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Clasijazz Quintet plays «Speak No Evil» de Wayne Shorter


- 19 marzo, 2022 - 0 comments

José Carlos Hernández (trompeta, fiscorno) Antonio González (saxo alto y tenor)

Daahoud Salim (piano) Bori Albero (contrabajo) Miguel Canale (batería)

Clasijazz, domingo, 27 de marzo de 2022. 18:00 H.

Wayne Shorter

«No me imaginaba otro futuro que no fuera el de ser músico» Wayne Shorter.

Wayne Shorter (Newark, New Jersey, 1933). Saxo tenor y soprano, compositor. Conoció el jazz gracias a los programas de radio que su padre escuchaba a la vuelta del trabajo. Así descubrió el be bop y a grandes maestros como Bud Powell, Monk, Parker y a los padres del tenor Coleman Hawkins, Lester Young. Su destino vital estaba marcado:

«Mi interés siempre estuvo vinculado a la música. No me imaginaba otro futuro que no fuera el de ser músico»

A los 16 años comenzó a tocar el clarinete, pero al final de la adolescencia cambió al saxo tenor, antes de ingresar en la Universidad de Nueva York en 1952, donde se graduó en educación musical en 1956. Mientras estudiaba tocó en varias bandas, entre ellas y durante un breve periodo con la del pianista Horace Silver, hasta que fue reclutado para el servicio militar. Para entonces su dieta musical era la misma que escuchaba en la radio en su infancia, especialmente a Dizzy Gillespie:

«Dizzy era mi ídolo. Conocía de memoria todos sus discos, los adoraba».

 Y entre los saxofonistas, su modelo de referencia era Lester Young:

«En 1956 estaba en el ejército y viajé a Toronto para disfrutar de unos días de permiso y allí me encontré con que Lester estaba tocando en una bar de la ciudad. Naturalmente, fui a escucharle… Entonces viví una de las experiencias más impactantes de toda mi existencia, simplemente hablando y bebiendo coñac con el gran Lester Young. Unos meses después murió».

Afinidad con John Coltrane

A finales de los cincuenta se estableció en Nueva York donde se convirtió en habitual de los escenarios de la ciudad: «Iba de jam sessions en jam sessions dispuesto a tocar con quien fuera». En una de aquellas sesiones improvisadas conoció a John Coltrane, convirtiéndose en uña y carne:

«Pasábamos horas hablando de filosofía, de la vida, y muy poco o nada sobre música».

Las ideas de Coltrane, siete años mayor, ejercieron una profunda influencia y le permitieron desarrollar muchos enfoques teóricos sobre la música, así como a encontar un algo —«Daba vueltas a la cabeza buscando algo, solo que no sabía que era» y ese algo era hallar más espacio para improvisar en la exposición de la melodía antes de iniciar los solos y que ese punto de partida fuera rítmicamente más libre, en palabras de Coltrane.

Jazz Messengers

Cumplido su compromiso con el ejército se unió a la banda de Maynard Ferguson en la que conoció al pianista Joe Zawinul. Debutó discográficamente en el álbum del pianista Wynton Kelly Kelly Great (Vee-Jay, 1959) grabado en agosto de 1959 y un mes más tarde actuó como cabeza de cartel junto a John Coltrane acompañados por un puñado de jóvenes valores del jazz —Cedar Walton, Elvin Jones y el trompetista Freddie Hubbard. A los pocos días, Shorter recibió su primera oferta de trabajo del legendario baterista y líder de The Jazz Messengers, Art Blakey. No se lo pensó dos veces. Con los Messengers permaneció tres años, hasta 1963, ejerciendo como director musical y compositor principal. Durante este tiempo Shorter y Lee Morgan formaron una de las front lines más formidables de la dilatada historia de los Messengers: al empuje y la compenetración casi milagrosa entre ambos instrumentistas se unía la brillantez de las composiciones y arreglos del primero. Aun así, el saxofonista nunca llegó a sentirse a gusto en aquella formación, y lo que para cualquier músico hubiera supuesto la culminación de un sueño, para Shorter se tradujo en un sentimiento de frutración a pesar de asumir las funciones de director musical y compositor principal. Se sentía constreñido por un marco musical demasiado estricto:

«Necesitaba nuevos retos y la música que tocaba con Blakey no me los proporcionaba».

Una apreciación señalada por Miles Davis: «El hecho de tocar con Art Blakey y ser el director musical de la banda significó para él, de algún modo, un paso atrás».

A pesar de ello, de que la música del grupo le parecía poco sofisticada, su permanencia le sirvió para ponerle en contacto con las raíces del jazz —blues, góspel—, dotándole de recursos para posteriores desarrollos artísticos a lo que contribuyó en gran medida el lavado de cara que Blakey llevó a cabo en 1961, con la incoporación de Curtis Fuller, Cedar Walton y Freddie Hubbard en sustitución de Golson, Timmons y Morgan. La incorporación de estos intérpretes afines a sus gustos musicales le abrió un campo de nuevas posibilidades que se refleja, por ejemplo, en álbumes como Mosaic (1961) donde da muestras de su talento como intéprete y compositor (“Children of the Night”).

