al Cabo: Violeta Sogel, Mónica Navalón Piqueras, Jesús Martínez Caro, Laina Laura Martínez Cano, Belén Uki… y muchos más cuya relación no habría lugar en este breve espacio y acaso algún espontáneo de entre el público o el público al completo bailando en el patio de butacas.

Y un segundo tema, “T’Ain’t What You Do (It’s The Way That You Do It), que todo buen hopper debiera saber bailar, —escrito por James ‘Trummy’ Young y Melvin ‘Sy’ Oliver y grabada originalmente por Jimmie Lunceford en 1939— y con el que pondrán en escena una coreografía mundialmente conocida llamada shim sham shimmy. Es una rutina de tap de los años 20 y treinta y que luego, con el revival del lindy hop de los años 80 popularizó el bailarín Frankie Manning, considerado uno de los precursores del lindy, hasta convertirse en un básico para los más de 150.000 bailarines de la comunidad hopper y que, precisamente, es habitual bailar con la versión de Lunceford.
La grandeza de una big band
«Hay un sinfín de bandas en los colegios y universidades con jóvenes muy preparados que se aplican y quieren convertirse en músicos profesionales, del mismo modo que hay muchísimos músicos muy buenos que se dedican a la enseñanza de esos jóvenes». Duke Ellington, La música es mi amante: memorias.

Es grande sobre todo por su proyección de futuro, de permanencia, porque una big band es un laboratorio de ideas, un espacio de encuentro y comunicación entre sus miembros, un lugar de aprendizaje y formación, y si me apuran una extensión educativa de la escuela porque la música es la más elevada de las llamadas bellas artes y el jazz una de las más importantes manifestaciones culturales surgidas en el siglo XX.



Desde Ellington a Bob Mintzer o Anthony Braxton, pasando por Glenn Miller, Benny Goodman, Shorty Rogers o ese genio malhumorado a veces, entrañable tantas otras, con trazas de oso glotón que fue Charles Mingus, las big bands fueron la voz cantábile de los sueños de grandes creadores, además de fuente de gozo sin límites.
Pero la crisis, el cambio de moda, lo oneroso de su mantenimiento marcó el inicio de su progresivo declive desde mediados de los años cincuenta: Count Basie tuvo que renunciar por un tiempo a su aguerrida tropa sonora. Y Duke Ellington, allá por la década de 1950, reconoció que perdía dinero.
Sin embargo, a partir de 1980 las big bands recuperan su papel motor en la vida del jazz, tanto como orquestas de repertorio como auténticas escuelas vivas para músicos de todas las edades y estilos. Por ejemplo, en Estados Unidos no existe universidad que se precie que no tenga la suya, y quien haya paseado por algunos de sus inmensos campus o por sus auditorios habrá tenido ocasión de oir una algarabía de pitos y de seguido el saxo alto de Phil Woods, o el de Lee Konitz, impartiendo una master class, y sobre todo transmitiendo el copioso peso de la tradición.


En Andalucía también son habituales en numerososas localidades como la Asejazz Big Band de Sevilla, la Big Band One de Jaén Jazzy, la AJM de la Asociación de Músicos de Jazz de Málaga, la Ool-Ya-Koo (Granada), la Soberao Jazz (Dos Hermanas, Sevilla).
Y en Almería tuvimos la UAL Jazz Band creada en el curso 2000/2001 —auspiciada por el Aula de Jazz-Aula de Música y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Relaciones Internacionales de la Universidad de Almería— que grabó su primer álbum en el mítico Johnny de Madrid en 2002, integrada por 14 músicos, bajo la batuta de Pepe Viciana, con Isabel López como vocalista, y con el oriente de ser gérmen de una futura big band que no llegó a fructificar.
Y hoy mismo, y al amparo de Clasijazz, coexisten en hermoso hermanamiento dos big bands, Clasijaz Big Band, la hermana mayor nacida en 2010, y la menina, formalmente Clasijazz Big Band Swing & Funk, a las que se suman la nutrida nómina de orquestas infantiles y juveniles que orillan la geografía provincial. La primera, se presentó en 2015, la Big Bandaráx (Gádor, Alhama de Almería) y de seguido un continuo goteo: Levantina (Carboneras), The Train (Huércal de Almería), Marble (Macael y comarca del mármol), The Little Big Band Clasijazz (Almería), Red Prawn (Garrucha), Big Band de Cuevas del Almanzora y seguro que algunas cuyo germen empieza a despuntar en algun remoto lugar. Niñas y niños llevados por su pasión por la música e hito encomiable y espejo del creciente movimiento cultural de la provincia.
Clasijazz Big Band Swing & Funk

