Christina von Bülow Quartet. Christina von Bülow (saxo alto) Pelle von Bülow (guitarra) Daniel Franck (contrabajo) Frands Rifbjerg (batería). Ciclo JazzDanmark. Clasijazz, viernes, 18 de mayo de 2018. 22:30 H
Ciclo JazzDanmark
Este concierto, como otros tantos celebrados en Clasijazz, forma parte del ciclo JazzDamark (oficina técnica de jazz de la administración danesa) y cuenta con el apoyo moral y económico de las instituciones culturales danesas en su loable labor de difusión de su bagaje cultural.
Atinan los manuales al afirmar que el jazz danés es uno de los más —diría el más—activos y dinámicos del continente y las razones no deben buscarse en ciencia infusa o predisposición genética alguna, sino en esa denostada tontuna llamada cultura que abarca desde entornos familiares propicios, adecuados programas educativos ya desde la escuela donde la enseñanza de la música no es una maría de trámite, centros profesionales como el Rhythmic Conservatory of Music de Copenhague,apoyo institucional, alta consideración social de los maestros o la receptividad de sus gentes.
Christina von Bülow (saxo alto)
«No hay otra saxo alto hoy día en cuyo tono se combine frescura, dulzura y calidez del modo como lo hace ella»
Christina von Bülow (1962). Nació con la música, el jazz, acariciando sus sueños a modo de nana y esa misma música tañida por la guitarra de su padre Fritz —destacado jazzman y enamorado de la música brasileña— la acompañó durante la infancia y la adolescencia, momento en que empezó a tocar la flauta y al cabo el saxo alto con el que selló una fidelidad jamás quebrantada. En 1986 ingresó en el recién creado y ahora prestigioso Rythmic Music Conservatory de Copenhague en el que se graduó en 1990 como destacada integrante de la primera promoción.
Hoy día es una de la pocas mujeres que ha alcanzado la cima del jazz, en un entorno aún dominado por el hombre, al igual que otras, como su compatriota Christina Dahl, como muchas luchadoras a lo largo de la historia del jazz. Sin embargo ahora goza del merecido reconocimiento como atestiguan los prestigiosos premios concedidos en el ámbito del jazz danés, entre otros, el Ben Webster Prize en 2002, el más prestigioso de los que se otorgan no solo en Dinamarca, sino en toda Europa.
Entre medias, una lucha constante por hallar un lugar bajo el sol del ruido alegre, por encontrar una voz propia, o todo eso que con exagerada alegría llamamos biografía y que me he limitado a transcribir con las evidentes alteraciones que toda interpretación conlleva.
Cuando a finales de los años 80 quiso abrirse camino en la escena del jazz parecía una empresa heroica, hubo de afrontar la dureza de férreos muros, sufrió durante años y a diario la comparación con su padre —miembro del cuarteto del legendario violinista Svend Asmussem en los años 50—, transitar un sendero duro y difícil poblado de continuos enfrentamientos, de autoafirmación tanto como intérprete como por su condición de mujer —o ambas cosas aunadas— y sobre todo borrar la alargada sombra del pasado y la no menos profunda de las influencias, ese peso que a todos nos persigue y oprime.
Pese a todo, con esfuerzo y tesón, se labró un estilo propio muy personal, profundamente hermoso y lírico, reflexivo, amasado primero con el bagaje familiar, después con su formación en el conservatorio, y luego con las lecciones del legendario Stan Getz y al cabo con las de no menos legendario Lee Konitz, y, claro, con la experiencia del día a día cotidiano pateándose los escenarios.
En 1990 tuvo lugar su decisivo encuentro con el gran saxo tenor Stan Getz “The Sound” de quien tuvo ocasión de recibir clases privadas durante dos meses un año antes de su muerte en junio de 1991. Viajó hasta Malibú (Los Ángeles), donde Getz se instaló un año antes. De este modo relata Christina aquella experiencia, en declaraciones recogidas por la revista danesa Politiken:
«Sabía que estaba enfermo y sabía que tenía que aprender de él, que debía hacer todo lo posible por encontrarme con él. Era el sueño de mi vida y una experiencia que durará toda mi vida».
«Me recibió con gran hospitalidad, nos encontramos en numerosas ocasiones y pasé muchas horas de inspiración junto a él durante los dos meses que permanecí en Los Ángeles. Se convirtió en mi mentor».