Con los Jazz Messengers participó en la grabación de una veintena de álbumes y, lo más importante, debutó como líder para el sello de Chicago Vee-Jay varios álbumes: su debut Blues a la Carte (1959), Second Genesis (1960) y Wayning Moments (1962) para los que contó con músicos como Lee Morgan, Freddie Hubbard, Wynton Kelly, Art Blakey, Paul Chambers o Jimmy Cobb.

Miles Davis

Esencial en su carrera fue su etapa (1964-1970) como miembro del que sería segundo gran quinteto de Miles Davis en sustitución de John Coltrane que había decidido abandonarlo y emprender carrera en solitario.

Fueron necesarios varios intentos por parte de Davis para convencerlo pero al fin se unió en septiembre de 1964 completando la formación del quinteto de mayor impacto de la historia del jazz y referente para la generación de los años 80. El resto lo formaban musicos de altísimo nivel: Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams. El interés de Davis por Shorter para su futuro:

«Wayne siempre había sido el tipo de persona que experimenta con las formas, no el que lo hace prescindiendo de ellas. Deseaba tocar más libre de lo que podía hacerlo en la banda de Art, pero tampoco quería ir demasiado lejos. Por esa razón pensaba que sería perfecto para el objetivo que quería alcanzar con mi música»

Por esas fechas Shorter ya ocupaba una posición de cierta relevancia en la escena jazzística, en gran medida a raíz de firmar con el sello Blue Note. En abril grabó su primer álbum, Night Dreamer, al que siguió Juju, en agosto de ese mismo año. En ambos, le acompañan los miembros de la sección rítmica de Coltrane —McCoy Tyner, Reggie Workman y Elvin Jones—, algo que puede dar una idea de hasta qué punto su música, pero no solo eso, estaba influenciada por cuanto le llegaba de su camarada y maestro.

Con Davis permaneció hasta 1970 y se convirtió en el compositor más prolífico de la banda, contribuyendo con temas como “ESP”, “Pinocchio”, “Nefertiti”, “Sanctuary”, “Footprints”, “Fall” y la marca de la firma de Miles, “Prince of Darkness”. Y destacados álbumes como Miles In Berlin (1964), E.S.P. (1965), Miles Smiles (1966), Nefertiti (1967) o Sorcerer (1967)

Las contribuciones de Shorter fueron importantes para el quinteto de Davis, que experimentó una expansión en los parámetros jazzísticos muy innovadores, comparables a los cambios del bebop en los 40. Su influencia  en su maestro se plasman en Miles in the Sky y Filles de Kilimanjaro (ambos de 1968), que incorporaban elementos comunes en el rock: teclado, la guitarra y el bajo eléctrico. Al año siguiente participó en el álbum considerado fundacional del jazz eléctrico, el extraordinario In a Silent Way (Columbia, 1969), reafirmado con el también sensacional doble álbum Bitches Brew (1969).

Fue durante este periodo con Davis y su transición del jazz acústico post bop al jazz electrónico cuando Shorter adoptó además el saxo soprano —finales de 1968— cuyo timbre le resultó más adecuado que el del tenor para expresar sus nuevas ideas y horizontes musicales.

Solista de Blue Note

Al margen de su labor con el quinteto de Davis, durante este periodo continuó su labor como líder prolífico para el sello Blue Note, ampliando su paleta del hard bop hasta casi a la vanguardia atonal, con interesantes excursiones al territorio del jazz rock hacia el cambio de década.

Ya hemos mencionado su álbum debut con la discográfica y cabe señalar la docena de álbumes grabados con el sello azul: Ju Ju (1964), Speak No Evil (1966), The Soothsayer (1965), Etcetera (1965), The All Seeing Eye (1965), Adam’s Apple (1966), Schizophrenia (1967), Super Nova (1969), Moto Grosso Feio (1970) y Odyssey of Iska (Blue Note, 1970)

Weather Report

En 1970 dejó a Davis y en noviembre se asoció con su antiguo amigo Joe Zawinul para fundar Weather Report, banda pionera de la nueva corriente de jazz-rock que concitó gran éxito de público y crítica. Por ejemplo el álbum Heavy Weather (1977) —más de 1 millón de copias y 5 nominaciones a los Grammy de 1978— incluye el tema de Zawinul “Birdland”, hoy señalado estándar del jazz.

La banda fue fuente de inspiración y génesis de numerosas grupos de jazz fusion, aunque quizás su mayor virtud fue la capacidad del grupo para absorber la calidad individual de sus miembros en beneficio del colectivo. A título meramente informativo solo señalar la calidad de algunos de ellos: contrabajistas como Miroslav Vitous primero, el joven Jaco Pastorius después y luego Victor Bailey, percusionistas como Airto Moreira, Dom Um Romao, Alex Acuña o Mino Cinelu o los baterías Omar Hakim o Peter Erskine, entre otros muchos que se fueron sucediendo a lo largo de la existencia de la banda.

