Big Band Jaén Jazzy
Clasijazz, domingo 22 de febrero de 2015. 19:00 H
Aceituneros altivos
Aceituneros altivos —y aceituneras— corrige una joven, Jazzys de Jaén, o todo Jaén, menos los siesos, apunta una madre con orgullo: niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos, clarinetes, saxos, trombones… y hasta un vibráfono apretujados en una musical alsina alquilada cruzan de norte a sur lomas peinadas de olivos, Sierra Mágina, el destello níveo de Sierra Nevada, la llanura del Zenete, el vislumbre lunar del desierto de Tabernas, un verdear de naranjos, la raya azul del mar al fondo hasta desembarcar en el cobijo de la sala de conciertos de Clasijazz que les invitó para que mostraran el alma de su sueño, un sueño hermoso, ejemplar, enorme… hecho realidad en apenas dos años: talleres, seminarios, una Asociación, y dos bandas: la New Dixieland Proyect y una Big Band.
Una larga veintena de músicos, más padres, familiares, amigos —todo eso, y aún más, es Jazzy Jaén—, aunados en un proyecto cultural surgido de la afición y sufragado con dinero propio —el otro andará recortado o en dudosos sobres— decididos a poner fin a eso de tener que emigrar para tocar la música que les gusta, palabras de Sergio Albacete, extraordinario saxofonista, profesor del Conservatorio de Jaén, amén de aceitunero altivo, responsable y maestro de ceremonias.
Pero ya entona en el escenario el noneto de la Dixieland el fundacional Bassin Street Blues —mítica calle de Nueva Orleans— esbozado al clarinete por el benjamín, doce años recién cumplidos compartiendo atril con el sénior, 78 años y la misma ilusión del chaval que ve por primera vez el mar.
Y al cabo aparecen los hombres y mujeres de la big band, vibráfono incluido, al son de Bag`s Groove, la mirada vivaz de una clarinetista, ya mujer, pero que empezó a los 8 años, el arrullo de una flautista, el rumor sordo de una trombonista, el compás preciso de la contrabajista, que también quiso cantar y cantó, y quien, preguntada por cuánto tiempo llevaba en esto, respondió mordaz, ¿con lo clásico o con el jazz?
Porque también hubo cantantes, Charito —Charito Jazz— vestida de gala dejó un vibrante Cheek to Cheek, y otra mujer, Cry Me a River, y otra Embraceable You, y otra abordó el bolero Y sin embargo te quiero, y se pararon los pulsos, y algo más hondo para lo que no creo haya nombre… y menos mal que no vinieron todas, catorce, porque aún estaríamos allí sobrepasando la noche y la madrugada.
Y entonces la banda atacó Night in Almerijaén, como lo hubiese titulado el mismísimo Dizzy Gillespie de haber estado presente con su sonrisa de gato, y de seguido armonizaron un ¡Oye como va! que hizo saltar a todos de sus sillas y del apoyo de la barra que siempre está al fondo para arrancarse a bailar, incluidas las bailarinas de gim-jazz que también quisieron estar presentes, en arrebatador jolgorio…
…Jazzy de Jaén, recién iniciados en el jazz pero con el alma partía por tan proteica querencia, de regreso a casa al son de Caravan ¡Gracias! ¡Y mucha suerte!
© José Santiago Lardón Santi (23, febrero, 2015)