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Satin Doll «¡Now is Now! Horizon of Hope»


- 15 diciembre, 2022 - 0 comments

Horizon of Hope

«¿Eh, tú…Qué cantará la negrita?». Billie Holiday, Lady Sings the Blues.

 

¿Muñecas de satén? Mujeres luchadoras —ya a trasmano de la efeméride del pasado domingo— como quienes este viernes, sábado y domingo se enseñorearán del escenario de Clasijazz.

Ahora es ya —traducción libre de Now is Now, título del álbum de Christina Dahl y cómplice guiño al emblemático Now’s the Time de Charlie Parker, génesis de todo el jazz moderno—. Tiempo de reivindicar el fruto de toda una larga historia: la de la mujer en el jazz, esperanza en el horizonte.

Una historia que se remonta a los mismos albores del jazz, a principios del pasado siglo, un siglo de fecunda historia, de lucha, de sinsabor, de crueldad, pero sobre todo de amor, de inmenso amor por la música…

El relato vívido de mujeres que hicieron de su voz instrumento revelador de las más hermosas baladas de amor, del profundo olor de las tierras sureñas norteamericanas, de la desazón de la vida, del jolgorio cotidiano, de la protesta ante la sinrazón del racismo…. Legión de cantantes, la esencia bluesy de Ma Rainey —mamma blues— o Bessie Smith —la emperatriz—, la voz de Mildred Bailey, la exuberancia tímbrica de Ella Fitzgerald, la sensual Sassie Sarah Vaugan, la revolucionaria Abbey Licoln… y como olvidar a Billie Holiday, cuyo centenario tendrá lugar el próximo 7 de abril, y que hizo propio el primer alegato contra el racismo: la crueldad de Strange Fruit:

«Los árboles del sur dan frutos extraños / Sangre en las hojas y sangre en la raíz / Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur / Frutos extraños colgando de los álamos».

De mujeres que afrontaron el huidizo ámbito de los instrumentos, sobre todo pianistas: Lil Hardyn, de formación clásica, que tocó y compuso con King Oliver, así como con los Hot Five y Hot Seve de Armstrong, con quien se casó, se separó y luego formó su propia banda, Marian McParthland, Mary Lou Williams fecunda creadora de temas de vigencia imperecedera, Joanne Brakeen de una modernidad sin concesiones, Elianne Elias en su periodo de vanguardia con Steps Ahead, Nina Simone cuya negritud no era compatible con los estudios académicos de música clásica y se vio obligada a cantar acompañándose al piano porqué «si además no cantas no tocas…» por desgracia aún hoy puya frecuente, y que se resarció con ese alegato contra el estereotipo femenino que es Four Women. Cuatro mujeres, Sarah, Saffronia, Sweet Thing y Peaches, sometidas al mismo destino… https://youtu.be/pAmP-XGqUCA

Casi infinita legión… Mujeres que abrazaron el armario contrabajo como Esperanza Spalding, o llevaron a sus labios el trombón como Melba Liston quien estuvo en los atriles de Basie, además de con Holiday, Gillespie e incluso Archie Shepp, o la gran trompetista y fliscornista canadiense Ingrid Jensen, y a la boca la caña del saxofón como la parkeriana saxo alto Vi Redd que se midió mano a mano con Cannoball Adderley, Sonny Sitt, Dizzy Gillespie o Roland Kirk, o la sensualidad virtuosa del soprano de Jane Ira Bloom, o la saxo alto alemana Carolyn Breuer que estuvo en el marco del XIII Festival Internacional de Jazz de Almería (2002), o la guitarrista montgomeriana Emily Remler, fallecida prematuramente a los 33 años.

Y también la batería quiso dejarse batir por baquetas de mujer, como las de la ya veterana Terri Lyne Carrington que ingresó a los 12 años en Berklee College of Music y hoy con una carrera impresionante, incluido un Grammy, marcando el ritmo a Herbie Hancock, Gillespie, Stan Getz, Wayne Shorter… o Marilyn Mazur haciendo lo propio con Miles Davis, Shorter o Jan Garbareck.