Y asumiendo una gran variedad estilística de repertorios como los dedicados a la música del saxofonista inglés Mike Fletcher, su actual director, o al excelente álbum de Count Basie, The Atomic Mr. Basie, ambos celebrados en 2017, así como el concierto dedicado a la música del gran compositor y director de orquesta Woody Herman celebrado en enero de 2018 en el Auditorio Maestro Padilla capitalino.
Integrada por jóvenes estudiantes que dividen su tiempo entre la formación académica habitual con laboriosos ensayos, asistencia a talleres y seminarios, master class y otras actividades musicales, a veces con el auxilio de miembros de la “hermana mayor”, constituye, valga el término futbolístico, una auténtica cantera, amén de una segura apuesta de futuro, tiempo siempre importante en una música que desde sus orígenes ha sido revolucionaria, integradora, fagocitadora de mil y un estilos.

Además la Clasijazz Bing Band Swing & Funk participa en el programa Ilusionar con el Jazz, iniciativa en colaboración con la Diputación Provincial de Almería, y con el que se ha llegado a centenares de jóvenes y niños de diferentes municipios almerienses. El programa incluye un taller de un día seguido de un concierto de la big band.
En su repertorio habitual hay espacio para un amplio abanico de estilos —swing, blues, bebop, hard bop, latin o funk—, así como mágnificos arreglos de temas como “Mary’s Idea” de Mary Lou Williams, o los que hiciera el gran Sam Nestico de “Splany” o de “Jumpin´At The Woodside” o el “Sussudio” de la orquesta de Phill Collins, así como una larga nómina de standards del jazz clásico: “Basin Street Blues”, “Sant Louis Blues”, “Strike at the Band”, “Against Add Old”, “Sing, Sing, Sing” o el que fuera tema cortina “Artistry in Ryhthm” de Stan Kenton.
Mike Fletcher (director)

