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Félix Rossy Quintet. «El espíritu de la aventura»


- 12 octubre, 2021 - 0 comments

Félix Rossy Quintet

Félix Rossy (trompeta) Tomeu Garcías (trombón)

Toni Saigi (piano) Joan Garcías (contrabajo) Andreu Pitarch (batería)

Clasijazz, sábado, 16 de octubre de 2021. 22:00 H

El espíritu de la aventura

El joven trompetista y compositor Félix Rossy nos ha visitado con diferentes formaciones —a cuarteto hace años, a dúo con Jaume Llombart recientemente— y en esta ocasión lo hace para presentar su último proyecto discográfico —Félix Rossy [Quintet Live], Looking at the Surroundings (Underpool, 2020)—, excelente álbum y, además y sobre todo, una suerte de manifiesto o proclama valiente y una radiografía de su personalidad musical que, en palabras de Rossy «es una llamada a la colectividad, a mirar más allá de uno mismo como oposición al actual clima general de individualismo».

Le acompañaran en este concierto viejos conocidos y jóvenes valores de la escena jazzística actual como lo son el trombonista Tomeu Garcías, el pianista Toni Saigi, el contrabajista Joan Garcías y Andreu Pitarch a la batería.

Combo aventurero, misterioso y con un sonido distintivo y fresco reflejo y suma de la estética musical de sus miembros que interpretarán temas originales de todos ellos, algunos incluidos en el citado álbum, así como conocidos standards de compositores como Tom Jobim o Wayne Shorter.

Félix Rossy (trompeta)

Félix Rossy (Barcelona, 1994). Nació y creció en un entorno familiar en el que la música era como el aire que se respira, baste recordar que su padre es el célebre batería, vibrafonista, pianista y trompetista Jorge Rossy. A los siete años comenzó a tocar la trompeta, entonces el instrumento de su padre y creció mamando música y formándose de una manera intuitiva merced a los consejos paternales y los de otras primeras figuras que solían frecuentar el hogar.

En este sentido es reveladora su entrevista para la revista digital Tomajazz (Jesús Mateu Rosselló, 23.12.2014):

«Mi educación musical fue a través, sobre todo, de la receptividad. Escuchar mucha música, educar el oído, memorizar muchas canciones populares, infantiles, incluso de otros estilos como el clásico, rock o funk. Aprender de otras ramas del arte como la pintura y aprender a tocar con emoción. Transmitiendo un mensaje oculto o visible según como… más directo o más escondido, una educación muy intuitiva, con clases particulares y tocar en grupo que es lo que más me gusta hoy en día y lo sigo haciendo, además de componer y tocar otros instrumentos…»

Y en la citada entrevista hace referencia a su relación con la trompeta:

«Empecé a tocar la trompeta con siete años y como me pesaba, tocaba hacia abajo. Entonces me habitué, y tiene sus ventajas, el sonido es más cálido y te rebota, así te escuchas mejor si no llevas micro. Pero es importante poder tocar en más de una posición, estoy trabajando para poder estar cómodo tocando hacia abajo o mirando recto».

Pero además tiene intención de abrazar otros instrumentos: «… la trompeta fue mi primera elección, mi padre tenía una que tocaba cuando era más joven así que yo la rescaté de alguna manera. Actualmente estoy estudiando piano, bajo eléctrico y saxo, también canto un poco pero todo está poniéndose en marcha… espero poder tocar a buen nivel estos instrumentos en poco tiempo»

A los 11 ya participaba en jams sessions junto a destacados  jazzmen, entre otros Brad Mehldau. En 2006, con 12 años, participó en la jam session del Teatro Central de Sevilla, en el marco del programa Jazz viene del Sur (Sevilla, 8-11 marzo de 2006), con un repertorio que incluía temas firmados por Lee Morgan, Freddie Hubbard y Miles Davis, tres de los máximos exponentes del jazz en la época de mayor esplendor. Su habilidad con la trompeta ya daba que hablar.