Otro descatado mentor fue el gran saxo alto Lee Konitz:
«Tuve la fortuna de encontrarme con él en muchas ocasiones en Copenhegue participando en talleres, recibiendo clases privadas y tocando juntos en numerosas ocasiones, las dos últimas en sendos conciertos en Dinamarca en marzo de 2011. Siempre fue mi fuente de inspiración en el arte de la improvisación».
En Copenhague tuvo ocasión de conocer a maravillosos músicos y trabajar con algunos de ellos en algunas de sus formaciones, que lidera desde finales de la década de los 80. Su primera actuación como líder tuvo lugar con Christina von Bülow Trio, con el guitarrista Jacob Fischer y el bajista Jens Skou Olsen, y en 1993 comenzó a colaborar con el destacado trompetista sueco Jan Allan con quien grabó al primer álbum a su nombre en 1994.
En 2007 tuvo lugar otro encuentro decisivo en su carrera cuando surgió la ocasión de grabar con el trío del legendario pianista Horace Parlan el álbum My Little Brown Book (Stunt) del que formaba parte además el bajista Jesper Lundgaard. Con estas palabras rememora aquello momentos de felicidad: «Cuando nos juntamos para realizar varios conciertos, una profunda y hermosa sensación anidó en mi corazón para siempre».
A lo largo de su carrera ha colaborado además con destacados músicos como Rune Gustafsson, Georg Riedel, Herlin Riley, Allan Botschinsky, Putte Wickman, Doug Raney, Marilyn Mazur, Mikkel Nordsø, Danish Radio Bigband, entre otros.
En la actualidad conserva la misma pasión por la tradición y esencia del jazz que cuando comenzó:
«Aún siento la misma pasión por el jazz clásico que hace treinta años y jamás renunciaré a tocar un standard o cualquier hermosa melodía, y cuando la atmósfera es la adecuada el bronce lo es todo, por eso amo el cantabile swingeante del saxo alto».
Sin embargo, consciente del proceloso sendero que transita, reconoce que en la actualidad ser música de jazz no es un negocio rentable, resulta difícil atraer al público, y en la citada entrevista de Politiken confiesa que su profesión es una elección ridícula:
«Sólo lo haces por ti. La música es una experiencia de alto voltaje y un encuentro muy especial. Lo que sucede mientras tocas llega a ser a tan poderoso y enriquecedor que borra la acritud de tantos días negros».
Premios y distinciones
Ha recibido los más prestigiosos premios y distinciones que se otorgan al jazz en Dinamarca: JASA Prize 1994 (Asociación de críticos daneses de jazz), Ben Webster Prize (2002), Palæ Prize (2009) y Bent Jædig Prize (2013).
Fue nominada a los Danish Music Prize en la categoria mejor grabación de jazz del año en dos ocasiones por los álbumes West of the Moon (2001) y A Primera Vez (2004)
Discografía
Ha publicado numerosos álbumes como líder o colíder, cuatro con su trío, dos con el pianista Ben Besiakov —Bülow/Besiakov Quartet— en la que ha colaborado durante años junto al célebre saxo tenor Bern Rosengren y con su habituales Daniel Franck y Frands Rifbjerg en la sección rítmica, uno con el quinteto Silhouette que lidera junto al saxo tenor y barítono Fredrik Lundi dedicado al saxo barítono y compositor sueco Lars Gullin: Silhouette (Stunt, 2011), uno a dúo con el pianista Søren Kristiansen — Aakjær i Toner (Gateway, 2012)— en el que reinterpretan la poesía del gran poeta danés Jeppe Aakjær. Y más recientes son los excelentes álbumes The Good Life (Stunt, 2014) y On the Brink of a Lovely Song (Storyville, 2018). Además lidera proyectos como Tribute Trio homenaje a míticos tríos como el de Stan Getz con Oscar Peterson y Dave Brubeck Tribute en memoria del celebérrimo álbum del pianista Time Out
- Christina von Bülow Trio: The very thought of you (Music Mecca, 1994), Solitude (Music Mecca, 1997), West of the moon (Music Mecca, 2001) y Forelsket i København (Metorion, 2004)
- Bülow/Besiakov Quartet: A Primera Vez (Music Mecca, 2004), Heartaches (Music Mecca, 2007)
- Horace Parlan Trio: My Little Brown Book (Stunt, 2007)
- Silhouette: Silhouette (Stunt, 2011)
- Aakjær i Toner: Aakjær i Toner (Gateway 2012).
Y más recientes son dos excelentes álbumes The Good Life (Stunt, 2014) y , y On the Brink of a Lovely Song (Storyville, 2018).