Periodo importante y un paso más en la carrera de Shorter que amplió aún más su ámbito musical, en especial por su querencia por formas musicales más libres y dando rienda suelta a su gusto por el exotismo musical, con especial énfasis en lo oriental,  como fuente de orientación. Tanto como intérprete como compositor y tras unos inicios feroces, fue transformándose en una expresividad más suave y concisa, más melódica y de manera paulativa se fue plegando a los conceptos de Zawinul. Durante este periodo tocó preferentemente el soprano aunque a finales de su estancia en la banda retomó el tenor.

En febrero de 1986 abandonó la banda para centrarse en su trabajo en solitario. Ante la negativa de Shorter a que se siguiera utilizando el nombre, Zawinul siguió al frente, ahora bajo el nombre de Weather Update con antiguos miembros como Victor Bailey, Mino Cinélu o Peter Erskine  e incorporando al guitarrista John Scofield.

Carrera como líder

Tras el abandono de Weather Report y aún comprometido con la electrónica y la fusion, desplegó un amplio abanico de actividades a su nombre y en colaboración con otros proyectos.

Curiosamente, durante su periodo con la banda, su labor como líder quedó ralentizada hasta la aparición del atípico álbum Native Dancer (Columbia, 1974) atractivo viaje al tropicalismo brasileño-estadounidense junto al compositor y cantante Milton Nascimento y con la colaboración de músicos como Hancock, el guitarrista David Amaro o el percusionista Airto Moreira. Es su primer álbum como líder en 14 años —desde Odyssey of Iska (Blue Note, 1970)—, interesante fusión de jazz y música popular brasileña.

Durante este periodo cabe destacar colaboraciones en proyectos de una gran diversidad estilística, incluidos artistas ajenos a la escena del jazz como Joni Mitchell, Pino Daniele, Carlos Santana o el mencionado Milton Nacimiento, entre otros.

En 1988 participó en una gira del guitarrista Carlos Santana —que ya intervino en This Is This! (1985), último álbum de Weather Report— publicada como Montreux 1988. Más que curiosa, empática, fue su extensa colaboración —entre 1977 y 2002— con la cantante Joni Mitchell que supuso ganar una más amplia audiencia. Citar álbum Mingus.

En el ámbito jazzístico tocó y grabó como líder o en sesiones con músicos como Lee Morgan, Grahan Moncour III, Bobby Timmons o con Freddie. Hubbard en una breve gira con exmiembros del quinteto de Miles Davis que con el nombre de VSOP reunía a sus colegas Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams, suerte de viaje al pasado de los años 70, experiencia que repetiría años después, ahora con el trompetista Wallace Roney y el VSOP como sección rítmica, A Tribute to Miles (Qwest, 1994).

Además ejerció una gran labor como descubridor de nuevos talentos, en especial femeninos: la pianista Geri Allen, la baterista Terri Lyne Carrington o la percusionista Marilyn Mazur, entre otras.

Aún manteniendo su compromiso con la electrónica y la fusión, sus composiciones de este periodo se caracterizaban por un ritmo suave y arreglos armónicamente complejos.

Entre 1985 y 1988 publicó con el sello Columbia tres álbumes —Atlantis (1985), Phantom Navigator (1987) y Joey Ryder (1988)— en formaciones amplias que incluían músicos de diversa adscripción estilistica e instrumentos eléctricos. En el primero, Atlantis, su primer álbum solo desde 1974 —11 años—, contó además con un amplio elenco de cantantes —Diana Acuña, Dee Dee Bellson, Nani Brunel, Trove Davenport, Sanaa Larhan, Edgy Lee, Kathy Lucien—, incluye composiciones de un alto nivel y arreglos grupales y temática, que giran entre los ritmos brasileños y funk e instrumentación eléctrica y acústica. Alguno temas seguirían formando parte de su repertorio  hasta bien avanzada la decada de 2010. En Phantom Navigator le acompañan músicos como Chick Corea, John Patitucci o Alphonso Mouzon con un Shorter alternado soprano y tenor con el lyricon. Recibió algunas severas críticas al considerarlo un trabajo de puro nivel técnico y a veces de una sonoridad demasiado mecánica.

Joy Ryder de nuevo con una formación amplia —trío básico con la teclista Patrice Rushen, el bajista Nathan East y la baterista Terri Lyne Carrington— e invitados como Hancock, Geri Allen, Darryl Jones o la vocalista Dianne Reeves— fue también criticado como decepcionante y carente de la originalidad y aventura de sus trabajos de la década de los 60.

Tras nuevo un silencio discográfico —ahora de 7 años—, regresó a la escena con el álbum High Life (Verve, 1995), considerado como un cierto distanciamiento de los grabaciones de jazz fusion realizadas tras dejar Weather Report, en especial por el uso más sutil de los instrumentos sintentizados y por la mayor compejidad de las 9 composiciones incluidas. Es la primera y única ocasión en la que además de sus habituales saxo soprano y tenor, toca el alto y el barítono. Destaca la especial contribución de la teclista Rachel Z tanto en la orquestación como en el diseño del sonido del álbum, así como la de músicos habituales de esta época como David Gilmore, Marcus Miller, Terri Lyne Carrington o Airto Moreira, entre otros. El álbum recibió el premio Grammy al mejor álbum de jazz contemporáneo en 1997.