Con 17 años publicó su primer álbum a su nombre, Introducing Fèlix Rossy (Fresh Sound New Talent, 2011), en compañía del pianista Mike Kanan, el bajista Ben Street y la tutela de su progenitor a la batería.

Al igual que hiciera en su día Chet Baker, Félix Rossy parece haber alcanzado a sus 17 años en su modo de tocar la trompeta equilibrio o equidistancia entre los tonos nítidos y sin trémolos y la reserva emocional de Paul Desmond y Miles Davis, con una preferencia por los tempos medios, las baladas y una sonoridad limpia, casi hiriente. Más que su juventud, sorprende su sonido, fresco, natural, inquietante a veces en el que se perciben bien asumidas resonancias de leyendas del instrumento como Lee Morgan, el primer Miles Davis o incluso el swing pausado pero efectivo del llamado west coast jazz (verbigracia, Chet Baker) que expresa a través de clásicos como “Three on One”, “You’re Driving Me Crazy”, “A Dandy Line”, “Stella by Starlight” o “All The Things You Are”, dando fe de que en su forma de tocar más que de laconismo cabría hablar de un inteligente y firme desinterés por la estridencia o demostración banal de virtuosismo, confirmando lo ya confesado, que aprendió a tocar antes de leer música y una lección bien aprendida de su padre, y de otros grandes, que tocase y oyese, que se guiase por su propio instinto.

Su segundo álbum, Félix Rossy & Albert Sanz, Dolphin’s Blues (Autoedición, 2014), fue grabado en directo en el café Mandacarú de Barcelona, financiado a través de una campaña de micro mecenazgo y publicado en edición limitada de 300 copias en formato vinilo, es la confirmación de una madurez anunciada tanto por su nivel de interpretación como por el riesgo asumido al afrontar la formación de dúo junto al prodigioso pianista Albert Sanz. Juntos —como dos personas que se conocen desde antiguo, que comparten afinidades y una especial sensibilidad por la melodía y reacios a demostraciones fútiles— y aunados por la complicidad y sintonía del tú a tú se meten uno en la mente del otro para expresar un mensaje musical a través de seis temas, el boogaloo “Cheek’s Sauce” original de Sanz, el imaginativo “Dolphin’s Blues” de Rossy, el debussiano “Arabesque”, la brasileña “De Volta ao Samba” (Chico Buarque), un blues de Wayne Shorter (“12 More Bars To Go” ) y la balada clásica “When Sunny Gets Blue” (Marvin Fischer & Jack Segal), conjurados a modo de un onírico viaje que principia en territorio conocido y que te lleva hasta los más recónditos paisajes de la memoria, tanto propia como la de quienes ejercen de guías musicales.

Para su tercer trabajo discográfico reunió a un quinteto integrado por destacados jazzmen de la joven escena actual con quienes además mantiene estrechos lazos de amistad —seña identitaria de su personalidad—, a saber, el trombonista mallorquín Tomeu Garcías, el baterista barcelonés Andreu Pitarch y dos estadounidenses que suelen ser habituales en sus giras, el pianista Davis Whitfield y el contrabajista Ben Tiberio, ambos ya señaladas figuras de la escena neoyorquina y como invitada la cantante y trombonista Rita Payés en dos temas.

El fruto, el espléndido álbum titulado significativamente Looking at the Surroundings (UnderPool, 2020), que es, además, una suerte de manifiesto o proclama valiente y que en palabras de Rossy «es una llamada a la colectividad, a mirar más allá de uno mismo como oposición al actual clima general de individualismo» y que define la personalidad del trompetista, alguien que va mirando alrededor —en traducción no literal del título— para encontrar con quien tocar y quienes mejor que estos viejos amigos de toda la vida: Félix es amigo de Andreu desde los 10 años, de Davis desde la adolescencia y a Tomeu lo conoce desde que éste llegó a Barcelona para estudiar.