Y extraordinarias directoras de orquesta, amén de pianistas, como Maria Schneider o Carla Bley, y bandas integradas en su totalidad por mujeres como la francesa Four Roses, o la española Sandu, o las damas de Sophisticated Ladies.

Y en España no son rara avis, sobre todo vocalistas como Paula Bass, Celia Mur o Ester Andújar, pero también quienes abrazaron un instrumento como las pianistas Marta Sánchez, Mercedes Rossy o Elisabeth Raspall, las contrabajistas Rosa Avella, Giulia Valle o Paloma Loring, la baterista Eva Cabrera, las saxofonistas Gloria Torres o Patricia Monasterio integrante del cuarteto de saxofones Saxonara allá por la década de los años ochenta.

Y ahora ya, now is now, hollando el esperanzador horizonte del futuro saxofonistas como la altoists Irene Reig, la trombonista Alba Pujals, la también trombonista y grandísima vocalista Rita Payés, y las bateristas Rakel Arbeloa o Lucía Martínez, o las trompetistas Andrea Motis, Elsa Armengou o Alejandra Artiel que un día quisieron unirse para formar la venturosa Clasijazz Valparaíso Big Band.

Y acá, más cerca, recuerdo a Eva García, jovencísima clarinetista de la extinta UAL Jazz Band, y a la también clarinetista, a la trombonista, a la flautista y a la contrabajista de la Jaén Jazzy Big Band, y a las cantantes Isabel López, Chelo García, Patricia Rodríguez, Yoio Cuesta, Ruth Becerro o Magdalena Crespo…

Pero no es ahora tiempo ni lugar de recuentos —llevaría años— sino de celebrar la presencia mujeres que tras un largo y azaros camino de lucha por sus derechos pueden tratarse de tú a tú con los hombres, incluso sobrepasarlos. Y es también la historia de Christina Dahl y de las mujeres de Sophisticated Ladies. Es la historia de un sueño hecho realidad.

Ojalá ese sueño anide en las mentes de infinidad de niñas, y niños, del mismo modo que apresó a Lisa Simpson, la única normalita en una familia friki, o viceversa, que se aferró al saxo intentando emular al gigante Sonny Rollins

—¡Hey, Baby! ¡Toquemos juntos el blues!…

—Oh, Yes…

Sueños siempre tan ciertos como la áspera realidad y que a cada tanto me asaltan en la soledad de la noche y sueño que sueño asistir a una de las frecuentes pero furtivas irrupciones de Lisa ‘Rollins’ Simpson en esta misma sala donde al cabo de unos instantes —y sirva a modo de presentación— tendremos a la saxofonista Christina Dahl en compañía de las Sophisticated Ladies…

Y al fin, cuando todo haya concluido y solo queden en la sala algunos rezagados y desde luego yo, Lisa aparecerá para entonar en su saxo la vibrante promesa de esperanza y futuro que late en ¡Now’s the Time!

https://youtu.be/ryNtmkfeJk4

*Recomendaciones

Tema recurrente el de la mujer en el jazz —sus contribución, lucha por la igualdad, respeto, visibilidad…— sobre el que ha ido sumándose una significada bibliografía, entre la que me gusta señalar dos estudios recientes de gran alcance. El primero, ya reeditado en varias ocasiones, Women in Jazz: Musicality, Feminity and Marginalization (Routledg, 2021) en la que Maria Buscatto, profesora de Sociología de la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne, analiza a fondo la situación de la jazzwomen en la escena francesa —y por ende, extensiva a cualquier territorio y, el segundo, Freedom of Expression: Interviews with Women in Jazz (Beckeresque Press, 2015) en el que el escritor y compositor desarrolla la obvia premisa de que la contribución de la mujer al jazz —como en toda forma de expresión— siempre ha existido tornándose más evidente a medida que se han ido derribando las ligaduras del patriarcado religioso secular

*Old Impressions: edición digital de programas de mano y otros textos publicados solo en papel. Texto de presentación del concierto de Sophisticated Ladies & Christina Dahl. Clasijazz, 11 de marzo de 2015. Corregido y actualizado: como en el jazz la fidelidad con el original no es de obligado cumplimiento.

©José Santiago Lardón Santi (11.03.2015)

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