Dos años después y de nuevo con Hancock, pero ahora a dúo, apareció el esperado álbum 1+1, con composiciones de ambos. La canción original de Shorter “Aung San Suu Kyi” —en homenaje a la activista de la prodemocracia birmana ganó un Grammy.

Footprints. El cuarteto

En 2000 formó su primer grupo acústico permanente a su nombre junto al pianista Danilo Pérez, el contrabajista John Patitucci y Brian Blade a la batería, con un repertorio original y en muchos caso reelaboración temas que se remontan a la década de los 60. Publicó cinco álbumes, cuatro recogían conciertos —Footprints Live (Verve, 2001, 2002); Beyond the Sound Barrier (Verve, 2002-2004, 2005); Without a Net (Blue Note, 2010, 2013) y Emanon (Blue Note, 2018), triple álbum que incluye grabaciones en directo y una sesión de estudio del cuarteto con la Orquesta de Cámara Orpheus de 34 miembros y sólo uno en estudio, Alegría (2003).

Footprints Live! (Verve, 2002), fue el álbum presentación del cuarteto y recoge diversas actuaciones en directo en varios festivales de jazz de 2001, entre ellas en el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. Incluye composiciones propias, salvo su versión del Vals Triste de Sibelius, como “Mescalero”, “Sanctuary”, “Footprints”, “Juju” o “Rock-A-Bye Baby”.

Alegría (Verve, 2003) su primer álbum de estudio en diez años —desde Hig Life—, el cuarteto —como tal solo en 3 temas— contó con la colaboración de un amplio elenco de músicos ——el pianista Brad Mehldau, los trompetistas Chris Gekker, Lew Soloff  y Jeremy Pelt, el saxofonista Chris Potter o el percusionista Alex Acuña, entre otros—. Celebrado por la crítica que señaló que de nuevo volvía a estar en forma, elogiando la asombrosa diversidad del material así como la libertad imaginativa y de altos vuelos propios del nivel interpretativo de Shorter y que el álbum era un testimonio más que convincente de que su creatividad artística permanecía intacta. Presenta composiciones reelaboradas de su periodo con Miles Davis, nuevas como “Sacajawea”, “Orbits”, “Capricorn 2” y arreglos de temas brasileños como “Vendiendo Alegría”. El álbum recibió dos Grammys en 2004: mejor álbum instrumental de jazz y mejor composición por “Sacajawea”.

Beyond the Sound Barrier (Verve, 2005) recoge grabaciones de conciertos celebrados por el cuarteto entre 2002 y 2004 en giras por Europa, América y Asia. Recibió un Grammy en 2006 como mejor álbum instrumental de jazz. La crítica lo celebró, señalando que aporta algunas nuevas melodías cargadas de misterio bajo títulos largos de resonancia cósmica, entre las que destaca la canción que da título al álbum. Para muchos es una muestra más de su renacer artístico. Señalar además que las actuaciones no siguen el modelo habitual de melodía-solos-melodía —evitando casi por completo los solos individuales—, sino de modo interactivo a modo de conversación musical entre cuatro socios iguales, con perfecta cohesión y exquisita sensibilidad. El álbum recibió el Grammy 2006 al mejor álbum de jazz instrumental.

Without a Net (Blue Note, 2013). Contiene ocho pistas grabadas durante la gira europea de finales de 2011, de ellas seis composiciones originales. De nuevo la crítica se volcó en elogios, considerando al álbum como una manifestación del rico legado de un auténtico gigante musical, que a sus 80 años aún no ha terminado de explorar y que ahora parece decir todo lo que debe decir, donde estuvo el jazz y donde ha de estar en la actualidad. Extraordinarias interpretaciones a cargo del cuarteto pero sobre todo unas composiciones de primer nivel que suenan no solo nuevas y contemporáneas sino, a veces, futuristas. Recibió el Grammy 2014 al mejor solo instrumental de jazz por el tema “Orbits”

Emanon (Blue Note, 2018). Obra monumental y de contenido conceptual que reúne música y una novela gráfica. La música se recoge en tres discos, el primero incluye la suite homónima grabada en estudio 2013 por el cuarteto y con la Orpheus Chamber Orchestra, compuesta por cuatro movimientos —“Pegasus”, “Prometheus Unbound”, “Lotus” y “The Three Marias”—, los otros dos recogen interpretaciones en directo del cuarteto en 2016.

La novela gráfica es una extensa narración de 74 páginas escrita por Wayne Shorter junto a la guionista Monica Sly, ilustrada por Randy DeBurke y prólogo de la contrabajista Esperanza Spalding. Estructurada en cuatro apartados relacionados con los movimientos de la suite, narra las aventuras de un personaje aventurero llamado Emanon, al igual que la suite y el cómic. El título EmanonNo Name, escrito al revés— hace referencia a una antigua composición de Dizzy Gillespie por quien Shorter sentía honda admiración desde los inicios de su carrera.