Grabado en directo tras dos giras en la barcelonesa sala Note 79 en julio de 2018, incluye siete temas, cuatro originales de Rossy —“Looking at the Surroundings”, “Kike’s Blues”, “Incandescent” y “One for Ana”—, “Changes”, la vibrante apertura del álbum es de Andreu Pitarch, Davis Whitfield aporta el que lo cierra, (“Back and Forth”) y último es la emotiva balada “Infant Eyes” que Wayne Shorter dedicó a su hija Mikayo, incluida en Speak No Evil.

Ejercicio de maestría y pura complicidad en una sesión que Rossy describió como «íntima, misteriosa y poderosa».

A lo largo de su carrera ha compartido escenario y colaborado con destacadas figuras del jazz nacional e internacional, entre otras, Chris Cheek, Mark Turner, Brad Mehldau, Rj Miller, Marco Mezquida, Albert Sanz, Mike Kanan o Jorge Rossy, ha liderado proyectos siendo aún adolescente y formado parte activa de bandas como The Wild Bunch o The North Atlantic Jazz Connection.

Memorable fue en este sentido su presentación en Clasijazz —14 de febrero de 2015— al frente de un quinteto de jóvenes jazzmen, auténticas jóvenes estrellas portadoras de idéntica pasión y adalides del futuro del jazz, esa música fresca, inquieta y revulsiva que se cocina a cada instante, como el batería israelí Ofri Nehemya, el saxofonista estadounidense Ben Solomon, el pianista Davis Whifield y el contrabajista catalán Pedro Campos.

Valga como recuerdo de aquella noche las notas finales al programa de mano que para la ocasión escribí:

«Noche de futuro, porque el futuro del jazz no podía estar en mejores manos, futuro que afronta cada uno de los miembros del quinteto construyendo en cada actuación una nueva vía creativa, porque el jazz es como el camino y “se hace camino al andar” o, en palabras de Dizzy Gillespie “esta música solamente va de una manera y es adelante”. El jazz es lo que está sucediendo, en cada instante, de improviso, entre el laberinto de un solo».

«Con todo el tiempo del mundo por delante para realizar los proyectos que de seguro tendrá en mente, Rossy está en un excelente momento como lo demuestran sus numerosos conciertos con formaciones siempre de evidente calidad. Como el que se presenta en Clasijazz esta noche»

Discografía esencial

  • Félix Rossy, Introducing Félix Rossy (Fresh Sound New Talent, 2011). Félix Rossy (tp) Mike Kanan (p) Ben Street (b) Jorge Rossy (d).
  • Félix Rossy & Albert Sanz, Dolphin’s Blues (Autoedición, 2014). Félix Rossy (tp) Albert Sanz (p).
  • Félix Rossy [Quintet Live], Looking at the Surroundings (Underpool, 2020).- Félix Rossy (tp) Tomeu Garcías (tb) Davis Whitfield (p) Ben Tiberio (b) Andreu Pitarch (d) Rita Payés (trombón, 04, vocal, 05).

Tomeu Garcías (trombón)

Bartomeu Garcías Tur (Llucmajor, Mallorca). Desde la infancia, con cuatro años, comenzó a tocar el violín y a los nueve abrazó el trombón y al cabo de unos años ingresó en el Conservatorio Superior de Música de Palma, donde cursó los estudios de música clásica en la especialidad de trombón, participando en varios programas con la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares.

A los 18 años comenzó a interesarse por otros estilos musicales, formó parte del quinteto The Jazz Fingers que cosechó varios premios.

A finales de 2012 se trasladó a Barcelona donde se volcó de lleno en el jazz y la música moderna, cursó los estudios de la Escuela Superior de Música Moderna de Cataluña (ESMUC) e inició una intensa colaboración con músicos de una gran diversidad estilística.

