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Daniel Torres. «Alguien camina»


- 25 diciembre, 2022 - 0 comments

Alguien camina

FrikiJazz Tales… el jazz por montera (nº 2, febrero, 2021)

Avanza con una calma de pasos breves, como si no tuviese prisa o nadie le esperase. Aguarda paciente a que cambie la luz del semáforo pese a que no hay tráfico a esas horas de una madrugada fría y hostil, desenlace de una noche aciaga, ¡Poco público y además bronco!. Atraviesa sin entusiasmo el laberinto de un exuberante jardín, se detiene un instante y escupe con un amargo rictus cincelado en los labios, ¿Lucirá así en agosto? Prosigue su errático vagabundeo, alejándose más y más, más allá de donde la ciudad pierde su nombre, se desvía por un abrupto camino de polvo y piedras y al cabo de un tiempo se topa con la frondosidad de un fantasmal bosque. No le sorprende, pero por si acaso mira en derredor, un nebuloso silencio apenas quebrado por un rumor sordo de crujidos de lamento. Deja la mochila en el suelo, esboza una tímida sonrisa, desentumece el cuerpo y ensaya unos pasos de pasos de danza perezosos pero armónicos. De súbito se detiene, espoleado por una frase que desde hace tiempo bulle en su mente como una pesadilla,  «Un artista ha de sentarse a la vera del camino y esperar a que la gente venga». Se sienta en un tronco muerto, acaricia ensimismado el manojo de raíces que cuelgan inertes y susurra entre dientes, Algún día echaré raíces firmes y certeras, estoy cansado de ir de un lugar a otro como alma en pena, como un nómada perdido por remotos caminos, pero no hay otra, es mi oficio, renacer cada día de las cenizas de la noche noche como el ave fénix.

De lo más hondo del bosque le llega una sonoridad acompasada, apenas un apunte de tintineo de piano y una agitación vibrátil de címbalos y luego un crescendo unísono de metales. Un helor crudo le estremece, reconoce esos sones, son los de una canción que creía olvidad, su fiel retrato. Abre la mochila negra que dejó en el suelo y en sus manos temblorosas centellea el relumbrón dorado del tenor. Humedece la caña y sopla con energía para calentar el alma de bronce y al instante reverbera “The Wanderer”. De entre los árboles van emergiendo unas extrañas siluetas, primero un guitarrista, pisándole los pasos el saxo alto y casi a la vez, atropellados y unidos en querencia de trío pianista, contrabajista y baterista. No cruzan ni una sola palabra, solo son músicos ansiosos de unirse en camaradería de jam sessions y sin pausa pero con firme convicción retumban “Minor Explosión”, “Roxi’s Garden”, “Falling Up”, “Dance of the Forest”, “April in August”, “Ave Fenix”, la inmortal balada “My Ideal” y al final, “First Statement”, valerosa confesión de principios del saxo tenor Dani Torres, su primera declaración, su primer y muy personal mensaje. Alguien emboscado, oculto entre sombras, registra con una grabadora lo que allí acontece… Sonríe con la satisfacción plena de haber vislumbrado el futuro.

El futuro es la encarnación fértil del pasado, el inestable equilibrio entre el peso de la tradición y la perentoriedad del hoy…, y el vagabundo continua su errante periplo por la orilla del mar camino de la Universidad de Almería porque el Aula de Música le ha invitado a que imparta una master class de saxo y combo, en compañía del pianista Daahoud Salim, otro vagabundo musical. Allá nos descubrirá con que ignota materia amasó la grandeza de su sueño.

*Bluenotes bene:

  • Torres, Daniel, First Statement (Outside in Music, 2020): Daniel Torres (st) Perico Sambeat (sa) Peter Bernstein (g) Sri Hanuraga (p) Romeu Tristão (b). João Lopes Pereira (d)

© José Santiago Lardón ‘Santi’ (febrero, 2021)

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