La obra está inspirada en el concepto de multiverso —cuatro mundos que coexisten simultaneamente, precisamente el mismo número que los movimientos de la suite— a través de los que viaja el protagonista, un filósofo rebelde, difundiendo un mensaje de verdad y empoderamiento y luchando contra los poderes del mal, una clara alusión a la opresión distópica con tintes de fantasía futurista fundamentada en los conocimientos y experiencias budistas de Shorter, tal como confesó en su biografía —Footprints. The Life and Work of Wayne Shorter, escrita por la periodista Michelle Mercer—: «En este punto estoy buscando expresar la eternidad en la composición».

En este sentido cabe recordar la afición a la ciencia ficción y a los cómics desde su juventud y que a los 15 años dibujó su primera historieta con bolígrafo de tinta azul.

La obra apareció en septiembre de 2018, poco después de su 85 cumpleaños y recibió un Grammy al mejor álbum instrumental de jazz.

Una biografía

Sorprende que siendo considerado junto a Herbie Hancock el mejor compositor estadounidense de jazz vivo se haya escrito muy poco de interés sobre su música: apenas algunos artículos y las habituales notas que acompañan a sus álbumes. La biografía escrita por la periodista Michelle Mercer —  Footprints. The Life and Work of Wayne Shorter, Tarcher/Penguin, 2005— es un intento loable de análisis de su carrera musical y de sus pensamientos y creencias budistas, pero poco dice sobre su música. La razón acaso resida en que su música es tan compleja en su concepción que resulta difícil escribir de forma significativa sobre ella. La biografía de Mercer, con prólogo de Shorter y prefacio de Herbie Hancock, Mercer repasa la vida del gran saxofonista como si de una novela romántica se tratase, ahondando en las revelaciones ocurridas en la vida de Shorter y en su profunda incursión en la religión budista. Profundiza en el anecdotario personal, exaltando su áurea mística, pero elude cualquier tipo de análisis musical, ni incluye una discografía.

Compositor

«Componer, improvisar… ¿Dónde está la diferencia» Wayne Shorter

En la música de Shorter, la forma —composición— y el desarrollo —ejecución— se integran en un todo indisoluble: «Sus composiciones nunca resultaban artificiales o académicas, más bien parecen brotar como frases espontáneas improvisadas que se les deja crecer por sí mismas a su antojo» (Melody Marker). De ahí la conocida afirmación de Shorter: «Yo diría que componer es improvisar a velocidad reducida». Con el tiempo, la crítica hablará del músico como un compositor cuya materia prima es, precisamente, la improvisación —«cada vez más, pienso como un compositor al improvisar»—, el «sublime arquitecto musical cuyas ejecuciones muestran una acusada tendencia al minimalismo». Down Beat).

Aún en activo y con su creatividad intacta —aunque ahora acosado por la enfermedad, ha abandonado los escenarios para centrarse en la composición—Shorter es sin duda uno de los más destacados innovadores de la historia del jazz y su influencia ha sido decisiva en los músicos del hard bop y del jazz fusion. Su curiosidad le ha convertido en uno de los músicos más imaginativos por su afán de constante búsqueda de nuevos horizontes pero siempre conservando lazos de identidad con el pasado, con la tradición, posible gracias a sus amplios conocimientos musicales. Y ello desde los inicios de su carrera, desde sus primeros albumes para Blue Note en la década de los 60, en su labor como miembro de Messengers de Blakey, en su militancia en el segundo gran quinteto de Miles Davis, durante su etapa con Weather Report, y desde luego en su renacimiento con el nuevo milenio al frente de su cuarteto. Su huella dejó profundo y prolífico rastro en cada uno de esos momentos, dando muestras de que su inspiración creativa no esta agotada, sino que renace una y otra vez ave fénix con nuevos mensajes cargados de futuro:

«Se trata de tocar una música que no suene a conocido, que no resulte familiar. Es una suerte de impulso que te obliga a no bajar la guardia e ir siempre un paso más allá de tus propias posibilidades, como si te retaran a ver si eres capaz de entender el sentido de la vida, y el de la muerte. Por eso mi música no tiene ni principio ni final, porque no creo en las palabras comienzo y final». Wayne Shorter

Desde la influencia coltraniana de sus inicios —nitidez en el ataque de las notas, frases largas, acentuados contrastes, uso del paroxismo—, hasta la elaboración de un lenguaje personal caracterizado por su fraseo cargado de lirismo y dulzura, puntuación en falsete, la posterior utilización del soprano y de instrumentos electrónicos —como el lyricon, saxo electrónico más agudo que el soprano—, más afines para sus incursiones en el jazz fusion

Pero sobre todo destaca por su preocupación cómo organizador de sonidos que le llevan hacia la creación plurivocal y por la perfección del montaje en aras de unir belleza y modernidad, crear música atemporal o, mejor dicho, del mañana.

Es debate habitual si su impacto en el jazz es debido más a su labor como compositor o como saxofonista, pero lo que resulta evidente es que es una de las principales figuras de finales del siglo XX y principios del XXI.