Ha colaborado y participado con numerosas big bands, entre otras, Big Band del Taller de Músics, Gramophne Big Band, Esmuc Big Band, Martin Leyton Big Band o la actual Clasijazz Big Band Profesional. En la actualidad, y al margen de su colaboración con las citadas orquestas, colabora con un sinfín de formaciones, entre otras, Félix Rossy Quintet, The Wodoo Children de Toni Vaquer, The Jazz Fingers o la mallorquina Glisando Big Band.

De su estilo y personalidad musical se ha dicho que «Su musicalidad es un torrente sereno e inagotable. Es un pozo de música exquisita. Y todo lo hace fácil y sonriente».

Destacable es el quinteto The Jazz Fingers, nacido en Mallorca en 2013 a raíz de la pasión por el jazz de cinco jóvenes músicos —Miquel Ángel Rico (saxo tenor), Tomeu Garcías (trombón), Jaume Riera (piano), Joan Garcías (contrabajo) y Teo Salvà (batería) que muy a menudo muda en sexteto con la incorporación del trompetista Pep Garau y con quien han grabado su primer trabajo discográfico denominado Sextet. El combo ofrece un repertorio integrado por composiciones propias y standards de grandes maestros y formaciones que admiran —Jazz Messengers, los combos de Blue Mitchell o Eric Dolphy o el quinteto de Paul Chambers— y ganó el concurso Interjazz del Conservatorio Superior de Música de las Islas Baleares.

Toni Saigi (piano)

Toni Saigi (Badalona, Barcelona, 1990). Nacido y criado en el seno de una familia muy ligada a los teclados: su padre, Toni Saigi ‘Chupi’ es un experimentado teclista todoterreno que ha tocado en multitud de proyectos, desde el jazz-rock, el pop-rock y el funk.

Estudió piano clásico en el Conservatorio de Badalona y piano jazz en la Escuela Superior del Taller de Músics de Barcelona (ESEM).

En la actualidad se ha labrado una reputación como uno de los pianistas más solicitados de la emergente escena jazzística barcelonesa, desarrollando una intensa actividad y participando en variados y destacados proyectos, entre otros, el D.O. Ensemble Next Generation de Victor Correa, Fernando Brox Quartet, Martín Leiton Big Band, Ivo Sans Quintet, o la banda sonora de Polseres Vermelles, aparte de liderar dos proyectos en trío y cuarteto.

Ha compartido escenario con destacados músicos de la escena nacional e internacional como Perico Sambeat, Bill Mchenry, Masa Kamaguchi, Raynald Colom o David Xirgu, entre otros. Y ha participado en más de una veintena de álbumes, entre los más recientes: Martin Leiton Big Band, Inevitable (2017); Fernado Brox Quartet, Secreto (2017), Ivo Sanz Quartet, Pragmato (2017), Alfred Artigas Quartet, Permiso (2017); Oscar Latorre Quartet, Textures (2018); Miguel Villar Quartet, Apátrida (2020) o Monographic Trío, Caleidoscopi 23 (2021) junto al bajista Juan Pablo Balcázar y el bajista Gonzalo del Val.

Después de su intenso y fructífero rodaje como miembro de estas bandas en las que sus colaboraciones aportaron un poso significativo se marcó el reto de grabar un álbum como líder rodeado de un grupo de destacados músicos de diferentes generaciones y adscripciones estilísticas y cuyo resultado fue el cuarteto Tronik, creado en Barcelona en 2017 e integrado además por el saxo tenor Jaume Ferrer, el contrabajista Marc Cuevas y Carlos Falanga a la batería. Con Tronik ha publicado dos álbumes, La Prinsire de la Sal (Underpool, 2018) y Plisisiplis (Fresh Sound, 2021), en cuyo repertorio de originales escritos propios se aprecia el gran peso que tiene el jazz de los años 50 y 60 en su música —en especial Thelonious Monk— pero también las influencias de compositores contemporáneos y músicos coetáneos de la actual escena del jazz en Barcelona.