The Good Life (Stunt, 2014)
Christina Von Bulow (sa) Sørern Kristiansen (p) Jesper Lundgaard (b) Eliot Zigmund (d). Grabado en directo en Dexter, Odense, Denmark en noviembre de 2012.
Incluye 6 conocidos clásicos —The Good Life, El Cajon, Tenderly, The Way You Look Tonight, Blues In The Night y Star Eyes—. Abre el disco el tema “The Good Life” (La Belle Vie, Sacha Distel y Jack Readon, 1963), el resto son standards algunos popularizados por vocalistas, como “Tenderly” por Sarah Vaughan o Rosemary Clooney, “The Way You Look Tonight” cantada originalmente por Fred Astaire y Ginger Rogers, pero en versión instrumental de Johnny Griffin en 1957 o “Star Eyes” otro clásico convertido en standard de jazz por Charlie Parker en 1951
On the Brink of a Lovely Song (Storyville, 2018)
Para este álbum Christina recurrió a un trío especial con dos grandes maestros, el bajista sueco Palle Danielsson y el baterista estadounidense Eliot Zigmund, y como músico invitado su hijo, el joven guitarrista Pelle von Bülow con una forma de tocar sútil y melancólica como la de su madre, en ocasiones en original dueto.
Incluye 10 temas, la mitad clásicos —Soul Care (Weston), Don’t Blame Me (McHugh), I Love Paris (Porter), I Loves You Porgy (Gershwin) y The Peacoks (Rowles)—, y el resto originales de la saxofonista: Just Top Very, Still Love You So, Of a Lovely Song, Sørgemarch y Out Lee, claro homenaje al maestro Lee Konitz, cuya influencia es evidente en la forma de abordar la improvisación, la intuición y la interacción.
Thomas Clausen escribió en las notas del album: «Lo que lo hace especial es, además de la variada riqueza expresiva de los intérpretes, la sensación de espíritu colectivo que transmite en todo momento. Y aunque Christina es la solista principal, deja tiempo y espacio para la respiración y para la intervención del resto de los músicos». Y la revista digital All About Jazz escribió: «Juntos han creado un álbum magnífico, un clásico moderno».
Dos generaciones, un cuarteto excepcional
La experiencia de dos generaciones von Bülow en un excepcional y emotivo encuentro entre madre e hijo. A lo largo de casi tres décadas Christina se ha mantenido como una de las más destacadas y queridas jazzwomen entre los amantes daneses del jazz, gracias a su estilo lírico y a su profundo conocimiento y amor por la música.
Pelle von Bülow comparte idéntica pasión musical y a lo largo de los últimos años ha dejado ya una significada huella en la escena jazzística danesa como excelente solista y como acompañante. Existe, por supuesto, una conexión muy singular entre madre e hijo que se refleja en su intimidad musical y comprensión mutua.
Y como complemento ideal, a modo de respiración continua que da soporte y ritmo, una sección rítmica de lujo integrada por el contrabajista Daniel Franck y el baterista Frands Rifbjerg, fieles y excelentes colaboradores de Christina durante décadas.
Juntos, aunados en cuarteto, nos ofrecerán una velada de jazz con hondura de primer nivel.
Pelle von Bülow (guitarra)
Pelle von Bülow es un joven y brillante guitarrista de jazz que ha sabido asentarse con voz propia en la exuberante y muy competitiva escena jazzística danesa.
Criado en el seno de un entorno familiar muy musical —abuelo, Fritz, también guitarrista, y madre, Christina, saxofonista— es lógico que desde la infancia el jazz fuese objeto de sus sueños.
Una infancia llena de música que se aprecia en la naturalidad de su expresión, en su consumado lenguaje guitarrístico amasado con la docta influencia de toda una larga tradición de legendarios guitarristas —West Montgomery, Grant Green, Pat Martino, Doug Raney, el primer George Benson y, en especial, el maduro Jim Hall—, el bagaje musical de su tierra natal —la llamada melancolía nórdica— y, claro, el linaje familiar.
Pese a su juventud ha conseguido elaborar un aquilatado y elegante lenguaje que destaca por su brillante técnica, una sonoridad chispeante y enérgica, a veces melancólica, y un toque rebosante de buen gusto —aquí la influencia de Jim Hall— con los que transita de forma creativa los diversos expresiones del jazz, desde la hondura del blues a la sofisticación de los más célebres standards del inmemorial repertorio jazzístico.