Sus composiciones son concebidas con esmero, complejas, largas y sinuosas, sutiles pero a la vez cargadas de fuerza, muchas hoy estándares del jazz —y ello desde sus primeras grabaciones para Blue Note, o como miembro de los Messengers, o del quinteto de Miles Davis, o con Weather Report, o las escritas para su cuarteto del nuevo milenio, en especial las recogidas en el álbum Emanon—. Y en todas esas etapas siempre mostró los dos polos que caracteriza su personal labor como compositor: sus inigualables dotes como letrista y su osado afan de investigador tonal que echó mano de todo cuanto había aprendido del jazz y lo aplicó para abrir nuevas posibilidades creativas:

Speak No Evil

Sexto álbum de Shorter como líder y tercero para Blue Note —aunque grabado en 1964 no se publicó hasta 1966—. Entonces era miembro del segundo gran quinteto de Miles Davis. Intérpretes: Freddie Hubbard (trompeta) Wayne Shorter (saxo tenor) Herbie Hancock (piano) Ron Carter (contrabajo) Elvin Jones (batería). Composiciones originales de Wayne Shorter: Witch Hunt, Fee-Fi-Fo-Fum, Dance Cadaverous, Speak No Evil, Infante Eyes, Wild Flower.

Con una portada inquietante en la que aparece su mujer Teruka (Irene) Nagakami, está considerado como uno de sus mejores álbumes por la crítica especializada: «Con mucho su disco más satisfactorio». The Penguin Guide to Jazz. «Consolidación de la excelencia compositiva de Shorter. Es completo, consistente y amplio. Casi un manifiesto de sus ideas. Unas ideas que eran nuevas hace 40 años y aún lo son hoy». Murray Horwitz (2001). «Álbum clásico en términos de composición e improvisación y fuente de inspiración para muchos músicos». Ian Carr.

Ben Ratliff, prestigioso crítico de New York Times, lo incluyó en su publicación Jazz: A Critic’s Guide to the 100 Most Important Recordings, afirmando que ofrece «la primera muestra de un estilo compositivo gnómico que perseguiría al jazz para siempre. […] Casi todo el mundo que toca jazz nacido en la década de 1950 y después lo acepta como base».

Cuando grabó el álbum ya había realizado ese año dos destacados para Blue Note —Night Dreamer y Juju, grabados a principios de 1964— y desde hacia un par de meses formaba parte del quinteto de Miles Davis. Si en los anteriores recurrió a acompañantes a habituales de Coltrane —Tyner, Workman y Jones—, ahora, conservando a Jones, buscó entre sus compañeros del quinteto de Miles —Herbie Hancock y Ron Carter— y al trompetista Freddie Hubbard. En los citados álbumes ya mostraba un especial talento como compositor —por ejemplo con originales como “Juju” o “Yes and No”—, y sin duda podrían incluirse en la categoría de álbumes de referencia, se podría decir que aún estaba calentando motores para la sesión que daría lugar a Speak No Evil. Estaba dispuesto a darlo todo, a dar un paso más, acaso el definitivo, al futuro.

Considerado injustamente como discípulo aventajado de Coltrane, esta grabación logró por fin la merecida revalorización de su trabajo anterior. Solo le faltaban la composiciones adecuadas y para tal fin creó una colección de canciones que giraban en torno a una temática —al igual que hizo Coltrane para su célebre A Love Supreme, grabado ese mismo mes—, aunque de una forma más vaga. Una temática en la que refleja sus particulares inclinaciones esotéricas. Así lo explica en confesión que recoge Don Heckman, autor de las notas que acompañaban al álbum:

«Cuando escribí estas piezas imaginé un mundo de paisajes brumosos con flores silvestres y extrañas formas imaginadas, el tipo de lugares donde nacen el folclore y las leyendas, y en cosas como la quema de brujas y los cuentos de hadas».

Unas imágenes oníricas como motor que orientó la base de unas armonías oscuras pero nunca melancólicas, que flotan con libertad y cuyo sentimiento misterioso es complementado por el poderoso swing de Ron Carter y Elvin Jones, algo especialmente expresivo en temas como “Witch Hunt” o “Speak No Evil”.

Pero no todas son imágenes basadas en la magia negra, o en los cuentos de hadas, o en las ensoñaciones de la mente de Shorter…

Guía de escucha

Withch Hunt

En sentido literal cacería de brujas. El título sugiere una canción cargada de drama y socuros presentimientos que Shorter lleva a cabo con el uso de ideas jazzísticas anteriores incorporando otras nuevas para crear algo fresco, cerebral y visceral. Tras su apariencia convencional, el tema esconde —según Kinblerly K. Thomas— “un mundo de progresiones armónicas inesperadas”.

Fee-Fi-Fo-Fum

La composición toma el título del conocido cuento infantil Las habichuelas mágicas. De nuevo, tras lo que parece un blues mezcla de hardbo y jazz modal, se esconde un sustrato armónico rico en sugerencias y matices, creadno la ilusión de una banda de más miembros. Destaca la muy swingeante intervención de los vientos tocando detrás del tiempo.