Tronik formó parte de la primera edición del Jazz I Am (Barcelona International Jazz Meeting), organizado por el Taller de Músics: un encuentro para impulsar alianzas entre profesionales y dar salida internacional a los nuevos creadores de jazz del país y fue una de las propuesta del Festival de Jazz Terrassa de 2020.

Joan Garcías (contrabajo)

Joan Garcías (Llucmajor, Mallorca). Al igual que su hermano se inició desde temprana edad en la música y al cabo en el jazz.

En la actualidad desarrolla una activa actividad en la escena barcelonesa y nacional como miembro de señaladas formaciones de diversidad de formato y estética estilistica.

Es miembro de la Glisando Big Band mallorquina y junto a jóvenes músicos de la isla formó el cuarteto Big Babo.

Además ha formado parte, entre otras, de formaciones como Rafael Garcés Cuarteto, Joan Codina Sextet, Sebastià Gris Trio, Pep Garau Septet, el trío junto a David Mengual y Enric Fuster, Félix Rossy Quartet y Quintet o el trío del pianista Kevin Díaz con el que se presentará en el 53 Festival Internacional de Jazz de Barcelona en enero de 2022.

Destacable es el quinteto The Jazz Fingers, nacido en Mallorca en 2013 a raíz de la pasión por el jazz de cinco jóvenes músicos —Miquel Ángel Rico (saxo tenor), Tomeu Garcías (trombón), Jaume Riera (piano), Joan Garcías (contrabajo) y Teo Salvà (batería) que muy a menudo muda en sexteto con la incorporación del trompetista Pep Garau y con quien han grabado su primer trabajo discográfico denominado Sextet. El combo ofrece un repertorio integrado por composiciones propias y standards de grandes maestros y formaciones que admiran —Jazz Messengers, los combos de Blue Mitchell o Eric Dolphy o el quinteto de Paul Chambers— y ganó el concurso Interjazz del Conservatorio Superior de Música de las Islas Baleares.

Andreu Pitarch (batería)

A Andreu Pitarch (Barcelona, 1994), —que ha  ocupado el sillín de batería de la Clasijazz Big Band Profesional—, lo del ritmo le vino de nacimiento. Dicen que antes de dar sus primeros pasos ya tamborileaba con sus dedos diminutos todo cuanto se ponía a su alcance, toc tac toc, en la trona a la hora del biberón madrugador, tic, tac, tic, en el vaso durante el almuerzo, tim, tam, tum en los barrotes de la cuna a compás de los sones —pongamos que de Art Blakey y sus mensajeros del jazz o, acaso, del Alphonse Mouzon de Weather Report, o tal vez del Philly Joe Jones del combo de Miles Davis— que le llegaban desde la sala donde sus padres aguardaban a que se durmiera escuchando vinilos. ¡Vana esperanza, cómo se iba a dormir!

Sus padres —aficionados al jazz y comprometidos con el mundo cultural— viendo su resuelta obstinación y antes de que echara abajo media casa decidieron comprarle una baby drum adecuada a su edad y aquello fue como quien tiene una alucinación. Sentado frente a ella pasó más de media infancia zumbando sin descanso los ritmos que bullían en su memoria pero sin saber aún quienes eran Blakey, ni Elvin Jones, ni Max Roach ni siquiera qué era esa cosa llamada jazz. Y un recuerdo vivaz de uno de los muchos conciertos a los que le llevaba su madre: Weather Report, asombro, perplejidad, sorpresa. El jazz vino después y la batería destrozada: «¡Es que me gusta tocar la batería, no puedo evitarlo!», hubiese argüido remedando las palabras del veterano Roy Haynes de haber sabido de él entonces.

Como su inclinación iba in crescendo su padre alquiló un pequeño local por horas para que pudiera tocar y allí donde continuo dando pábulo a su afición y golpes a los parches y al poco al Taller de Músics donde de la mano de Javier Crespo Maurel —batería y colaborador de legendarias bandas como Orquesta Platería, Mirasol Colores y de artistas como Olga Guillot, Mayte Martín, Martirio o Peret— encauzó su ideario hacia ritmos a lo latino, sobre todo del batería y percusionista cubano Horacio Hernández ‘El Negro’.