Como todo buen guitarrista no debe sorprender su predilección por el trio guitarra, ese espacio preciso y adecuado para la improvisación colectiva y la mutua interacción, y aún menos es sorpresa su pasión por el trío guitarra, batería, órgano Hammond B3 que es un viaje a las profundidades musicales del soul, gospel y funk y camino a sonoridades futuras, y precisamente con esta formación participó en el inefable festival de jazz de Copenhague de 2017 junto al organista Jacob Broholm y el batería Jens Kristian Siqueira.
Presente ya, que no futura promesa, del jazz danés se ha batido el cobre con algunos de los jazzmen más importantes no solo del jazz nacional sino internacional, incluidas las formaciones de su madre, recorriendo prestigiosos escenarios y festivales.
Y muy reciente y destacada es su participación como músico invitado en el álbum On the Brink of a Lovely Song (Storyville, 2018) firmado por Christina Bülow, el contrabajista sueco Palle Danielsson y el batería estadounidense Eliot Zigmund
Daniel Franck (contrabajo)
Daniel Frank —sueco de nacimiento, aunque reside en Copenhague desde 1997— está considerado como uno de los principales bajistas de la escena musical danesa.
Respetuoso con la tradición pero con la mente abierta al futuro, su profundo conocimiento de la historia del jazz, gran versatilidad y creatividad musical le han convertido en un músico muy apreciado y solicitado.
Ha realizado frecuentes giras con destacadas figuras internacionales y nacionales. A lo largo de los últimos años ha colaborado en más de 25 álbumes y realizado infinidad de conciertos. En Dinamarca y a lo largo de toda Europa ha tocado con Caroline Henderson, Carsten Dahl, Fredrik Lundin, Christina von Bülow, Jacob Fischer, Lars Jansson, Joey Calderazzo, Kenny Werner, Kirk Lightsey, Jonathan Blake, Kurt Rosenwinkel, Benny Golson, Stacy Kent, Scott Hamilton, Kurt Elling, Tootie Heath, Eric Alexander, Viktoria Tolstoy, Till Brönner, entre otros muchos.
Además de destacado intérprete es un prestigioso educador, impartiendo talleres y master class en numeros centros
En 2015 debutó como líder con el álbum The Hangout (Stunt, 2015) en el que intervinieron los saxos tenore Gabor Bolla y Tomas Frank, el pianista húngaro Robert Lakatos y el batería norteamericano Lewis Nash, elogiado por la crítica y por destacados músicos como George Garzone, Johnathan Blake, Joey Calderazzo o Carsten Dahl.
Frands Rifbjerg (batería)
Frands Rifbjerg (1964) Batería y compositor danés. Hijo del escritor Klaus Rifbjerg, estudio en la Royal Danish Academy of Music con el legendario trompetista Thad Jones, donde se graduó en batería jazz en 1985. Entre 1988 y 1989 continuó sus estudios en Drummer Collective y después en New School of Music de Nueva York.
Ha colaborado como sideman con grandes figuras del jazz tanto nacionales como internacionales, entre otras, Clark Terry, Carla Bley, Steve Swallow, Phil Woods, Carsten Dahl, Jesper Thilo, Doug Raney, Horace Parlan, Tomas Franck, Bent Jædig, Thomas Fryland, Hugo Rasmussen, Henrik Bolberg y Uffe Marcussen.
Desde de 1996 ha tocado o participado en la grabación de numerosos álbumes de músicos o formaciones como Bolberg/ Marcussen Quintet & Per Goldschmidt, Loneliness & other Ballads; Jesper Thilo Quartet & Bülow/Besiakov Quartet, A Primera Vez; Aske Jacoby Band’s, Transfer Power; Søren Kjærgaard, Amfebia y Akustika; Carsten Dahl‘s Trio, Blue Trane y Will You Make my Soup Hot and Silver y con Benjamin Koppel Quintet los álbumes At Large, Double Up, Please y Evergreen Machine.
Además se le puede oír en las grabaciones de la cantante danesa Thulla, para la que el productor Tom Lord realizó 26 temas en el campo del jazz entre 1996 y 2016. Y con su cuarteto acompaña a la cantante Marie Fisker. Cada semana actúa en el célebre club londinense Ronnie Scott como miembro de la Ernie Wilkins Almost Big Band.
En 2009 recibió el prestigioso Bent Jædig Prize.
© José Santiago Lardón ‘Santi’ (Mayo, 2018)