Dance Cadaverous

Título inspirado en una vieja fotografía en la que aparece un grupo de estudiantes de medicina alrededor de un cadáver. El motivo melódico esta tomado del Valse Triste de Jean Sibelius, pieza que el saxofonista incluiría en su siguiente álbum, The Soothsayer. Shorter, en su solo, se muestra evasivo, escurridizo…: «Improvisar es huir de todo lo que a uno le resulta familiar, olvidarse de las lecciones de música, aceptar la incertibumbre. No tocar 1+1=2, no saber que, si hago esto, lo próximo va a ser necesariamente esto otro». Shorter.

Speak No Evil

El tema que da título al álbum surge de la fascinación de Shorter por el concepto de causa y efecto: «Esta pieza trata acerca de la cautela, ten cuidado sobre lo que dices: lo que sale de tu boca puede producir efectos terribles o beneficiosos». En su solo Wayne se asoma a los límites de la atonalidad: «El clima al que llega Wayne es prácticamente orgásmico» (Kinblerly K. Thomas). De nuevo, la forma aparentemente inocua de la composición contribuye a generar un clima de engañosa simplicidad: «Los crescendos entre Shorter y Hubbard están tan bien ejecutados que resulta difícil de creer que allí haya dos instrumentos de viento y no uno solo». (Kinblerly K. Thomas).

Infant Eyes

Única excepción a la temática esotérica y oscura. Una hermosa balada que es, además, una celebración de la vida dedicada a su hija Miyako: «Veía toda la infancia en los ojos de Miyako, a todos los que alguna vez fueron sido niños». Consiste principalmente en una larga e inquietante exposición de Wayne al saxofón con una coda de Herbie Hancock, y en la que el solo de Shorter se mantiene fuera de los lugares comunes en la intepretación de baladas

Wild Flower

Siguiendo el modelo coltraniano (“Moment’s Notice”), Shorter desarrolla una línea melódica única sobre una base armónica cambiante. En algún sentido, el espíritu de Wild Flower marca el final de una era en la música de Shorter. Apenas cinco meses después, Herbie Hancock regresaría al estudio para grabar Maiden Vogage, disco que ha sido considerado como “el hermano luminoso” de Speak No Evil.

*

Speak No Evil, junto a su hermano gemelo Maden Voyage de Hancock y Nefertiti de Miles Davis son tres de los álbumes seminales de la década de 1960.

Álbum, en definitiva, fresco pero arrogante, moderno pero consciente de la majestuosidad del jazz que lo precedió, Speak No Evil, como todos los discos magistrales, es el resultado de la perfecta confluencia de sincronización y empatía entre los intérpretes.