En 2012 —recién estrenada la mayoría de edad—, su pasión le llevó a la ESMUC (Escuela Superior de Música de Cataluña), donde continuó su formación bajo la tutela de profesores como Lluís Vidal, Horacio Fumero, Albert Bover o Joan Díaz y en especial David Xirgu, gran baterista, pedagogo y responsable de la celebrada master class titulada El batería es un provocador. Filosofía y rol de los bateristas. Fue Xirgu quien le orientó en los entresijos de la batería de jazz a través del arte del beat de Max Roach, y allá devoró el tiempo entre clases y ejercicios, mucho Max Roach, los discos del quinteto con el trompetista Clifford Brown, sus grabaciones como solista, transcripciones de sus solos… pero la misma inquietud, creciente obstinación….

… e insaciable curiosidad le guiaron en 2014 hasta Ámsterdam donde estudió durante un año en el Conservatorio de la ciudad de los canales y los mil garitos de música en vivo, pero también del impresionante Bimhuis —el nuevo, el antiguo situado en el distrito rojo fue fundado hacia 1974 por un grupo de improvisadores reunidos bajo el acrónimo de Bim—. Sus horizontes se ampliaron, estableció nuevas relaciones entre otras con algunos paisanos. Considera aquella experiencia valiosa por la diversidad de músicos de diferentes ámbitos geográficos y filiación estilística… Pero su ambición y hambre de aprendizaje lejos de cesar, fue en aumento.

Dos años después, en 2017, fue admitido para realizar un máster (Master of Music) en la prestigiosa Manhattan School of Music de Nueva York, donde se graduó con honores (summa cum laude) en 2019. Estudió con maestros del jazz tales como el vibrafonista Stefon Harris, el saxo Dave Liebman, el pianista Phil Markovitz o los bateristas Kendrick Scott y John Riley, entre otros. Seguro que, entre baquetazos y bolos, se empapó de los nutritivos textos del maestro Riley como The Art of Bop Drumming, Beyond Bop Drumming, The Jazz Drummer’s Workshop o The Master Drummer DVD. Sobre el sistema enseñanza de la Manhattan School subraya con especial énfasis el que todas las clases se impartían tocando, fuesen de improvisación, armonía, pedagogía o historia, verbi gracia, si tocaba la época del hot, pues explicación del estilo y repiqueo hot en los cantos de la caja.

—¿Un cafetito?

—Vale, perfecto, y un cigarro

—¿Y Tony Williams, eh?

—¡Ah!, Tony, eso vino después, hará tres años…

Hago cuentas y tres años atrás debía estar cursando el máster en la Manhattan School, atento a los consejos de John Riley, pero callo porque la conversación es varia y tornadiza, como lo son las improvisaciones y los conciertos, como lo es el jazz… Le he preguntado por Tony porque he atisbado en su toque esa manera tan personal de   acentuar con los platillos, de crear espacios con el hit hat, de empujar con el replicante del gran maestro… y mientras tanto —es lo que tiene el pensar y hablar a la vez de dos cosas diferentes—, la conversación se pierde por el frondoso bosque de los bateristas que fueron, que son y serán y de súbito le viene a la memoria el álbum A Love Supreme de John Coltrane y aquel soberbio cuarteto con McCoy Tyner, Jimmy Garrison y a la batería Elvin Jones que podía tocar con la violencia y furia de un huracán pero también con la suave delicadeza de una pluma.

—Fíjate en la grabación John Coltrane and Johnny Hartman, no coge ni una sola vez las baquetas, todo escobillas y delicadeza —dice como quien recita un monólogo bien aprendido, o ensaya un solo de batería, a saber.