Su interés por la música comenzó en el hogar familiar donde sus padres, amantes del jazz, la clásica y el folk, supieron contagiarle desde muy temprana edad. Su padre era saxofonista y en el hogar había una nutrida colección de discos. A los 6 años se inició con el piano, cambió al violonchelo a los 8, para decidirse por el saxo a los 14.
A los 16 años inició su carrera profesional con una gira por el Reino Unido y Europa con la Midland Youth Jazz Orchestra. Después estudió jazz en el Birmingham Conservatoire con profesores como los saxofonistas Mike Williams y Julian Siegel y se graduó en 2005. A dicha institución regresó para completar su doctorado en 2018 y ahora desarrolla una intensa actividad como investigador posdoctorado.
Tras su graduación vivió y trabajó en el Reino Unido, Alemania y España, labrándose una sólida reputación, presentándose en numerosos clubes y festivales de jazz en el Reino Unido —EFG London Jazz Festival, Cheltenham Jazz Festival o Manchester Jazz Festival—, Europa —Outono Em Jazz (Portugal), Jazz Goes To Town (República Checa), e internacionales —Cambio S Festival (Brasil), IAJE Conference (Toronto, Canadá).
Mike es, ante todo, saxofonista y como tal actúa como líder de sus proyetos —Mike Fletcher Trio, Cuarteto Español, Mike Fletcher Jazz Orchestra— o como sideman de formaciones como Olie Brice Quintet, el grupo de jazz flamenco almeriense Cuarteto Majao o Johathan Silk Big Band. En 2015 fue invitado por la Birmingham Symphony Hall para participar en la ECHO Rising Starsprogramme —actuando en destacados escenarios de ciudades europeas como Londres, Baden Baden, Hamburgo, Barcelona, Budapest, Dormund, Estocolmo, Bruselas, Birmingham o Lisboa—. En 2013 fue elegido por la BBC para representar al Reino Unido como saxo alto solista con la European Jazz Orchestra que dirigida Ann-Sofi Søderqvist por recorrió el continente europeo.
Su versatilidad musical le ha permitido tocar y grabar con músicos como Tony Bianco, John Dankworth, Paul Dunmall, Bobby Previte, Tony Levin o Dan Weiss. Trabaja en proyectos de trío, noneto y orquesta de jazz.
En 2013 editó el álbum Nick of Time (Slam Productions) a trío con el bajista Olie Brice y el batería Tymoteusz Jozwiak, y en enero de 2015, Vuelta (Stoney Lane Records) bajo el nombre de Mike Fletcher Trio, con el mismo bajista y el baterista estadounidense Jeff Williams e integrado por composiciones propias donde revela su íntima relación con Andalucía y Almería, su otra residencia emocional. La segunda mitad de 2018 estará de gira por Europa promoviendo su último álbum, Picasso (s), un proyecto experimental para saxo solo inspirado en el jazz y en las artes visual. Y como sideman ha colaborado en grabaciones con notables jazzístas contemporáneos como Tony Bianco y Paul Dunmall.
Su música está influenciada sobre todo por el lenguaje melódico e improvisador del jazz, pero también ahonda en ámbitos como el folk, la música popular y la clásica contemporánea.
Como compositor ha trabajado variados géneros como el jazz, la música clásica contemporánea para teatro y cine. En 2017 compuso y dirigió la música de la producción de la Royal Shakespeare Company Dido, Queen of Carthage, considerada como «una de las más hermosas partituras de la RSC en mucho tiempo».
En 2013 recibió el encargo de Jazzlines/THSH para componer e interpretar una suite musical como parte de la celebración de la obra del compositor minimalista Steve Reich. La obra fue estrenada en el Symphony Hall Birmigham en marzo de 2013 y grabada en junio de ese año por una formación de viento y dos contrabajos —Mike Fletcher (sa), Percy Pursglove, Mike Adlington (trompeta), Tom Dunnett, Richard Foote y Hans Koller (trombón), Olie Brice y Nick Jurd (contrabajo) y Tymek Jozwiak (batería)
Parte de su extensa producción musical ha sido interpretada por destacados solistas como Lee Konitz, Andrew D’Angelo o Dan Weiss.
Es el actual director titular de la Clasijazz Big Band Swing & Funk (Almería) con la que ha tenido ocasión de trabajar con leyendas del jazz como Benny Golson, Barry Harris y Lee Konitz, desarrollando interesantes repertorios, revisitando su propia música, el excelente álbum de Count Basie, The Atomic Mr. Basie o éste que ahora se estrena a modo de viaje a la época dorada del swing de las grandes big bands de Glen Miller, Count Basie o Ellington
Además es escritor e investigador académico vinculado al Royal Birmingham Conservatoire (Reino Unido). Ha publicado artículos e impartido conferencias en el Reino Unido y Europa y muchos de sus textos, incluídos capítulos, han sido editados en colecciones por Routledge y Leuven University Press.
Se estrenó en Clasijazz en febrero de 2015, es habitual de sus jam sessions, y ha tocado como invitado en numerosas ocasiones, entre otras junto a Lee Konitz. Cuando sus compromisos profesionales se lo permiten desarrolla proyectos como, por ejemplo, el admirable Mike Fletcher Quintet junto a Julián Sánchez, Albert Cirera, Bori Albero y Ramón Prats.
Plantilla Clasijazz Big Band Swing & Funk

- Director titular: Mike Fletcher.
- Trompetas: José Carlos Hernández, Antonio G. Aguado, Antonio Abad, David Galera.
- Trombones: Sergio Torres, Liberto Alonso, Corina Martínez, Héctor Morata.
- Saxos altos: Juande Marín Manzano, Joaquín Romero.
- Saxos tenores: Florencio Peligros, Antonio Fernández Barbero, Manolo Abad.
- Saxo barítono: Diego M. Pecharromán.
- Piano: Pablo Mazuecos.
- Guitarra: Arturo Palenzuela.
- Contrabajo: Bori Albero.
- Batería y percusión: Álvaro Sánchez Gallardo, Francisco Fernández Martínez.
Repertorio
Moonlight Serenade, Little Brown Jug, Pennsylvania 6-500, In the Mood, String of Pearls, Let’s Dance, 920 Special, Doggin’ Around, Rhapsody In Blue, I Got A Girl In Kalamazoo, Eager Beaver, Little Jazz, Perfidia.
El repertorio recoge clásicos de la era dorada del swing, algunos arreglos de canciones populares y grabados por las celebérrimas orquestas de la época, otros, obras maestras de la expresión musical estadounidense, caso de Rhapsody in Blue, o incluso el genial bolero Perfidia compuesto en 1939 por el mexicano Alberto Domínguez y versioneado por grandes figuras del jazz como Nat King Cole, Glenn Miller, Ahmad Jamal o la cantante Peggy Lee.
© José Santiago Lardón ‘Santi’ (Abril, 2018)