Discografía esencial

Como líder

  • Blues à la Carte (Introducing Wayne Shorter (Vee-Jay, 1959): Lee Morgan (tp) Wayne Shorter (st) Wynton Kelly (p) Paul Chambers (b) Jimmy Cobb (d).
  • Second Genesis (Vee-Jay, 1960, 1974): Wayne Shorter (st) Cedar Walton (p) Bob Cranshaw (b) Art Blakey (d).
  • Wayning Moments (Wee-Jay, 1962): Freddie Hubbard (tp) Wayne Shorter (st) Eddie Higgins (p) Jymie Merritt (b) Marshall Thompson (d).
  • Night Dreamer (Blue Note, 1964): Lee Morgan (tp) Wayne Shorter (st) McCoy Tyner (p) Reggie Workman (b) Elvin Jones (d).
  • Ju Ju (Blue Note, 1964): Wayne Shorter (st) McCoy Tyner (p) Reggie Workman (b) Elvin Jones (d).
  • Speak No Evil (Blue Note, 1964, 1966): Freddie Hubbard (tp) Wayne Shorter (st) Herbie Hancock (p) Ron Carter (b) Elvin Jones (d).
  • The Soothsayer (Blue Note, 1965, 1979): Freddie Hubbard (tp) James Spaulding (sa) Wayne Shorter (st) McCoy Tyner (p) Ron Caarter (b) Tony Williams (d).
  • Etcetera (Blue Note, 1965, 1980):Wayne Shorter (st) Herbie Hancock (p) Cecil McBee (b) Joe Chambers (d).
  • The All Seeing Eye (Blue Note, 1965, 1966): Freddie Hubbard (tp, fs) James Spàulding (sa) Grachan Moncur III (tb) Wayne Shorter (st) Herbie Hancock (p) Ron Carter (b) Joe Chambers (d) Alan Shorter (fs, 5).
  • Adam’s Apple (Blue Note, 1966, 1967): Wayne Shorter (st) Herbie Hancock (p) Reggie Workman (b) Joe Chambers (d).
  • Schizophrenia (Blue Note, 1967, 1969): Wayne Shorter (st) Curtis Fuller (tb) James Spaulding (sa, fl) Herbie Hancock (p) Ron Carter (b) Joe Chambers (d).
  • Super Nova (Blue Note, 1969): Wayne Shorter (st) John McLaughlin (g) Sonny Sharrock (g) Chick Corea (d, vib) Miroslav Vitous (b) Jack DeJohnette (d) Airto Moreira (perc) Walter Booker (g) Maria Booker (v) Niels Jakobsen (clave).
  • Moto Grosso Feio (Blue Note, 1969, 1974): Wayne Shorter (ss, st) John McLaughlin (g) Chick Corea (d, perc) Ron Carter (b, cello) Dave Holland (b) Jack DeJohnette (d) Miroslav Vitous (b) Micheline Pelzer (d, perc).
  • Odyssey of Iska (Blue Note, 1970, 1971): Wayne Shorter (ss, st) Gen Bertoncini (g) Ron Carter (b) Cecil McBee (b) Billy Hart (d) Alphonse Mouzon (d) Frank Cuomo (d, perc) David Friedman (vib, mar).
  • Native Dancer (Columbia, 1974, 1975): Wayne Shorter (ss, st) Milton Nascimento (g, v) David Amaro (g) Jay Graydon (g) Herbie Hancock (p, tec) Wagner Tiso (org, p) Dave McDaniel (b) Robertino Silva (d) Airto Moreira (perc).
  • Atlantis (Columbia, 1985): Wayne Sorter (ss, st) Jim Walter (fl) Yaron Gershovsky (p) Michiko Hill (p) Joseph Vitarelli (p, tec) Michael Hoening (sint) Larry Klein (b el) Ralph Humphrey (d) Alex Acuña (d, perc) Lenny Castro (perc) Diana Acuña, Dee Dee Bellson, Nani Brunel, Trove Davenport, Sanaa Larhan, Edgy Lee, Kathy Lucien (v).
  • Phantom Navigator (Columbia, 1986, 1987): Wayne Shorter (ss, st, lyricon, v) Chick Corea (p) Jeff Bova (sint) Jim Beard (sint) Michel Forman (sint) Stu Golddeg (sint, p el) John Patitucci (b) Alphonso Mouzon (b) Gary Willis (b el) Tom Brechtlein (d) Jimmy Bralowr (d) Scott Roberts (perc) Ana Maria Shorter (v) Gregor Goldber (v).
  • Joy Ryder (Columbia, 1988): Wayne Shorter (ss, st) Patrice Rushen (p, sint) Geri Allen (p, sint) Herbie Hancock (sint) Nathan East (b el) Daryl Jones (b el) Terri Lyne Carrington (d) Frank Colon (per) Dianne Reeves (v, 7).
  • High Life (Verve, 1995): Wayne Shorter (ss, st, sb) Rachel Z (p, sint) David Gilmore (g) Marcus Miller (b, clb) Will Calhoun (d) Lenny Castro (perc) Airto Moreira (per) Terri Lyne Carrington (d) Munyungo Jackson (perc) Kevin Ricard, perc).
  • 1+1 (Verve, 1997): Wayne Shorter (ss) Herbie Hancock (p).
  • Footprints Live (Verve, 2001, 2002): Quartet: Wayne Shorter (ss, st) Danilo Pérez (p) John Patitucci (b) Brian Blade (d).
  • Alegría (Verve, 2003): Quartet: Wayne Shorter (ss, st) Danilo Pérez (p) John Patitucci (b) Brian Blade (d) + Chris Gekker (tp) Lew Soloff (tp) Jeremy Pelt (tp) Michael Boschen (tb) Steve Davis (tb) Bruce Eidem (tb) Jim Pugh (tb) Papo Vázquez (tb) John Clark (sa, horn) Stewart Rose (horn) Stephen Taylor (horn) Marcus Rojas (tu) Paul Dunkel (fl).
  • Beyond the Sound Barrier (Verve, 2002-2004, 2005). Live. Quartet: Wayne Shorter (ss, st) Danilo Pérez (p) John Patitucci (b) Brian Blade (d).
  • Carlos Santana & Wayne Shorter. Live at the Montreux Jazz Festival (Image Entertainment, 2007): Wayne Shorter (ss, st) Carlos Santana (g) Patrice Rushen (tec) Chester Thompson (tec) Alphonso Johnson (b) Leon ‘Ndugu’ Chancler (d) Armando Pereza (cong) José Chepito Areas (timb).
  • Without a Net (Blue Note, 2010, 2013): Live. Quartet: Wayne Shorter (ss, st) Danilo Pérez (p) John Patitucci (b) Brian Blade (d).
  • Emanon (Blue Note, 2018): Quartet: Wayne Shorter (ss, st) Danilo Pérez (p) John Patitucci (b) Brian Blade (d). Tres cds.

Con Miles Davis

Miles In Berlin (1964). E.S.P. (1965), Live at the Plugged Nickel (1965), Miles Smiles (1966), Nefertiti (1967), Sorcerer (1967), Filles de Kilimanjaro (1968), Miles in the Sky (1968), In A Silent Way (1969), Bitches Brew (1969), Live at the Fillmore East (1970)

Weather Report

Weather Report (1971), I Sing The Body Electric (1972), Sweetnighter (1973) Mysterious Traveller (1974), Black Market (1975), Tale Spinnin (1975), Heavy Weather (1977), Mr. Gone (1978), 8:30 (1978), Night Passage (1980), Weather Report (1982), Procession (1983), Domino Theory (1983), Sportin’ Life (1984), This Is This! (1985).

© José Santiago Lardón Santi (Marzo, 2022)

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