Corre una suave pero fría brisa, el cielo se tiñe de atardecida, nos miramos y espoleado por la reciente muerte de Chick Corea, saca a colación su álbum Now He Sings, Now He Sobs (1968), a trío con el bajista checo Miroslav Vitouš, y el batería Roy Haynes

—¡Ah, los tríos! —suspira como quien anhela un sueño.

En Nueva York vivió en Washington Heights —barrio situado en la zona norte de Harlem— y allí seguiría estudiando, pernoctando en clubes como el Small, el Smoke o el Village Vanguard de no ser porque la irrupción de la pandemia se llevó todo al garete. Hizo las maletas y emprendió el regreso: «Ahora hará casi un año, el 18 de marzo de 2020» —confirma con un acusado deje de nostalgia—. Pero antes dejó sellada una previsora estrategia: logró el visado de artista que se concede por un periodo de tres años y aún abriga la esperanza de volver, aunque reconoce que en la Gran Manzana hay mucha competencia y resulta difícil abrirse camino en una escena tan potente,,, «¡Y hay que buscarse la vida, en lo que sea»! —apostilla con esa manera suya suave de hablar  al modo de las escobillas de Elvin Jones. Pienso, aunque me lo guardo: «No creo que allí tuviese el menor impedimento quien nació redoblando con los nudillos un improvisado 3/4 en los barrotes de madera de la cuna.

—¿Y proyectos? —prefiero el concepto de mensaje— ¿Tienes en mente uno personal?

—Lo he pensado, quizás pronto. Tengo que preparar material, escribir canciones… —duda, reflexiona y añade— En realidad me gusta ser sideman. Acompañar a la gente que conozco, que me gusta, con la que me siento cómodo tocando. Incluso como ahora, con la big band, ceñirme al espacio delimitado en los arreglos.

—¿A quinteto? ¿Para cuántas voces…?

—Trío, es el formato que te permite respirar mejor, que deja lugar para la interacción, para establecer un diálogo abierto con los compañeros…, con el pianista Xavi Torres. Aunque no descarto escribir para más instrumentos…

Tocar con quien a uno le gusta y mantiene afinidades musicales es todo un privilegio y Andreu puede considerarse privilegiado. Ha colaborado en diversos y variados proyectos discográficos, entre otros, Godzilla plays the Blues (2017) a trío con Xavi Torres y el bajista Giuseppe Romagnoli, con temas originales de los miembros, entre ellos uno propio “Cançó de Bressol (Lullaby)”, en el álbum del cuarteto del flautista Fernando Brox, Secreto (UnderPool, 2017) con el pianista Toni Saigi y Pau Sala a la batería; con el saxo alto Víctor Jiménez, Víctor Jiménez & Friends 2 (Sedajazz, 2017), doble Cd grabado en directo en el Jimmy Glass de Valencia, dos formaciones a cuarteto y en el que Pitarch intervinó en el primero, completando la sección rítmica con el pianista inglés Will Barry y la joven contrabajista Flo Moore; con el cuarteto del trompetista Oriol Vallès, The Snow (The Changes Music, 2019), completado por el pianista Xavi Torres —aquí con el Fender Rhodes y el contrabajista italiano Giusseppe Romagnoli y que recoge temas de los miembros, entre ellos “Changes” de Andreu Pitarch; con el cuarteto del guitarrista Ray Paz, Plays Gipsy (Fresh Sound New Talent, 2019), junto al pianista Toni Saigi, el bajista Pau Sala y la colaboración en uno de los temas de la cantante Mayte Alguacil. Exploración muy personal del cuarteto en clave jazzista del musical Gipsy —considerado el mejor de la historia de Broadway, con música de Jule Styne, letras de Stephen Sondheim y libreto de Arthur Laurents.

Looking at the Surroundings (UnderPool, 2020) del quinteto liderado por el trompetista Félix Rossy es la más reciente colaboración de Andreu Pitarch. Grabado en la barcelonesa sala Nota 79 contó además con el trombonista Tomeu Garcías, el pianista Davis Whitfield  y el contrabajista Benjamin Tiberio y la colaboración en dos de los temas de la cantante y trombonista Rita Payés. Todas las composiciones son de Rossy, salvo la que abre la sesión, “Changes” (Pitarch), la que la cierra, “Back and Forth” (Whitfield) e “Infant Eyes” (Wayne Shorter). Álbum de especial significado porque, en palabras de Rossy, «es una llamada a la colectividad, a mirar más allá de uno mismo como oposición al actual clima general de individualismo» y que define la personalidad del trompetista, alguien que va mirando alrededor —en traducción no literal del título— para encontrar con quien tocar y quienes mejor que los viejos amigos: Félix es amigo de Andreu desde los 10 años y de Davis desde la adolescencia.

Tocar con quien media empatía lo ha hecho Andreu desde siempre, con viejos compañeros y con nuevos hallados en el camino que han solicitado sus elocuentes servicios para unirse a combos como el citado quinteto de Félix Rossy, Rita Payés & Jaume Llombart Quartet, Oriol Vallès Quartet u Oriol Vallès & Irene Reig Group.

Activo profesionalmente desde hace más de una década ha tenido ocasión además de tocar y colaborar con otros destacados jazzmen de la escena nacional e internacional como el guitarrista Peter Bernstein, los saxofonistas Perico Sambeat, Lluc Casares y Ben van Gelder, los pianistas Ethan Iverson, Arturo O’Farrill, Lluís Vidal, Joan Díaz, Davis Whitfield, Isaiah Thompson y Steven Feifke, los trompetistas Jon Faddis, Raynald Colom y Bruno Calvo o el histórico contrabajista Horacio Fumero, entre otros muchos.

Reseñable fue su participación en 2017 en el Esmuc Jazz Project Univers Ornette, en el que la orquesta de la Escuela Superior de Música de Cataluña dedicó su programa anual a la música del saxo y compositor Ornette Coleman, abanderado de la vanguardia y el free jazz y uno de las figuras más influyentes de la historia de la música del siglo XX

Se ha presentado en clubes, salas y festivales de renombre de Europa, Estados Unidos y Canadá, entre otros, Dizzy’s Club, Birdland, Smalls Jazz Club, Mezzrow, Bimhuis, Jamboree, L’Auditori de Barcelona, Jimmy Glass Jazz Bar, Sunset Jazz Club, Hot Clube de Portugal, así como en festivales de jazz como los de Terrassa, Granollers o el SunFest Country Music Festival de Canadá.

Al margen de su carrera como intérprete, dedica parte de su tiempo a la docencia. Con seis años de experiencia, he impartido clases en escuelas de música de Barcelona y clases particulares a alumnos de diferentes edades y niveles. En 2019 fui profesor invitado en el seminario de música Tenerife Jazz Camp, organizado por el saxofonista canario Kike Perdomo. Durante su estancia en Nueva York, trabajó para S’Cool Sounds, organización cuyo objetivo es brindar acceso a la educación musical en las escuelas públicas para niños y niñas de comunidades más desfavorecidas.

El 20 de febrero de 2021 impartió una sustanciosa clase magistral on line desde el paraninfo de la Universidad de Almería en el marco de las que viene patrocinando su Aula de Música, en la que disertó de los misterios de la batería, de cómo montarla, de los secretos de cada una de sus elementos, del lenguaje de la percusión, de su carrera profesional y hasta interpretará algún tema acompañado por el trompetista Bruno Calvo, otro esforzado remero de la Clasijazz Big Band, respondiendo y aconsejando a cuantas cuestiones y dudas le fueron planteadas. Si les interesa, enlace:

https://youtu.be/W9nJBCmMLJg

En julio de 2021, Andreu recibió el premio a mejor instrumentista en el 44. Festival Internacional de Jazz de Getxo, dónde participó con el cuarteto de Victor Jiménez, que consiguió el Segundo Premio en el concurso de grupos.

© José Santiago Lardón Santi (Octubre, 2021)

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